OPINIÓN | ¿Por qué el Bucks-Pistons fue la eliminatoria más desigualada?
Radiografía del 4-0
Llegó el momento que muchos esperábamos, especialmente los fans de los Milwaukee Bucks, se acabaron las pesadillas de los playoffs y desaparecieron los peores fantasmas en un año histórico. Pues tras casi 20 años intentando ganar una ronda de esta fase de postemporada los de Wisconsin han logrado romper el maleficio y se han impuesto con una solvencia pasmosa ante unos Detroit Pistons en horas bajas. Giannis Antetokounmpo y compañía se han encargado de hacerlo por la vía rápida, sin apenas conceder oportunidades a su contrincante pues un contundente 4-0 ha sido el marcador final de la eliminatoria.
Esta ha sido probablemente una de las parejas de baile más descaradas y dispares de todas las que hemos visto hasta ahora en playoffs. Y no es fruto de la casualidad que el primero del Este y de toda la liga arrolle a un equipo que se clasificó por los pelos como el octavo pasajero. Así que sin más dilación estas son las claves de un choque sin color ni emoción, en el que los ciervos fueron mejores en el parqué y en la pizarra.
No Blake Griffin, no party
No es casualidad, si se enfrentan el peor equipo clasificado a estos playoffs contra el que mejor regular season ha hecho la eliminatoria va a ser muy dispar. Pero si además al peor de estos dos le quitas a su cabeza de serpiente, el enfrentamiento va a ser muy desigualado, y efectivamente, así ha sido. Los de Dwane Casey no han podido contar con el ex de Los Ángeles Clippers para los dos primeros partidos de la serie y eso se ha notado y mucho. De hecho en los enfrentamientos anteriores que se han sucedido a lo largo de la temporada el jugador de los Pistons que más ha castigado a los Bucks ha sido ni más ni menos que el propio Blake Griffin.
El matador nato había promediado hasta el momento cerca de 25 puntos contra el cuadro dirigido por Budenholzer, encadenando minutos fascinantes y esperanzadores de cara a estos partidos. Sin ir más lejos el mayor peligro que tenían los de Motor City ante la pizarra casi perfecta de los Bucks era el pick and pop que realizaban los Pistons con Griffin en pista. Ya que ante un equipo que repliega tanto y de forma tan conservadora en los bloqueos altos, un jugador que se abra al tiro en lugar de forzar la continuación era la kryptonita ideal.
Aún así los otros dos partidos que jugó estuvo bien con la defensa a Giannis al principio y tuvo un gran impacto ofensivo, pero desde mi punto de vista desaprovechó su función. Forzó pocas veces la situación que hemos comentado y en defensa fue demasiado irregular para un equipo que exigía tanto y ante un jugador que es un martillo pilón. También comentar que el mérito de Budenholzer se hizo notar, porque neutralizo en ese sentido a este tipo de jugadores y frenó el impacto de las estrellas, nadie puede seguir el ritmo que imparte el cuadro de Milwaukee.
Aún así su actuación fue de lo más salvable de estos Pistons y el equipo y la afición se lo agradeció, lo dejó todo en el campo y fue la bandera de un equipo que daba la cara siempre sin importar el marcador.
El factor psicológico de los resultados
Como hemos comentado en el preámbulo del artículo, la serie ha sido una total barrida, sumando todos los resultados sale una diferencia de casi +100 para los Bucks. Y lo peor es que estos resultados han ido matando poco a poco la moral de un equipo como los Detroit Pistons, pues aunque ayer viéramos a un equipo que no se rindió en ningún momento, estoy seguro que los Bad Boys tenían interiorizado que se iban a ir eliminados. Ya que cuando un equipo te gana 3 partidos con tanta diferencia y tu único motivo por el que ganar es acortar dos días más tus vacaciones se hace muy difícil luchar contra tu subconsciente.
Imagínense por un momento que por una cuestión genética son jugadores de los Pistons, os han metido tres palizas y tenéis que salir a dar la cara en un partido que no cambiará vuestro destino. Pues por muy motivados que salgáis, ese mínimo momento en el que las cosas salgan mal va a ser el doble de letal que si fuesen 0-0. Además, al referirme al factor de los resultados también coge importancia el primero de los cuatro partidos, en el que Casey prepara una defensa y un ataque muy particular y muy estudiada que se caen en menos de 6 minutos.
