Los Utah Jazz siguen malditos por las lesiones
Se repite la historia de la temporada pasada
Tras la experiencia vivida el curso pasado con las múltiples lesiones de varios jugadores clave, y por tiempo prolongado, los Utah Jazz se embarcaron este verano en el proceso de dotar al equipo de mayor amplitud de armario. La idea era buena, el problema es que Utah sigue perdiendo hombres importantes a ritmo frenético.
Con Alec Burks de nuevo fuera sin saber hasta cuando, con George Hill también sin volver, con Derrick Favors entrando y saliendo de la enfermería, con Boris Diaw renqueante y con Gordon Hayward empezando el curso en el dique seco, los Utah Jazz se lo están tomando con filosofía. De momento sólo han podido disfrutar de Hill y Hayward jugando juntos un único partido.
Utah está sufriendo con tantas bajas (39 días perdidos por sus jugadores, empatados con los 76ers en cabeza de toda la liga) y el domingo volvió a caer, esta vez en Denver ante los jóvenes Nuggets, que les barrieron de la pista por 105-91. Los Jazz volvieron a caer por debajo del 50% (7-8) pero no pierden el horizonte, ya que todos, incluido el entrenador jefe Quin Snyder, saben que más tarde o más temprano podrán volver a contar con los refuerzos. Snyder usó una metáfora musical para hablar de ello:
«Esperemos que el grupo se vuelva a reunir. Realmente no hemos establecido un grupo todavía así que ni siquiera sé cómo suena, pero esperemos que al menos consigamos algunos jugadores que sepan dónde sentarse y qué se supone que tienen que hacer».
«Pero mientras tanto todo nuestra atención tiene que ir con los chicos que tenemos y no solo tratar de ganar, sino tratar de mejorar».
Los Jazz tienen dos días de descanso tras caer en Colorado, así que podrán aprovechar y recuperar a alguno de sus hombres importantes. Tendrán la oportunidad de vengarse de los Nuggets en Salt Lake City el miércoles noche.