Desgraciadamente empezamos a estar acostumbrados a las salidas de tono de Draymond Green. El 10 de julio saltaba la noticia, Green era detenido en Michigan. La detención se debió a una disputa que tuvo el jugador de los Golden State Warriors con el ex-jugador de fútbol americano, Jermaine Edmonson.
Ahora unos cuantos días después, Draymond Green ha firmado el acuerdo de aceptación de culpabilidad por lo que tendrá que pagar una multa de 560 dólares. El conflicto se ha podido solucionar de esta manera ya que el caso de Green ha sido juzgado por la vía civil y no por la criminal.
El jugador ya reconoció ante el famoso periodista Marc J. Spears haber aprendido la lección, además de declarar estar ya completamente centrado en ganar el oro con la selección de su país.
Todos los aficionados de los Golden State Warriors esperan que las palabras de Green se cumplan y que realmente el jugador con estos últimos incidentes se centre en su juego y baloncesto, dejando atrás todas estas situaciones que lo único que hacen es manchar su nombre. Nadie duda de la calidad del ala-pívot pero también es muy cierto que acontecimientos como los ocurridos el 10 de julio provocan que se hable más del mal comportamiento del jugador que de lo verdaderamente importante, su juego.