Phil Jackson homenajea a Shaquille O’Neal
"LO HIZO TODO CON UN JÚBILO QUE NADIE HABÍAMOS VISTO"
Un día antes del nombramiento de Shaquille O’Neal como nuevo miembro del ‘Hall of Fame‘ de la NBA, un nostálgico Phil Jackson escribió ayer para la conocida web estadounidense ‘The Players Tribune‘; en cuyo artículo cuenta anécdotas de cómo conoció a Shaq, lo desafió a ser mejor jugador y lo guió por la senda de dominar en la liga.
Para empezar, el ‘Maestro Zen‘ se remonta al año 1.999 para relatar cómo conoció a ‘Diesel‘, lo invitó a su casa y descubrió su actitud de tipo eléctrico y sin freno.
«La primera vez que conocí a Shaq, él encabezaba un cartel de un concierto de hip-hop en un pequeño pueblo cerca de mi casa, en Montana. Era el verano del 99 y yo acababa de ser contratado por los Lakers. Shaq se enteró de que vivía por aquí así que se animó a venir, y lo invité a mi casa.
Sin embargo, me atrasé en llegar a casa por motivos de trabajo; y cuando llegué finalmente me encontré a todos mis vecinos de la comunidad en sus asientos admirando a Shaq. Me contaron que había estado saltando al lago desde el trampolín haciendo saltos increíbles. Había montado un show.
Busqué tiempo para tener una charla seria con él, aunque entendí que no era su actitud. Le gustaba el entretenimiento, era un bromista compulsivo, y su personalidad bromista crecía conforme lo hacía su público«.
El gran Phil Jackson estaba sorprendido con la actitud imparable de Shaquille O’Neal. Un hombre que a lo largo de su vida se ha estado dedicando al baloncesto, la música y programas en televisión. Pero sin embargo, lo que quería el Maestro Zen era orientarlo en su carrera baloncestística:
«Mi meta con los Lakers era conseguir que Shaq fuera más serio con respecto a su juego. Hacía muchas otras cosas en la vida, como canciones de rap y anuncios de televisión, pero yo quería que fuese MVP de la liga. Y así se lo dije en una cena antes de la temporada del ’99: «tu meta ha de ser convertirte en MVP. ¡Haz que le cambien el nombre a ‘Shaq Award‘!» (premio Shaq)»
A Shaquille O’Neal siempre le llamó la atención convertirse en uno de los jugadores más dominantes de la liga, por lo que se fijaba en otros pívots históricos como Wilt Chamberlain, Hakeem Olajuwon, Kareem Abdul-Jabbar o Patrick Ewing entre otros. Phil Jackson lo sabía, así que decidió amedrentar al ahora ex-jugador para mejorar su juego de una forma curiosa:
«En la primera semana de la temporada 1999-2000, paré a Shaq durante un tiempo muerto y le pregunté cuál creía él que había sido el mayor logro de Wilt Chamberlain. Rápidamente me contestó: «promediar 50 puntos y 30 rebotes por partido«.
Agité la cabeza y le dije: «No, promediar 48 minutos por partido. ¿Crees que podrías hacerlo?»
Me miró y dijo confiado: «Él pudo hacerlo, así que yo también puedo«.
Tras esto, Phil lo hizo jugar 48 minutos por partido durante varios encuentros, hasta que a principios de noviembre dijo «basta».
«No quería venir a mi oficina a decírmelo, porque no habíamos vuelto a hablar del tema, así que mandó a John Salley a modo de portavoz. Dicho experimento no iba a durar todo el año, por supuesto; pero eso lo llevó a estar en una gran condición como jugador, y a final de ese año fue nombrado MVP.»
Cómo no, algo que no podemos olvidar del Maestro Zen es la importancia que da al entendimiento con los jugadores y al trabajo psicológico. Además del entrenamiento y la preparación física, la mentalidad y la motivación son imprescindibles para mantenerse en la carrera del baloncesto profesional; y el gran Phil Jackson siempre será uno de los mentores de la NBA en este aspecto.
Su artículo continúa hablando de literatura, y cómo se ayudaba de ella para guiar a sus jugadores:
«Algo que me gusta contar es el tipo de libros que le doy a mis jugadores. Siempre quiero asignar un libro que encaje con la personalidad única del jugador. A Shaq le asigné un libro de Nietzsche llamado ‘Ecce Homo’ (que en latín significa: ‘Observen al hombre’).
Pensé que a Shaq le gustaba todo el tema filosófico. De hecho, él mismo se hizo llamar ‘el Gran Aristóteles’.
Al año siguiente, cuando volábamos con destino a Chicago para enfrentarnos a los Bulls, me dirigí al equipo, repartí un libro a cada uno y les dije que al final del vuelo quería un reporte sobre dicho libro. Para Shaq elegí ‘Siddartha‘, una novela de Hermann Hesse sobre un hombre que se busca a sí mismo.
En ese partido contra los Bulls, O’Neal fue expulsado; y en vez de esperar al final del partido y dar la cara ante la prensa, se fue directo al autobús; donde lo encontré tras la rueda de prensa, leyendo ‘Siddartha‘.
En el vuelo de vuelta a casa, vino a mi asiento, me entregó el libro con su reporte (el único que recibí de todo el equipo) y dijo: «‘Siddartha’ es un libro sobre un joven príncipe que tiene dinero, fama y mujeres, justo como yo. También está buscándose a sí mismo, igual que yo».
Para terminar, Phil Jackson cuenta el último encuentro entre ambos como jugador y entrenador, que tuvo lugar después de que el pívot fuera traspasado a Miami Heat. Y a continuación, emite su homenaje y felicitación al histórico jugador:
«Lo llamé por teléfono y le pregunté dónde estaba. Se oían bocinas y mucho ruido de fondo. Me dijo que estaba conduciendo, buscando coches robados. El ‘Sheriff Shaq’ estaba haciendo justicia en su tiempo libre»
«Hicimos planes para cenar juntos y darnos nuestro adiós final. Shaquille estaba más interesado en mi año siguiente que en el suyo propio, (siempre un jugador de equipo de lo más inusual). En ese siguiente año consiguió el anillo con los Miami Heat, y me alegré mucho por él. Sin embargo, ha elegido entrar al ‘Hall of Fame’ como Laker. Fueron cinco años muy interesantes y entretenidos los que tuvimos en Los Angeles. Por toda su bravura y grandeza, siempre fue un jugador de equipo. Sabía cómo hacer mejores a sus compañeros. Se mantuvo real y divertido»
«Antes de él, la liga era conocida por los jugadores grandes dominantes. George Mikan, Bill Russell, Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar, Bill Walton, Ralph Sampson, Hakeem Olajuwon y otros grandes y talentosos jugadores. Pero Shaq llegó y lo hizo con un júbilo que nadie ha visto nunca antes«.
«Enhorabuena, ‘big man’«.