Una epidemia merma a los Boston Celtics
Marcus Smart y Tyler Zeller, los últimos en caer
¿Rebotes? ¿desconexión? ¿falta de acierto? ¿demasiados triples? ¿mala segunda unidad?… ¡JA!, me río yo de todos esos intrascendentes problemas. Ríos de tinta se han escrito sobre los Boston Celtics en lo que va de curso, analizando, opinando y discutiendo sobre lo bueno y lo malo, sobre lo insalvable y lo que se puede manejar. Todo inservible ante el nuevo enemigo que circula sin control por todos los rincones del TD Garden, el bautizado por Stevens: «Bug del estómago«.
Los Boston Celtics batallan en las últimas semanas contra un problema más complicado de parar que un base cargando el rebote ofensivo ante Kelly Olynyk. Un virus ha llegado a Boston y desde jugadores a cuerpo técnico han estado sufriendo las consecuencias.
«Marcus (Smart) tiene el virus que anda dando vueltas por ahí (gastroenteritis) y Tyler (Zeller) tiene un infección de oído y sinusitis.» – decía Brad Stevens sobre unos jugadores que han tenido que acudir al hospital. – «Tyler se encontraba realmente indispuesto el domingo, más incluso que las últimas semanas, lleva un tiempo luchando ya. Ojalá se recuperen pronto y puedan volver lo antes posible».
Las bajas de Smart y Zeller se unen a una lista en la que ya se encontraba Avery Bradley, el cuál se perdió el partido del viernes contra los Heat por enfermedad y ya ha vuelto a los entrenamientos. Jae Crowder admite que casi se pierde el partido de Navidad por el ataque del maldito «bug«, y el cuerpo técnico tampoco se libra.
«Tenemos a técnicos, jugadores; todo el mundo está tratando con esto. Es una de las cosas que tiene pasar todo el tiempo juntos. Jay Larranaga se ha perdido los dos últimos partidos y nadie ha preguntado. También tiene el virus estomacal. Está por aquí dando vueltas».
James Young también causa baja (por esguince) y los Celtics han llamado a Demetrius Jackson y Jordan Mickey de la D-League para cubrir las presumibles bajas de Smart y Zeller en el partido de mañana contra los Jazz. Parece que Bradley se encuentra mejor, aunque se siente algo indispuesto, pudiendo dejar un agujero enorme en el backcourt de los Celtics.
Por otro lado, y a falta de un responsable de prevención de riesgos, Isaiah Thomas habla de su plan de contingencia ante todos los problemas que están teniendo sus compañeros.
«Solo choco los puños. No doy la mano a nadie. Cuando abro puertas me coloco un jersey en la mano para no tocar nada, y así no me pongo enfermo. Estoy bien. No recuerdo la última vez que me puse enfermo».