ANÁLISIS | ¿Qué va a aportar Biyombo en el ecosistema Hornet?

Analizamos qué puede aportar al equipo y su diferencia con respecto a Willy y Zeller

Verano de 2011 y Sacramento Kings, con su elección número 7, eligen a Bismack Biyombo, un pívot muy joven y con unas condiciones físicas que llegan a ilusionar pese a que, hasta el momento, sólo hubiera jugado en equipos de la Comunidad de Madrid (el último y de más nombre, el Fuenlabrada) sin llegar a explotar en ninguno. La oportunidad estaba ahí, pero también el riesgo y, en el espejo, el caso Ibaka que por aquel entonces era visto como un proyecto de futuro gran pívot y que también llegó sin haber roto a jugar del todo en España.

Por su parte, en Charlotte se preparaban para la que, esperaban, fuera una noche que marcara un cambio en su trayectoria. Seleccionaron al jugador más importante de su historia moderna, Kemba Walker, esa misma noche y realizaron un traspaso gracias al cual se hicieron con Biyombo y en el que estuvieron involucrados los propios Sacramento Kings y Milwaukee Bucks, así como los nombres de Corey Maggette, Shaun Livingston, Stephen Jackson y la elección número de 19 que se convirtió en Tobias Harris.

De repente, Charlotte Hornets se encontraba con dos elecciones top-10, un nuevo base y un pívot a los cuales desarrollar y poder crear un proyecto ganador en unos años. Pero el plan no salió tal como estaba planeado. Mientras Walker crecía de manera continua, el caso Biyombo no era igual.

Durante cuatro años estuvo en la plantilla de Carolina del Norte sin que su rendimiento llegara a dar motivos para confiar en él. En esos cuatro años jugó una media de 21 minutos que se saldaron con 4,4 puntos y 6,1 rebotes. Especialmente durante su año sophomore contó con una gran confianza desde la franquicia, llegando a jugar casi 30 minutos por partido (27, para ser exactos) en los que anotó 4,8 puntos y capturó 7,3 rebotes por partido.

A partir de ahí, Steve Clifford empezó a contar menos con él y los Hornets le dejaron ir. Toronto Raptors fue su destino. Tras una única temporada en Canadá, aterrizó en Orlando.

En la calurosa Florida, y con un contrato de 17 millones al año bajo el brazo, no ha logrado romper en el jugador que prometía quedándose cerca de los 6 puntos y 6.4 rebotes por partido en dos temporadas en alrededor de 20 minutos de juego. Cifras escasas que tampoco han venido acompañadas de éxito colectivo.

Sin embargo, no todo son números en este mundo, y Biyombo aporta más cosas. Principalmente, es un jugador eminentemente defensivo que puede actuar como ancla defensiva y servir de protección a la espalda de exteriores que aprieten más las líneas de pase. Y en ese sentido gira su fichaje de regreso a Charlotte Hornets.

¿Cómo encaja Bismack Biyombo en el esquema de Borrego?

Lo primero que podemos asegurar es que no tenemos nada claro. La escasa experiencia del entrenador James Borrego como entrenador jefe en la NBA nos impide hacernos una idea sobre cómo va a jugar este equipo. Lo mejor que podemos hacer es imaginarlo a partir de sus declaraciones, y estas nos dicen que quiere correr.

Subir el ritmo de los partidos y aumentar la intensidad en pista, así como la solidaridad entre compañeros tanto a la hora de renunciar a tiros como en ayudas defensivas parece ser clave. Y en los últimos aspectos, el pívot encaja como anillo al dedo. No necesita tiros para hacer su juego, nunca ha llegado al 12% de uso ofensivo en una temporada, y su principal virtud es crear un muro atrás y cuya intimidación sirve para corregir jugadas atrás. Con exteriores tan intensos atrás como Batum, Lamb o Kidd-Gilchrist, Hornets se asegura poder apretar líneas de pase y subir la exigencia defensiva sabedores de que atrás tienen un guardaespaldas.

