Derrick Rose brilló en su Chicago natal

Doble-doble del base para guiar a la victoria

El base tuvo una gran actuación contra su ex equipo en Chicago. Nil Alemany (SB)
El base tuvo una gran actuación contra su ex equipo en Chicago. Nil Alemany (SB)

Chicago esperaba la vuelta del que fuera su jugador más preciado en la última década, esta vez con una nueva camiseta, la de los New York Knicks. Y Derrick Rose no defraudó. Con 15 puntos (6/16 en tiros de campo, 37.5 %) 11 asistencias y 7 rebotes, ayudando de forma muy valiosa a conseguir una victoria que ya se había convertido en una necesidad. Y apareció una versión cercana (salvando las distancias) al MVP de la 2010/2011. Precisamente, estos números (+ de 15 puntos y al menos 5 rebotes y 10 asistencias) no los hacía desde la temporada 2011/2012. 

Su mejor partido desde que llegó a la Gran Manzana sin ninguna duda, uno de los artífices para poder ganar a los Bulls. 16 puntos, 4.6 rebotes, 4.2 asistencias y al menos 1 robo en 5 partidos con los Knicks y 32 minutos de juego. Hasta el último partido promediaba menos de 4 asistencias, y se le exigió más. Y respondió. Respondió de tal manera que los Knicks firmaron su mejor partido en asistencias en los últimos 30 años, con 32, y tan sólo 5 pérdidas (contra Cleveland en la Opening Night hubo 13).

«Tratamos de resolver las situaciones cuando estábamos en la pista. Hablando entre nosotros, comunicándonos. Es nuestro quinto partido, se trata de coger el ritmo».

Esto dijo el 25 de los Knicks al finalizar el partido. Quizá era y es muy consciente de la nueva dimensión que ha originado en este equipo. Gracias a sus penetraciones y a su manera de atacar el aro, el perímetro está para jugadores como Carmelo Anthony (25 puntos contra Chicago), Porzingis (27 puntos, 10-15 en Field Goals y 4/7 en triples) y Courtney Lee (8-10 en Field Goals ).

Rose se ha dado cuenta de cómo debe liderar este equipo, aún sin ser el líder, y eso está al alcance de muy pocos. Su baloncesto y forma de jugar está siendo todo lo contrario a egoísta, y esta generosidad hace que entienda la dinámica que debe seguir el equipo. Además así logra comprender su propio juego. Y en esta línea, solo puede haber buenas noticias en la ciudad que nunca duerme.

«Todo conlleva un tiempo. Mover el balón, abrir la pista, tengo que tener la paciencia de esperar hasta que cada uno esté en el sitio correcto en nuestro ataque».

Ojalá que por el bien del baloncesto y de los Knicks, Rose siga en esta línea ascendente. Por el momento disfrutemos con lo que nos regaló ayer el MVP contra su querida Chicago, la ciudad que le vio crecer, y ayer, tras muchos años, sufrió con él. Su vuelta junto con la de Joakim Noah al United Center, acompañado de un bonito homenaje por los Chicago Bulls, nos hizo ver a unos Knicks muy motivados. Y Rose jugó y les hizo jugar.