Martes, 8 de noviembre, 21 horas. Ante una razonablemente buena entrada, teniendo en cuenta el día y la hora – una nueva ocurrencia de la FEB para terminar de manera definitiva con el baloncesto patrio- el líder de la categoría, Leyma Básquet Coruña, se iba a enfrentar contra uno de los equipos más peligrosos de la misma, el fuerte San Pablo Inmobiliaria Burgos, en un partido que se antojaba disputado y que, predeciblemente, iba a dejar buen juego sobre la pista, deleitando tanto a los aficionados que se habían dejado caer por el Palacio de los Deportes coruñés como a los que estaban viendo el encuentro tras sus pantallas, merced al Canal FEB -que, demostrando una vez más la increíble modernización técnica que acompaña a las instituciones de nuestro deporte, estuvo caído durante toda la noche-. Así fue, de hecho, llevándose el equipo coruñés el gato al agua.
Salía con una defensa 2-3 poco peleona el Básquet Coruña, y en individual Burgos, presionando. El partido comenzaba con ambos conjuntos jugando posesiones cortas, aunque con una dinámica contrapuesta. Ante juego fluido del San Pablo, con movimiento rápido de balón, en el que todos sabían lo que tenían que hacer; se encontraba el juego errático, trabado, de los de Tito Díaz, tanteando al rival y esperando a ver qué oportunidades podrían llegar. Con un 0 – 5 en tiros de 3 del Básquet Coruña en los primeros 5 minutos, nada presagiaba el parcial 11 – 0 que iban a endosar en los restantes. Sin embargo, dado que su ventaja era fruto de la pura estadística, ya que el juego de los naranjas se estaba basando simplemente en el tiro desde el perímetro, los burgaleses iban a cerrar el cuarto recortando distancias.
En el segundo periodo, y a pesar del buen trabajo de Gibson en la zona, metiendo el cuerpo y anotando a media vuelta con unos cuanto ganchos de izquierda y secando a los interiores naranjas en defensa, y a la facilidad que los herculinos brindaban para penetrar su zona; las transiciones, comandadas por un Monaghan en modo «yo me lo guiso, yo me lo como», en palabras de sus compañeros; y las buenas jugadas dentro – fuera – dentro con Zyle, permitían al Leyma Básquet Coruña despegarse un poco, con un parcial de 10 – 2, para marcharse al vestuario con 44 -33.
Tras el descanso, cambio de tercio. Abanderados por un Huskic que estaba demostrando porqué lo había fichado un equipo ACB con apenas 16 años, los hombres dirigidos por Epifanio intentaban darle la vuelta a la tortilla. El movimiento lento de los naranjas en el juego estático no daba opción a que el San Pablo descompusiera su bien plantada defensa, y el abuso del tiro exterior (con 28 triples lanzados, contra 22 tiros de 2) empezaba a pasar factura, lo que los burgaleses aprovechaban de manera magistral para remontar la diferencia. Sólo las finalizaciones en transición y el buen trabajo de Peña y Monaghan mantenían al Básquet Coruña en el partido, ante un rival crecido que veía como la realidad de una posibilidad de victoria se había materializado definitivamente.
Finalmente, y en un último cuarto tenso, el equipo entrenado por Tito Díaz acabó tirando de la dinámica ganadora que le acompaña esta temporada y acabó por solventar el choque merced a la actuación determinante de Ángel Hernández, con 9 puntos consecutivos que permitirían respirar tanto a sus compañeros como a la grada, enorme animando a su equipo en tamañas circunstancias. Los minutos finales, de puro trámite, lo dedicaban todos los presentes en el Palacio de los Deportes para saborear el 7 – 1, el acostarse líderes, y el haber sido capaces de vencer a un rival tenaz, que supo jugar bien sus cartas defendiendo de forma exquisita y haciéndose fuertes bajo los tableros.