HISTORIAS NBA | James Johnson, el guerrero más temido
Peculiar vida y trayectoria del alero
Está de moda, en los últimos días ha aparecido como tendencia en las pantallas de los fieles seguidores de la mejor liga del mundo «la famosa encuesta». La cual resalta por el voto anónimo de los jugadores y por ciertos temas candentes que se tratan, los guionistas de «The Atlantic» han sido realmente inteligentes y han dado con la clave del éxito en estos asuntos, el morbo. Los resultados nos dejan entrever la visión de los jugadores sobre asuntos de disputa púbica, como por ejemplo quién es el mejor jugador de la historia, qué jugador es el más sobrevalorado o a qué jugador no te gustaría enfrentarte en una pelea.
Y con lo que nos gusta hablar de baloncesto y expresamente de los temas que no transgreden más allá del parqué, hoy vamos a hacer un pequeño inciso en esta producción. Debido a que hablaremos de esta última pregunta que le hacían a los jugadores, en la que destaca un nombre por encima del resto en esta cuestión. Y sí, como han visto en el titular hablamos de James Johnson, el jugador al que nadie se quiere medir en las manos. Casi a la mitad de los jugadores no les gustaría enfrentarse a él en toda una lucha física, y como ahora explicaremos, tiene su cierta lógica.
Pues a parte de ser un jugador extremadamente físico en su juego y agotador para su rival y un tipo que sorprende en ocasiones con su inteligencia, sus compañeros de profesión no le temen por eso ni de lejos. Lo que les atormenta a estos es el historial que hay detrás del ex figurante de Wake Forest, todo un mito en el kickboxing y en las artes marciales mixtas que han acabado creando la imagen de «matón» que le otorgan hasta los mismos jugadores de la NBA.
Tiene bastante miga la historia, empezando por sus orígenes, ya que cuando hablamos de James Jonhson siempre pasamos por encima ciertos detalles relevantes en el desarrollo de la trama. Debido a que no se tiene en cuenta su propia procedencia, muchos creen que es afroamericano puro, no obstante es relevante en su vida ser consciente de sus raíces africanas, exactamente de Samoa. Un país en el que la lucha libre profesional es buque insignia deportivo de la nación, algo que él y su familia llevan muy arraigado, llegado al punto de que todos tienen cierta formación en el mundo de las artes marciales, y no poca.
Os pongo en contexto, es el mediano de nueve hermanos, de lo cuales todos y sin excepción alguna tienen cinturón negro en diferentes grados. Un rasgo que tal vez les venga por herencia, pues sus padres son todas unas referencias en artes marciales, como es de esperar también tienen cinturón negro, de hecho se podría decir que se dedicaron a ello profesionalmente. La madre ha sido siete veces campeona nacional de kickboxing, pero el padre tampoco se queda corto, llegando a ser cinco veces campeón mundial en esta misma disciplina y 10 en karate nacionalmente.
Aún así, no creas que nuestro protagonista es uno más en la familia, el ex jugador de los Chicago Bulls no solamente ha sido un privilegiado en baloncesto y fútbol americano como su expediente indica. James Johnson también es un gran competidor nato en estos temas, y nunca ha perdido un combate en su carrera, cargando pues un 27-0 a sus espaldas (20-0 en kickboxing y 7-0 en MMA). Y aquí no acaban las anécdotas, pues el de Wyoming se subió a un ring por primera vez con 18 años, y evidentemente salió victorioso… pero a los 97 segundos de combate, toda una locura.
James se hacía llamar Little Ali, todos en su familia tenían un mote según su estilo, el suyo se debía a lo bien que manejaba el juego de pies. Y es que quieras o no, de todo se saca provecho y hay muchos aspectos en común entre ambos deportes, lo que le ha servido a Johnson para mejorar su rendimiento en baloncesto. Hace ya cierto tiempo dijo esto al respecto:
«Sé como son mis pasos. Sé lo rápido que puedo llegar a una posición y, a veces, puede parecer que tienen un carril abierto, pero sé que puedo llegar en dos o tres pasos. Eso es constante en las artes marciales, tienes que estar en un lugar, y en nada estar en otro. Eso determina si te vas a quedar fuera de combate o vas a ganar la pelea «.
Tanto las artes marciales mixtas como el baloncesto son su vida, y él las combina en su medida, también declaró que en temporadas bajas de NBA o de pocos partidos, se mantiene entrenando con su padre y su tío. Ya que aunque lleve 10 años inactivo, hace mucho más ameno el campo de tiro con una de sus aficiones favoritas en los gimnasios de MMA que posee su familia. Además es una persona que no quiere que la violencia transgreda en el baloncesto, y muchas veces cuando le preguntan sobre los rifirrafes rutinarios de la liga los analiza desde su curioso punto de vista. James insiste en que todos esos golpes que a veces vemos en las canchas no son propinados con la destreza adecuada porque son estallidos de frustración, donde solo quieres expulsar tu ira con un compañero. Para evitar esto el jugador de los Heat propone llevar a sus compañeros al octógono, supongo que para desahogarse y aprender algo nuevo mientras hacen química de grupo.
Y es que aunque tenga pintas de tipo duro, uno de los apodos más apropiados de la NBA (bloodsport) y un tatuaje que desde lejos parece un collar de huesos, estoy seguro de que no es mal tipo. Lo que realmente lleva tatuado es el nombre de su pequeña hija (Naymin), a la que por cierto también la va a educar bajo los valores que sus padres le inculcaron a él. Y por si fuera poco en los vestuarios por los que pasa el respeto hacia su persona es tremendo, empezando por el de Wake Forest, donde se rumorea que barrió de una patada a su colega Crish Paul (no hay mala relación entre ellos). También dicen las malas lenguas que en los Bulls, Derrick Rose lo tenía como un hermano mayor, y durmió en su habitación una noche en Oklahoma, en la cual el MVP juraría conocer la presencia de fantasmas. Muchas más anécdotas y leyendas engrandecen su figura y ayudan a entender porque es un profesional apreciado.
Actualmente James Johnson se encuentra en los Miami Heat, un equipo en el que Pat Riley y Erik Spolestra han sabido integrarlo como pieza fundamental conociendo su personalidad. Seguro que es un tipo clave en el vestuario de los de Florida y une mucho al grupo, de hecho hasta que no se lesionó Justise Winslow estaba fuera de rotación, esperando, agazapado y en forma. Y de nuevo cuando le han dado la oportunidad de volver a tener minutos el alero no ha fallado y ha demostrado de nuevo lo importante que es para el equipo. Seguro que su rol se anticipa crucial para la lucha por esa última plaza de los playoffs del Este.