En el Game 1 los de Detroit salieron a innovar y querer hacer daño a los Bucks desde la sorpresa y la preparación. En primer lugar montaron una zona 2-3 con presión a toda cancha, en la que buscaban cubrir esquinas, cerrar el centro y puntear los triples en zonas centrales y de 45 grados. Y luego en ataque tentar a la suerte y jugarlo todo al pick and roll contra Brook López, buscando acabar las jugadas en la media distancia con Jackson o bajo el tablero con Drummond. El problema fue que esta partitura se rompió a poco más de los 5 minutos de eliminatoria cuando los Bucks ya ganaban de 20. Se prepararon todo para que Giannis rompiera en un instante todos sus planes y sentenciara el partido inicial en menos de medio cuarto.
Ante esto los Bucks no tuvieron que planear nada, ni ajustar si quiera, no hizo falta ni pedir un misero tiempo muerto. La zona la partieron en transición, donde los Pistons estuvieron muy pesados, y sobre todo con su juego en estático, los de Budenholzer atacaron con 3 jugadores por encima de 7,25 y causaron un desbarajuste tremendo. Para rematar esto la ejecución de la defensa fue pésima y la lectura espacial de Giannis Antetokounmpo fue maravillosa. En defensa quizás se encontraron con un problema frecuente en los rivales de los Bucks este año, y es que Brook López es mejor defensor e intimidador de lo que Drummond y Casey pensaban. Eligieron mal el punto débil defensivo de estos Bucks y eso que dieron con la tecla en regular season.
El rebote defensivo, un antídoto letal
Si los Pistons tenían un chance en esta eliminatoria a parte del pick and pop era el rebote ofensivo, o así lo creíamos algunos antes de la eliminatoria. Pues la defensa de los Bucks es en ocasiones demasiado zonal y mixta, y necesita de ayudas muy particulares para cubrir todas sus necesidades. Incluso con un juego muy vivo y dinámico se puede desajustar en marcajes lo que facilitaría esta labor reboteadora en ataque, pero quizás los Pistons no cayeron en eso.
No hurgaron en la herida del rebote, en primer lugar la movilidad ofensiva de los de Michigan fue penosa y apenas produjeron una movilidad sin balón aprovechable a parte de los bloqueos. Las marcas de los de Milwaukee fueron correctas y hubo momentos en los que sin Brook López el equipo defendió una defensa totalmente individual y muy ejemplar. Pensaba que con Drummond, Griffin y el espíritu de los bad boys sacarían algo en claro en este apartado, pero la solidez de los de Wisconsin se impuso. Sin tener que hacer malabares para cerrar el rebote y con quintetos muy equilibrados y trabajadores dominaron el rebote defensivo y no dejaron oportunidad. Su defensa estuvo más agresiva que nunca y tomó la iniciativa respecto al ataque en los momentos determinantes de cada partido.
El fondo de armario de los Bucks, la gran diferencia
Por último y como a modo de conclusión escribiré sobre la diferencia de plantillas que ambos equipos tienen, y es que realmente jugador por jugador los Milwaukee Bucks son muy superiores a los Detroit Pistons. Si se fijan los duelos que parten la eliminatoria a lo grande son el Jackson-Bledsoe, el Griffin-Antetokounmpo y el Brook-Drummond, en todos gana el mismo equipo. Y el problema no es solo ese, sino que los bancos también han sido muy dispares, la segunda unidad de los de Budenholzer pese a estar en horas bajas le ha dado un soberano repaso a su rival.
Y eso influye mucho, poder descansar y llegar más rodados a la próxima eliminatoria con un equipo que da motivos para confiar. A parte eso también se traduce en constancia, y cuando un equipo tiene a 9 jugadores que hombre a hombre son tan superiores a los rivales es inevitable que se acabe ganando por tanta diferencia. Ya que a la mínima que a los Pistons les daba el bajón físico o rendían peor en ataque los Bucks se lo hacían pagar muy caro. Y es por eso que no ha sorprendido a nadie el acontecer de la eliminatoria, sinceramente el único que ha podido ser superior ante la competencia ha sido Kennard, y ha estado poco explotado (por mérito o desmérito de quien sea).