Nacen los dragones de Lakers

Luke Walton tiene en su mano el futuro

Christian Fernández (cc)
Christian Fernández (cc)

¡¡¡¡ALERTA SPOILERS!!!!

Si, la semana pasada pude ver el mejor capítulo de una serie de televisión en mi vida. «La batalla de los bastardos» fue sin duda una obra de arte en cuanto a dirección, iluminación, guión, efectos etc, pero en ese capítulo no sólo se puede apreciar una gran batalla por el Norte, sino cómo los dragones de Daenerys Targaryen arrasan una flota de barcos, Drogon está enorme, ha sido más libre que sus pequeños hermanos, pero sin duda, ya no son aquellos bebés que admiraba la gente en la primera temporada, pero que aún no imponían su respeto y dominio. Ahora los bebés han crecido, y pueden dominar poniente.

Unos días después, Brandon Ingram era seleccionado por Los Ángeles Lakers en la posición número 2, no es de extrañar, que yo, con lo que me gustan estas cosas de relacionar todo lo que me gusta, directamente, aún con el subidón de Juego de Tronos, pensara en que la camada jóven de Lakers, con D’Angelo Russell, Jordan Clarkson, Julius Randle, Brandon Ingram, Tarik Black, Anthony Brown y Larry Nance Jr fueran los dragones de la Kaleeshi, que, ahora pueden ser sólo una ilusión, pero en unas pocas temporadas puedan dominar la liga.

Y pensaréis, no, has fallado, te falta una rubia con un par de balones de baloncesto que sea su madre. Bien, creo que Luke Walton puede ser perfectamente «el padre de dragones», el entrenador que haga que crezcan sanos, y con progresión. Un buen sistema en el que se reparta el balón, como el de Warriors, donde cada uno tome su rol en el equipo, con focos claros para Ingram y Russell y trabajo remunerado para Randle y Clarkson. Si los jóvenes dragones son capaces de llevarse bien con su entrenador, y no anteponer el ego personal con el futuro de cada uno, los Lakers tienen en sus manos un futuro brillante. Después de varias temporadas más allá del muro, pasando frío y sin una Ygritte que nos pueda consolar salvo cuando Kobe hace algún milagro… por fin parece que llega la luz para la casa de oro y púrpura.

Una casa que no esta acostumbrada a reconstruir desde el Draft y con muchas piezas jóvenes, sino a dar un puñetazo a lo Lannister sobre la mesa y pagar las deudas a base de agentes libres. Tal vez sea el momento de empezar de otra manera, el momento de asegurar una base joven, con grandes fundamentos para poder ser estrellas en la liga, y crecer desde ahí. Para eso el aficionado Laker tiene que dejar la idea de ser contender en un plumazo, y asimilar que la próxima temporada es una season de transición dulce, divertida, con jugadores jóvenes que nos darán alegrías y buenos ratos, pero que también vendrán las derrotas. Hay que tener la paciencia que ha tenido la Khaleesi con sus dragones, con su plan para gobernar los 7 reinos, para que poco a poco, todo venga solo.

Tras ver ese capítulo, vino una semana en la que un vídeo de youtube, con imágenes de la batalla, y una canción emotiva y espectacular titulada «I’ll keep coming» de Low Roar devoraba mis pensamientos día a día, minuto a minuto. Entre medias, un viernes terrible con 7 horas de exposición de tesis final de la carrera, aprobada por cierto, y tiempo para poder ver finalmente el último capítulo de la temporada, donde Cersei la lía parda, vuelve a haber Rey en el Norte, y… pues sí, los dragones vuelan junto a Daenerys con una flota espectacular hacia poniente. El momento ha llegado, ese momento que los Lakers tienen que esperar con paciencia, buen hacer y tiempo. El camino de la Targaryen no fue sencillo, y tuvo que hacerlo muy poco a poco, 6 temporadas después, ya está lista. Ahora nos toca a nosotros, infectados, entramos en el juego de tronos de la NBA, ya nacieron los dragones de Lakers.

Y si todo esto no funciona… ya sabéis, siempre podemos traer a la Dama Roja y resucitar a Jon Sn.. digo Kobe Bryant