A los Dallas Mavericks les cuesta arrancar

Sufren en las primeras mitades

Wesley Matthews sigue en estado de gracia, pero los Dallas Mavericks no se conectan a los partidos/Nil Alemany (SB)

La temporada de los Dallas Mavericks no está siendo sencilla y la dinámica de las últimas semanas no está siendo la más adecuada para conseguir acercarse a los Denver Nuggets en la pugna por la octava plaza de la Conferencia Oeste, la última que da acceso a los PlayOffs de la NBA.

Malos primeros tiempos, buenos segundos. Esta está siendo la dinámica de los texanos en estas semanas. De los últimos once partidos, los Dallas Mavericks han perdido los dos primeros cuartos y ganado los dos últimos (o, como poco, el tercero de manera bastante evidente) en 6 de ellos.

¿Qué pasa con los Dallas Mavericks? La sensación es que les cuesta en exceso arrancar y son totalmente superados por sus rivales. Esto es un problema de sencilla explicación; los Mavs van a remolque en el marcador durante muchos minutos y esto es un arma de doble filo: si terminan ganando… «oh, que buenos son y como han remontado»; pero si terminan perdiendo se complican la vida, se alejan de sus objetivos y se posicionan —o más bien, se mantienen— en tierra de nadie.

Además, analizando los partidos donde este guión no se ha complicado; resulta que los Mavericks consiguen ganar más que pierden. De esos cinco partidos (Orlando Magic, Portland Trail-Blazers, Philadelphia 76ers, Oklahoma City Thunder y Cleveland Cavaliers), los texanos han ganado tres de ellos y no precisamente de manera muy apretada (+32 contra los de Florida, +18 contra Sixers y +7 contra los vigentes campeones). Los Dallas Mavericks juegan mejor y son mucho más efectivos cuando no comienzan perdiendo el encuentro.

Entre los seis partidos que más nos preocupan (contra Detroit Pistons, Boston Celtics, Utah Jazz, de nuevo Portland Trail-Blazers, Denver Nuggets y San Antonio Spurs), los Dallas Mavericks solo han conseguido ganar dos de ellos, perdiendo los otros cuatro.

La primera consecuencia de esta racha es el propio récord. Ganando 5 de los últimos 11, no es muestra suficiente para aspirar a entrar en PlayOffs; pero tampoco lo es para ganar posiciones en el Draft. Provocando que el futuro más inmediato de los Dallas Mavericks (esta temporada) no dependa de ellos mismos, sino de la labor de sus rivales —si entran en racha negativa pueden escalar posiciones, como los Blazers, y si entran en racha positiva como Heat o Kings, pueden ganar algún puesto en el Draft—.

Los dato, además, son cristalinos. Al conjunto de Rick Carlisle les cuesta mucho llegar a los 100 puntos en los partidos donde han empezado mal. Atacan mal y defienden peor. Es en la defensa donde más se nota la diferencia, si los Mavs comienzan enchufados; son capaces de ahogar la ofensiva de sus rivales y ganar los partidos desde su esfuerzo defensivo. Casualmente (o tal vez no por tanta casualidad) en estos partidos donde los Dallas Mavericks salen fuertes desde el principio y defienden mejor; son los encuentros donde mejor ofensiva hemos podido ver.

Y es que si se ven las actuaciones de este equipo, es evidente que necesitan construir sus victorias desde la defensa. No son el equipo que ganaba a base de golpes y anotando muchos. Ahora lo hacen desde una defensa mucho más intensa y provocando que se sientan mucho más cómodos y descarados en ataque.

La muestra de esta racha la podemos ver en el último partido ante los Detroit Pistons.

En el tweet podemos ver el marcador con el que se llegaba la descanso. Casi 30 puntos de diferencia que, por muy buen trabajo que se haga en el «momento Maverick» (que se hizo) hace prácticamente imposible que se consigan sumando un triunfo siempre necesario. El resultado final de 91-98 para los de Van Gundy; es decir, los Dallas Mavericks recortaron 20 puntos en los segundos 24 minutos. ¿Cuánto mal lo has tenido que hacer en la primera mitad para que un parcial de +20 no termine en victoria? Efectivamente, muy mal. 

Eso sí, las dos victorias que consiguieron remontando (ante Utah Jazz en la prórroga y contra todos unos San Antonio Spurs) han sido, sin contar contra los Cavs, las victorias que más se recuerdan entre los aficionados. Pero la realidad es otra, y los Mavs, si siguen así, se quedarán en tierra de nadie y cuando nos demos cuenta ya será demasiado tarde. 

Ante esta situación… ¿Se puede poner el foco en algo? Relativamente no; pero es evidente que los jugadores que más minutos suman en esos momentos deberían ser los más señalados. Los titulares (Ferrell, Curry, Matthews, Barnes, Nowitzki y Deron Williams cuando volvió de su lesión), los que han sido escogidos por Rick Carlisle para salir desde el inicio en este mes de febrero y son los jugadores que, en más de la mitad de las noches, suman un +/- negativo cuando se iban a los vestuarios para el tiempo de descanso. El quinteto titular de los Dallas Mavericks ha sido habitualmente superado por su homólogo contrario. Aquí hay dos puntos que destacan: la defensa de Dirk Nowitzki y el arranque de los bases. No es ningún secreto que el alemán nunca ha sido un gran defensor y que esta temporada está sufriendo más que nunca incluso con el cambio táctico de ponerle en la posición de center. Los rivales intentan focalizar todo el juego en el jugador que tenga como pareja de baile al «41» y la verdad es que les está saliendo bien. El tema del base es más complejo, tanto Ferrell como Williams terminan haciendo buenos partidos ya sea uno, otro o los dos; pero ninguno de los dos (ni Curry como ayuda desde el puesto de escolta) consiguen comenzar finos en la faceta de dirección de juego. Anotan y defienden; pero no ponen a funcionar la maquinaria ofensiva de los Mavs y esa falta de juego en equipo pasa factura con el paso de los minutos.

Hay tiempo de sobra para que los Dallas Mavericks mejoren; pero ahora mismo el problema es evidente: para los Mavs, mejor comenzar sacando de banda en el tercer cuarto que con el salto inicial (salto que, por cierto, suelen perder y que llegó a realizar Harrison Barnes en detrimento de Nowitzki).