Taurean Prince, de vivir en la calle a convertirse en un halcón
Un ejemplo de superación y esfuerzo
Taurean Prince, el nuevo novato de la plantilla de Mike Budenholzer, es un ejemplo de perseverancia, fortaleza mental y esfuerzo. Y es que este jugador ha pasado de vivir de los servicios de acogida y comida del Ejército de Salvación a ser un jugador de los Atlanta Hawks con un futuro más que prometedor por delante. Su historia muestra a una persona dispuesta a todo por sus sueños, alguien que a pesar de las trabas en el camino ha alcanzado su meta, ser jugador profesional de baloncesto.
Su historia comienza con el divorcio de sus padres. Siendo aún un niño se fue a vivir con su madre y su hermana pequeña a un apartamento de dos habitaciones en San Antonio. Tamiyko Prince, la madre de Taurean, trabajaba como una asistente de la tercera edad y para personas con discapacidad con un sueldo con el que apenas llegaban a fin de mes. Taurean Prince ha comentado al respecto.
“A veces teníamos que cortar una patata y hacer patatas fritas como comida. Era llegar a fin de mes como pudiéramos”.
Con la llegada de la educación primaria, Taurean Prince se marchó a vivir con su padre, el cual, tras haber pasado varios años entrando y saliendo de prisión, conseguía poner en orden su vida. De esta forma, se marcharon a Texas donde se alojaron en casa de la abuela de Taurean. No obstante, un tiempo más tarde, la tragedia sacudió el hogar cuando sucumbió al cáncer de mama. Este revés supuso un mazazo para Taurean y su padre, que se quedó perdido sin saber cómo recuperarse. Después de mudarse varias veces, primero a casa de su tía y después a casa de una pareja de su padre, acabaron deambulando por las calles hasta dar a parar con el Ejército de Salvación. A pesar de todo, Taurean Prince nunca dudó de su padre y se mantuvo con él.
“Me sentí un poco perdido la primera noche sin saber porqué nos encontrábamos con el Ejército de Salvación. Pero confiaba en todo lo que mi padre decía y nunca le cuestioné porque sabía que todo lo que hacía era por una razón”.
Sin un hogar de verdad, Taurean Prince empezó el octavo curso. Anthony Prince, su padre, fue llevado de nuevo a prisión por firmar cheques sin fondos. De esta forma, Taurean se marchó a vivir con Candina Kent, una amiga de la madre del jugador. Madre separada de tres hijos y con una cama libre. Gracias a esto pudo continuar en la misma escuela y encontrar un hogar. Taurean nunca comentó con nadie las penurias por las que había pasado y agradeció de todo corazón lo que esta familia hizo por él. Diez años después de aquello, el jugador sigue con el corazón lleno de gratitud y ha mantenido una gran relación con los por aquel entonces Thompsons.
Taueran Prince volvió con su madre al comenzar el instituto (high school), y dos años más tarde la tragedia volvió a azotar a la familia del muchacho cuando el novio de su madre, del cual se encontraba embarazada, fue disparado. Su padre volvió a casa temporalmente para ayudar con el embarazo, pero una vez se fue, Taurean tuvo que adoptar la figura de padre para sus dos hermanos pequeños. Finalmente, vio en el baloncesto una salida para ayudar a su familia, y tuvo que convertirse en atleta, padre y estudiante al mismo tiempo.
“Esos años de instituto fueron tan duros como el tiempo que pasé con mi padre, simplemente porque necesitas una figura paterna en tu vida. Pero en vez de tener una, yo tuve que ser una para mis hermanos pequeños de alguna forma.”
No fue hasta su segundo año de instituto que empezó a jugar en el equipo Earl Warren. Por aquel entonces, el entrenador de los San Antonio Legends, John Collins, se fijó en él. Taurean Prince había crecido 20 centímetros y le utilizaban de pívot. Sin embargo, Collins, vio potencial en él como un hombre de perímetro. Prince se unió a los Legends dejando claro sus objetivos al entrenador, conseguir una beca. A partir de ahí, Collins lo adoptó como su alumno aventajado y trabajó con él después de los entrenamientos. Fue alejando su rango de tiro de la canasta, ampliando su versatilidad en el juego y mejorando las habilidades que ya poseía. Con la vista puesta en la universidad, Taurean promedió por partido 21.4 puntos, 11.2 rebotes y 3.5 tapones en su último año de instituto. Años más tarde y tras conocer el pasado del jugador, Collins afirma que es uno de los individuos más fuertes mentalmente que jamás haya conocido.
Tras finalizar el instituto, Prince consiguió firmar por la universidad LIU para jugar al baloncesto universitario. No obstante, fue transferido a Baylor University cuando el entrenador de LIU abandonó el equipo por Duquesne. De esta forma, jugó durante cuatro años con los osos de Baylor. Taurean Prince ha reconocido que esta fue la mejor decisión de su vida hasta ahora. Allí conoció a Isaiah Austin, un jugador que aspiraba a ser elegido en el draft de la NBA. Lamentablemente fue diagnosticado con el síndrome de Marfan que le hizo abandonar su carrera baloncestística. Esta enfermedad que se caracteriza por aumentar la longitud de los órganos del diagnosticado suele afectar a una de cada 5000 personas. Fue por este amigo por el que decidió cambiar su número al 21. De él aprendió que no importa lo bien que te vayan las cosas, todo puede desaparecer en un instante. No fue hasta su año de senior hasta que consiguió ser titular en el equipo y ese mismo año promedió 15.9 puntos, 6.1 rebotes y 2.3 asistencias. El entrenador de Baylor, Scott Drew, siempre ha alabado el esfuerzo del jugador a lo largo de los años que pasó a sus órdenes.
«Una de las cosas más difíciles para los hombres grandes que han jugado de interiores toda su vida es adaptarse a convertirse en hombres de perímetro. Ha puesto tiempo y esfuerzo. Es un luchador. Taurean es un jugador que continúa mejorando. A veces te gradúas de la universidad y has sido el mismo jugador durante tres o cuatro años, pero a veces te encuentras con alguien como Taurean que desarrollará su mejor versión dentro de tres, cuatro o cinco años en adelante.»
Una vez finalizaba su carrera universitaria puso su meta en la NBA. Después de graduarse y finalizar su carrera, los rumores y las listas de novatos de la liga comenzaron a poner su nombre cada vez más arriba. Hasta que lo que para él había sido un sueño inalcanzable hace años comenzaba a ser una realidad. Y tras la celebración del draft, como se suele decir, lo demás ya es historia. Los Chicago Bulls lo eligieron en la posición decimosegunda y fue transferido a los Atlanta Hawks por el acuerdo a tres bandas entre Indiana Pacers que recibía a Jeff Teague, Utah Jazz que adquiría a George Hill y los halcones que obtenían la decimosegunda posición del draft.