La principal duda consiste precisamente en su capacidad para jugar rápido. Por todos es sabido que el alto ritmo que imponen algunos equipos perjudica seriamente a los pívots. Dwight Howard es uno de los que no juega bien a altas velocidades, y a la franquicia no le tembló el pulso a la hora de traspasarlo. Simplemente no encajaba en este nuevo proyecto. Cody Zeller y Willy Hernángomez, por su parte, sí que son pívots que aguantan bien el correr toda la pista tanto en ataque como en defensa. En cuanto al nuevo fichaje, lo cierto es que tampoco es certeza. Hasta el momento no ha jugado nunca en un equipo que tuviera un ritmo que llegara a las 100 posesiones por partido ni ha estado en un equipo top-10 en este aspecto. Es más, sólo durante las dos últimas temporadas en Orlando Magic superó las 95 posesiones por partido (entre 96 y 98) pero sus estadísticas se han mantenido constantes.

Y ese es, precisamente, su gran debe, que durante todos estos años se ha mantenido constante. Está siendo un jugador que deja frío, al que no se puede amar… pero también es difícil odiar. Simplemente está por ahí.

Así pues, no se espera que sea un jugador que vaya a romperla en Charlotte, no es un fichaje que vaya a ilusionar. Es los jugadores por los que se le ha traspasado.

Su rol en el equipo

Tras el traspaso de Howard en el que llegó a cambio Mozgov cambió el status quo de la zona de Charlotte: Cody Zeller quedó como el titular y había reservado un papel importante para Willy, con el ruso para emergencias. Sin embargo, este fichaje no es por reducir salarios ni nada similar. Sus motivos son plenamente deportivos y desde los Hornets tienen un plan para Biyombo. Además, aunque parezca que eso no debería influir, cobra 17 millones, es el undécimo pívot mejor pagado de toda la liga y sí, influye. No fichas a un jugador de 25 años que tiene garantizados 34 millones en dos años para dejarlo en el ostracismo.

A Borrego le gusta Zeller y a Zeller le gusta Borrego. Hay amor mutuo y va a haber minutos para el bueno de Cody, probablemente de titular. Es entonces cuando el que queda entre la espada y la pared es Willy Hernángomez. El español rindió a buen nivel al final de la temporada pasada cuando le llegaron las oportunidades y está brillando en la Summer League, a la que ha asistido renunciando a jugar con la selección.

La realidad es que tanto Zeller como Biyombo son especialistas defensivos (al igual que Marvin Williams o Miles Bridges que podrían ser compañeros suyos en la zona) y superan a Hernángomez en este aspecto. Pero la realidad también es que en la ofensiva, Willy es superior a ellos. Anota más, rebotea más, su juego de pies es más ágil, tiene más recursos para finalizar cerca del aro y, además, está sumando de tres, algo que ninguno de sus dos compañeros aporta.

Si comparamos los números de los 3 ponderados a 36 minutos de juego (es decir, sus medias si los tres hubieran jugado 36 minutos por partido) vemos que Biyombo queda en 8,6 puntos y 11,1 rebotes de media a lo largo de su carrera. Cody Zeller no tiene números muy alejados: 12,7 puntos y 9 rebotes. Por otra parte, Willy Hernángomez queda con unas medias de 16,5 puntos y 13,6 rebotes. Es importante destacar que el hecho de que el español haya jugado menos durante su carrera puede hacer que estas estadísticas se estiren un poco.

Un punto a destacar es que los tres son muy jóvenes y cualquiera de ellos puede explotar de un momento a otro:el español es el más joven de los tres: nació en 1994 mientras que tanto Biyombo como Zeller son de la generación de 1992. La apuesta de Charlotte por la juventud queda aquí ampliamente demostrada.

Como conclusión, Borrego tiene tres pívots donde elegir, cada uno con sus virtudes y defectos. Seguramente sea la posición mejor cubierta en Hornets y, sin ser ninguno de ellos estrella de la NBA, sí que son jugadores muy aprovechables. Hernángomez como recurso ofensivo, Zeller como jugador colectivo, que puede correr y especialista en bloqueos ofensivos y defensivos, y Biyombo como ancla defensiva.

El congoleño parece partir con un rol importante pero ahora llega el turno de los méritos. Condiciones tiene, veremos su adaptación al sistema, pero deberá trabajarlo mucho porque la competencia no le va a permitir un segundo de respiro. Si algo nos han enseñado los cuentos infantiles es que, por mucha capacidad pulmonar que se tenga, hace falta mucho más para echar abajo una casa de ladrillo. Zeller y Willy la están construyendo con cimientos bien duros a base de trabajo. Ahora es el turno de que Biyombo demuestre todo lo que lleva dentro.