
Gordon Hayward, mejor jugador de los Jazz y motor del ataque del conjunto entrenado por Quin Snyder, podría perderse más partidos además del de Cleveland del lunes por una fascitis plantar cuyo único tratamiento posible es el reposo. Si Utah ya ha tenido multitud de bajas sensibles a lo largo del año, esta lesión de su referente ofensivo no hace más que poner aún más difícil el acceso a los Playoffs.
Este duro año para la salud de los Jazz comenzó con la lesión del base australiano Dante Exum durante un amistoso con la selección de su país en Eslovenia, pero además, Alec Burks, el esperado sexto hombre del equipo, se ha perdido 38 partidos ya y recientemente Snyder pedía paciencia con su regreso a las pistas. Rudy Gobert, el líder defensivo y principal responsable de la explosión del equipo el curso pasado ha estado fuera 20 partidos, y su compañero de brega Derrick Favors otros 17. Incluso Rodney Hood, el otro hombre además de Hayward capaz de generar su propio tiro en el perímetro de Utah también ha sido baja en 4. Ahora, el único que había disputado todos los partidos hasta el momento esta temporada también se ha unido a la plaga de afecciones y su estatus es considerado ‘day-to-day’, aunque el comunicado oficial del equipo no es muy halagüeño:
«En consulta con el equipo médico de los Jazz, se ha determinado que el mejor plan es que Hayward se someta a un periodo de tratamiento y recuperación. Como resultado no jugará el partido de esta noche contra Cleveland. Es considerado ‘day-to-day’, y se darán nuevos informes cuando sea conveniente».
La fascitis plantar es una dolorosa inflamación en el pie, y es común entre los jugadores de baloncesto. Sin ir más lejos, Pau Gasol, estrella de la selección española y por aquel entonces en Lakers, la tuvo a finales de 2012 y en 2013, disputando apenas 49 partidos como consecuencia de ella. Parece que el problema de Hayward no es tan grave, pero en cualquier caso una ausencia suya reduce bastante las posibilidades de los Jazz de meterse en los Playoffs, por mucho que los Mavericks, que han perdido en 17 de sus últimos 23 choques, se empeñen en ayudarles.