Detroit Pistons y el problema Boban Marjanovic
El pívot sigue sin encontrar su sitio en la Motown
«Boban Marjanovic puede ser el jugador interior mas indefendible de la liga. ¿Has visto el Eurobasket? Boban jugaba con los demás interiores, y algunos de ellos eran jugadores NBA». (Stan Van Gundy, 26 de septiembre de 2017).
Transición.
Y aquí estamos, a 2 de diciembre y con los Pistons realizando una temporada inesperadamente buena. Tanto defensa como ataque se sitúan en la mitad alta de la clasificación, todos los jugadores que entran en la rotación aportan y conocen su papel y los que debían dar un paso adelante, como Reggie Jackson, Andre Drummond y Tobias Harris, lo han hecho. La Motown vive una época muy esperanzadora, y por una vez, no es por el futuro que vendrá, si no por el presente que vivimos.
Pero aunque el equipo vaya bien, los resultados acompañen y se hayan conseguido victorias de mérito ante rivales de entidad como los Warriors o los Celtics, ahí, en el fondo del banquillo y con mirada pérdida al frente, yace un afable gigante de 2,23 metros. No es peligroso, y a veces se le puede ver hablando con los aficionados que se sientan al lado del banquillo en uno de los muchos partidos que ha pasado sentado durante los 48 minutos del partido. ¿Pero esto porqué pasa, si Van Gundy dijo que Boban puede ser uno de los jugadores mas indefendibles de la pintura americana? Estos puntos que a continuación desgranamos nos ayudarán a comprender el porqué de la falta de minutos del gigante europeo.
«Tenemos la plantilla más completa posible»
La temporada pasada Van Gundy ya presumía de ello. Tenemos cuatro jugadores por posición, decía. Y no iba mal encaminado, ya que si de algo puede presumir Detroit es de la variabilidad de sus esquemas y la versatilidad de sus jugadores. Este año podemos ver alineaciones de big ball con tres interiores, de small ball con ala pívots como cincos o quintetos tradicionales con pívots interiores.
En el puesto de base tenemos ejecutores u organizadores, en el escolta jugadores defensivos y tiradores, en el alero rocas preparadas para parar un tren pero también tiradores de rachas, y en las posiciones interiores los Pistons gozan de ala pívots abiertos, defensivos y de pívots preparados para enfrentarse a contrarios interiores, exteriores o de utilidad. Y Boban Marjanovic se enmarca en el grupo de las opciones de contraataque o de emergencia; el serbio saldrá a pista cuando se necesiten puntos o una defensa alternativa que coja al rival a contrapié.
Y el problema es que en los 21 partidos que los Pistons han jugado, solo en 4 se ha precisado la participación de Marjanovic. Y no será porque no lo necesitemos. Porque si Eric Moreland te pasa por delante en la rotación es que o bien algo estás haciendo mal o porque no sales rentable a la larga. Y no desmerecemos el trabajo de Moreland, el chico sabe que esta es una oportunidad de oro para alguien que fue a probar suerte en la liga de verano, y se deja la piel en cada partido. Además es rápido y puede encararse con la gran mayoría de contrarios por su altura y cualidades físicas. Pero además de rebote y una defensa más por ímpetu que por calidad, no aporta nada más. Y Marjanovic puede igualarlo en todo y aportar técnica y calidad en el poste.
La inactividad agrieta la calidad y la ambición
Lo de ayer frente a Washington fue un ejemplo meridiano del mal momento por el que está pasando Boban. Los Pistons estaban pasando por un mal momento ofensivo, y después de encajar un parcial de 15-35 en contra, Van Gundy buscó revulsivos en el banquillo. Cogió su linterna y bajó al típico sótano en el que nunca deberías entrar cuando el sol cae por detrás de las montañas y la oscuridad reina en el exterior. Allí, un jugador con chándal de los Pistons y pantalones medio arremangados estaba contándole una historia sobre su Serbia natal a un grupo de chicos que estaba pasando una agradable semana en un campamento de verano. Van Gundy le hizo una señal de subir para arriba y Boban tuvo que obedecer.
Volviendo ahora al mundo real, la puesta en escena del serbio fue horrible. Camiseta por fuera, que diréis que es una tontería, pero yo creo que es un indicador de completa desidia por jugar, sentimiento que posteriormente se confirmó. No utilizó su envergadura para nada, los contrarios le cogían los rebotes, penetraban en su cara, y cometió infracciones como las de entrar antes de tiempo a un tiro libre, anulando el consiguiente punto para los Pistons. Si posteaba, le quitaban el balón, si intentaba hacer valer su altura, le apartaban con el cuerpo, y los dos tiros libres de los que dispuso en su primera intervención los falló, algo raro en él. Poco mas de tres minutos y vuelta al fondo del banquillo. Parece ser que se divertía mas ahí.
