El rebote: un problema sin solución para los Boston Celtics
Análisis pormenorizado de su incidencia negativa en el juego
Los Boston Celtics han iniciado su temporada con una actuación decorosa, no han deslumbrado ni han decepcionado en casi ningún apartado, y digo casi ninguno porque hay algo que se sabe cómo una verdad de perogrullo…. los de Massachusetts pueden jugar contra el peor equipo de la liga, un conglomerado de enanos de Moria, o contra la selección de Hobitton reforzados con los Pitufos y seguramente pierdan de todas formas la lucha en los cristales.
Todos estamos al corriente de que el equipo de Stevens es pésimo en el apartado que aquí tratamos, esto tiene varias aristas, algunas saltan a la vista rápidamente, como la cuestión física (es el equipo más bajo de toda liga) otras por características del material humano (ninguno es un reboteador de élite) y otras no están a simple vista y hay que ahondar más en profundidad para descubrirlas (el sistema defensivo) por lo que este combo de cuestiones provocan un problema endémico que no es de fácil solución en el corto plazo, y no estoy seguro que lo tenga en el largo.
Comencemos por lo más obvio, la partida de Jared Sullinger, su mayor exponente en este tipo de situaciones de juego, sumada a la de Evan Turner (aportaba más de 5 cuando vestía la #11 verde) han mermado la cantidad de recobres, tanto en tablero propio, como en el contrario. La adquisición de Al Horford TENDRÍA, en teoría, que palear este vacío, pero la movilidad del dominicano lo aleja de la zona pintada a favor de la contención del pick and roll y en detrimento del rebote.
La ausencia de un reboteador de élite y la apuesta por la versatilidad están llevando a los Boston Celtics a tener un dolor de cabeza constante. Los rivales, notificados de esta cuestión, cargan el tablero provocando una sangría, que en estos primeros partidos, está descompensando todos los números del equipo.
Veamos que nos dice la estadística en comparación con el año anterior y como los equipos contrarios se están alimentando (cual sanguijuelas) de esta situación: primero una salvedad, la muestra es muy pequeña (solo cinco partidos) y hubo ausencias en todos ellos (primero Marcus Smart, después Horford y Jae Crowder más tarde) no obstante, el conjunto de Brad Stevens está muy justo con el material humano y no se puede permitir ausencias de este tipo, sobre todo si son de los que más aportan en los cristales (Crowder 6.3 reb, Smart 3.5 reb y Horford 5.3 reb). ¿Esto quiere decir que cuando estén todos dejará de existir el problema? No, claro que no y acá es cuando nos metemos en lo que no se ve a simple vista.
El sistema defensivo móvil de los Boston Celtics, tanto en las situaciones de pick and roll, como en continuación de jugada, atentan contra el cierre de los recobres. El «ataque» al pick que hace Stevens con la utilización del “Ice defense” en el cual el interno tiene que contener al perimetral y llevarlo hacia uno de los lados del campo mientras que el externo recupera posición, alejan a los primeros de la pintura y genera un pasillo central que es usufructuado por los rivales para capturar segundas oportunidades. Si a lo anteriormente dicho, sumamos el sistema de ayuda escalonada y los cambios de marca continuos a los que expone el entrenador a sus dirigidos y el permitir por diseño tiros de media distancia que generan recobres largos, da luz de los números que estamos viendo en este comienzo.
Los Boston Celtics se encuentran en este momento en el puesto 26 en diferencial de rebotes, en el 23 de recobres en el tablero propio y 28!!! en el ajeno (el año pasado era top 5 en este apartado) lo que lleva a no solo brindar posesiones extras al rival, si no a NO obtener adicionales para su causa. En este momento los de Massachusetts están brindando 12.8 posesiones extras al rival, que decantan generalmente en oportunidades fáciles debajo del aro o a la chance de volver a jugar en sistema una posición entera mermando sus números defensivos globales (30 de 30 en este momento).
Analicemos un poco más como son esos recobres, para entender por donde pasa la dificultad principal. Los orgullosos verdes parecieran tener alergia de box out (posicionamiento para ganar la ventaja en el rebote) ya que solo recogen un 30.7 % de los balones que son disputados con un rival a menos de metro y medio de distancia. Esto da al oponente eventual seis pelotas más por partido y si a esto le sumamos que los Celtics están cosechando un 32.7% menos de segundas oportunidades, las cuentas salen fáciles.
¿Tiene algún tipo de solución inmediata? La respuesta es… NO, ya que la única manera de poder minimizar esta situación, es haciendo que TODOS colaboren con el box out, pero está a la vista que por más que Stevens se lo pida a los jugadores, solo unos pocos saben hacerlo correctamente (Smart y Crowder y no muchos mas). El entrenador está «eligiendo su veneno», prioriza la defensa del pick and roll y el triple por sobre los rebotes y los tiros de media distancia (estadísticamente esto debe estar comprobado por el cuerpo técnico) lo que ocurre es que el daño que genera el rebote es más grande del que se piensa o se ve a simple vista, ya que hace decaer el pace (ritmo de juego contado por cantidad de posesiones) por la falta de nuevas oportunidades en aro ajeno, sumado a que no se puede correr si no se recupera el útil, lleva a la merma de puntos fáciles en transición… Usted se preguntará ¿entonces cómo es que los Celtics ganaron más de lo que perdieron? Muy sencillo, los niveles de capitalización desde 7.25 mts han aumentado considerablemente (cinco jugadores por encima del 40%) y los de efectividad en estacionado también… el inconveniente radica que teniendo en cuenta el materia humano de estos Boston Celtics, donde Avery Bradley es su mejor reboteador con 8.2 por partido, el nivel de acierto y concreción no se puede mantener en el tiempo… haciendo la cuestión del rebote UN PROBLEMA GRAVE y que no se arregla de un día para otro.
Stevens se encuentra ante un dilema muy grande, ya que si los niveles de acierto se estabilizan hacia valores promedios, las derrotas pueden aparecer en cascada. El trabajo de rebotear en conjunto tiene que ser una prioridad para este equipo y la única manera de salir es hacerlo juntos.