Cuando en julio del año pasado, la directiva del Tecnyconta Zaragoza decidió contratar a Porfirio Fisac, mucha gente en la capital aragonesa pensaba que era simplemente la continuación de una serie de proyectos que habían fracasado de forma estrepitosa.
La temporada pasada, el equipo de la ciudad del Pilar no bajó a la LEB porque hubo dos equipos que estuvieron muy por debajo de su nivel. Hace dos cursos no descendió por una victoria del Unicaja ante el Betis. La secretaría deportiva del club maño sabía que tenía que cambiar algo para volver a ilusionar a su público, el objetivo debía ser la salvación, pero también la visita al Príncipe Felipe tenía que volver a ser incómoda para los grandes. El encargado de esta tarea era Porfirio Fisac, el segoviano venía de hacer dos grandes campañas en San Sebastián, con ascenso a ACB en la primera y permanencia cómodamente. Con estas credenciales llegaba el técnico a Zaragoza.
La plantilla que confeccionó Pep Cargol, con la ayuda del míster durante el verano, ya hacía intuir que el equipo aragonés podía lograr algo más que la salvación. Ofensivamente todos conocíamos el potencial que tenía este equipo, pero muchos dudamos en su día del rendimiento en defensa de jugadores como Okoye, del que no se tenían muchas referencias, o Nacho Martín, que había dejado mucho que desear en defensa en equipos como Gran Canaria o Estudiantes y llegaba de una dura lesión.
El técnico ha sabido conjugar juventud con valores como Alocén o Barreiro, y la experiencia de gente como Fran Vázquez o Bo Mccaleb. Además, se ha encontrado con grandes tiradores como Okoye, elegido en el quinteto ideal de la liga y que en Vitoria llevó a su equipo al triunfo en el Game 1, para su posterior c Y teniendo en cuenta que a esta plantilla le falta un especialista defensivo, Porfi ha sabido inventar un equipo compacto en el que ninguno de sus componentes se distrae demasiado a la hora de defender. Con una plantilla que, uno a uno, sin llegar a ser un diez en la parcela defensiva, tienen un seis, ha conseguido encontrar un equilibrio que le ha permitido estar donde está en estos momentos.
La garantía del sistema
Las victorias, tanto contra Baskonia, como a lo largo de toda la competición, ha sido a partir de esa gran defensa, con los jugadores colapsando las zonas de influencia de los mejores hombres baskonistas, asfixiando a los hombres interiores del conjunto vasco, forzando faltas tanto en defensa como en ataque. Porier, Voigtmann y Shengeila no han podido acabar el partido por acumulación de faltas personales. Tecnyconta ha sabido cerrar su zona y conceder tiros a gente como Jones, cuyo rol en el equipo de Perasovic es otro. Las claves están en:
- Las salidas a los partidos. Salvo el partido frente al Real Madrid del pasado mes de mayo en el pabellón Príncipe Felipe, no se le recuerdan malos primeros cuartos a este equipo, incluso en partidos en los que finalmente ha terminado cayendo, como es el caso de su visita al Gran Canaria Arena.
- La capacidad para tener a todos sus jugadores enchufados en todo momento, esto hace patente una gran labor del entrenador y hace posible que se produzcan periodos brillantes en defensa, como el primer cuarto del partido del segundo partido, en el que el conjunto maño ha dejado a un conjunto de Euroliga en solo nueve puntos, con muchas recuperaciones de balón, con Justiz ajusticiando a los pivots baskonistas, cambiando sus tiros y haciendo la compra en el rebote.
- Porfi también ha sabido gestionar muy bien los minutos de sus veteranos con Fran Vázquez, Nacho Martín o Bo Mccaleb, siendo estos de gran ayuda en los minutos en que están en cancha, cada uno en su función. Fran Vázquez, además al ser el máximo taponador de la historia de la ACB, infunde respeto en sus rivales.
- También hay que destacar los grandes dos para uno defensivos, liberando, generalmente, a los peores tiradores del equipo rival.
Todos enchufados
La puntilla ha sido la capacidad para tener a todos los componentes de su plantilla enchufados en el momento clave de la temporada. Radovic, por ejemplo, está mostrando un nivel que no se le había visto en su anterior etapa en Murcia. Es cierto que en muchos momentos del año el equipo ha tenido etapas de desconcentración, que le costaron por ejemplo, la clasificación para la Copa del Rey de Madrid, pero en la segunda parte de la temporada el seleccionador senegalés y que también entrenó en Valladolid, Palencia o Fuenlabrada ha sabido jugar con una gran plantilla entre sus manos y aprovechar los momentos de debilidad de sus rivales, ganando a Tenerife, Andorra, Burgos… e incluso Baskonia.
En definitiva, gran trabajo del técnico segoviano, que a base de trabajo y silencio ha conseguido colar a un equipo con el que nadie contaba en semifinales de la segunda mejor liga del mundo.