Estoy exagerando un poco mis opiniones, no creo que Boban haya lanzado la toalla y ayer se dejara llevar, pero si que creo que la desmotivación le está ganando terreno. Haber jugado en solo cuatro de los 21 partidos posibles y que un jugador de la Summer League le quite el puesto que le pertenecía después de la marcha de Baynes duele, y ser el compañeros de los rookies que no tienen minutos en el banquillo cuando tú estás en la madurez de tu carrera es como cuando en la escuela te clasifican en el grupo de vagos y maleantes cuando tu no eres nada de eso. Obviamente esta no puede ser la mejor sensación del mundo, pero desde fuera, cuando vemos que Boban estira y empieza a calentar para salir, queremos que aproveche estos minutos porque sabemos de la poca frecuencia de estos sucesos, y si no rinde en los pocos minutos de los que dispone, el pívot se avecina a otros tantos partidos en el mas absoluto ostracismo.
Los gigantes como atracción, no como protagonistas
Detroit ama a Boban; corea su nombre, celebra su más mínimo toque de balón, protesta una falta como si de una final se tratara y celebra cada punto como si fuera un buzzerbeater frente a los Celtics de Bird. Incluso se han escuchado cánticos de MVP en sus tiros libres. ¿Y entonces como puede ser posible que un jugador que es mas alto que los demás, que tiene técnica en el posteo y que puede anular a muchos rivales en el uno contra uno pasa los partidos sentado en su silla? La respuesta deriva en dos vertientes. La primera es la poca compenetración entre sus cualidades físicas y el estilo de juego de la liga actual.
Pese a que los Pistons se sitúan como el 22º equipo en lo que a ritmo de juego se refiere con 98 posesiones por partido (2 más que los últimos), el juego sigue siendo rápido. El pace sigue su evolución hacía la rapidez, y solo en tres años, la media de posesiones de la liga ha aumentado en casi cinco. Y los Pistons no están exentos de seguir está moda. Su juego ha variado en los recientes tiempos, ya que han pasado de ser un equipo de media pista a abonarse más al contraataque aprovechando sus perros de presa defensivos y sus constantes robos de balón. Además, ya proliferan esos triples a 20 segundo del final de posesión que tantas ganas le dan a un servidor de empezar a pelearse con su propia sombra.
Si nos ponemos en esta tesitura, ¿dónde encaja un gigante de mas de 2,20 metros? Sus fuertes son el juego de espaldas a canasta y los balones a la pintura. Es cómo encontrar el CD de la quinta sinfonía de Bach donde debería estar el «Silent Alarm» de Bloc Party.
Y la pregunta que os rondará por la cabeza ahora será el ¿y porqué lo ficharon, si casa tan poco con el juego de los Pistons? Van Gundy parece tenerlo todo previsto con los Pistons. Cuando fichó a Bradley sabiendo que tendrá que deshacerse de ciertos salarios para renovarle dijo que era pleno conocedor de ello, y a principio de temporada dijo que este año iban a preparar jugadas específicas para aprovechar a Boban. De momento lo de Bradley nos lo creemos, pero si a los 20 partidos Boban está jugando nada, será que o bien no ha hecho nada o que no ha podido encajarlo. Y aquí radica el problema de Boban en pista: su equipo no sabe jugar con él. Cuatro de cada cinco jugadas en ataque con Boban en pista acaban con un aclarado para el serbio, que tiene que postear y finalizar. Sí, es muy alto, algo bueno hará. Y no, lo que pasa es que le hacen un triple equipo y la pelota acaba o bien perdida o con un tiro forzado. Si de verdad queremos justificar los 21 millones que cobrará el serbio, debemos aprender a utilizarlo correctamente, porque a día de hoy la táctica es pasársela y que produzca.
Dicho esto y ya como conclusión, espero que en el futuro Van Gundy tenga tiempo para diseñar alguna jugada trabajada para Boban y podamos clarificar si es un jugador válido para este equipo. Si lo hace y vemos que no es eficiente o simplemente lo deja pasar, lo mas seguro es que el serbio salga del equipo esta misma temporada para hacer espacio salarial para renovar a Bradley en verano, y sería una pena.