Byron Scott se retira definitivamente de los banquillos

Continuará trabajando en ESPN

Byron Scott
Byron Scott pone fin a su carrera en los banquillos – TheDailySportsHerald (CC)

Byron Scott ha sido un habitual en los banquillos de la NBA. Ha participado en 15 de las últimas 16 campañas a excepción de la temporada pasada tras su despido por parte de unos Lakers que buscaron un joven y prometedor entrenador en Luke Walton. Buscó un contrato con algún equipo, pero sorprendentemente, ninguna franquicia ha decidido cambiar de presencia en la banda. Por tanto, ha decidido poner fin a su carrera como entrenador tras no haber recibido ninguna oferta durante dos temporadas consecutivas.

Ya he terminado, he tenido suficiente. Estoy disfrutando de la vida tras haberme retirado de los banquillos y disfruto mucho trabajando para ESPN. No voy a escuchar ninguna oferta y pienso seguir trabajando en televisión”.

Byron Scott no ha sido muy exitoso a pesar de algunas excepciones. New Orleans, Cleveland y Los Angeles Lakers le despidieron tras perder una gran cantidad de partidos. Sin embargo, ha tenido sus buenas épocas como cuando llevó a New Jersey Nets a las Finales dos años consecutivos de la mano de Jason Kidd o cuando consiguió que un tal Chris Paul se convirtiera en uno de los mejores bases de la historia.

Sus servicios no son tan requeridos como antes. Un entrenador chapado a la antigua que basa su estrategia en estadística y demasiada esperanza en los jugadores jóvenes. Los equipos no buscan entrenadores del perfil de Scott y ha pasado a mejor vida de una manera muy plácida y cómoda. Las cadenas de televisión parecen ser el mejor cementerio para jugadores y entrenadores retirados que no quieren desvincularse de este deporte.

Ahora, no le queda nada más que disfrutar de los años que le quedan mientras comenta la situación de todos los equipos de la Liga en una cadena de mucho prestigio como ESPN. No pudo continuar con éxito en los Lakers y ahora es su gran amigo Magic Johnson el que tiene el mando del equipo. ¡Buena suerte, Byron!