ANÁLISIS | Orlando Magic y la oportunidad de crecer como organización
Los Magic han sentado las bases para un futuro prometedor, y así lo demostraron la temporada pasada
Orlando Magic fue una de las grandes sorpresas durante la temporada 2018-19. Tras no haber protagonizado uno de los veranos más destacados de todas las organizaciones de la liga, la franquicia de Florida logró volver a los Playoffs como octavo clasificado gracias a haber firmado un final de temporada perfecto, que le permitió sacar la ventaja ante sus competidores por esa sufrida última plaza.
De lo más destacado que le ha sucedido a esta franquicia en los últimos años es la contratación de Steve Clifford, que finalmente parece ser el entrenador correcto en una franquicia que ha cambiado más de hombre en el banquillo que de calzoncillos. En Charlotte no pudo llevar al equipo al siguiente nivel, pero en Orlando no tenía una barrera tan alta, y con el simple hecho de meter al equipo en la postemporada, se notó como un gran acierto.
El equipo pudo crecer a base de experiencia en la pista, comandados por un Nikola Vucevic que firmó su mejor temporada como profesional desde que está en la NBA. Su gran rendimiento le permitió hacerse con su primera aparición en un All-Star, sacando mucho provecho a ese año de contrato que tenía antes de marcharse a la agencia libre, donde los Magic tendrían que hacer su trabajo para lograr convencerle.
Tras haber firmado una de sus mejores temporadas en más de una década, los de Florida necesitaban cimentar las bases de un futuro que esperan que sea muy brillante en los próximos años. Durante el verano, cumplieron con sus tareas y han logrado devolver a la ciudad una plantilla competitiva que peleará por igualar lo conseguido el pasado curso o incluso superar aquello que nadie les creía capaces de lograr.
Nikola Vucevic, un compromiso necesario para ir al siguiente nivel
El montenegrino firmó su mejor temporada como profesional, llevando a los Magic a sus primeros Playoffs en siete años, y consiguiendo su primera aparición en el All-Star. El pívot salía a la agencia libre, y era consciente de la importancia de una temporada que decidiría su futuro en la liga. Los Magic no dejaron que su hombre franquicia se escapara en el mercado hacia una franquicia con aspiraciones similares a las suyas pero que le pudieran ofrecer más dinero.
Finalmente, tanto el jugador como la franquicia se mostraron respeto mutuo para seguir construyendo sobre una base que ha demostrado ser competitiva y rentable, apareciendo de nuevo en los Playoffs. Nikola Vucevic se decantó por la oferta de Orlando, que marcaba las cuatro temporadas y los 100 millones de dólares, una cantidad más que merecida para un jugador que sostiene las esperanzas de una franquicia que espera poder volver a conseguir los mejores registros el próximo curso.
No obstante, el hecho de haber asegurado su nuevo contrato levanta las dudas sobre si podrá mantener el mismo nivel y motivación que en un año clave para Vucevic. El peligro está en la posibilidad de que empiece a decaer su rendimiento, aunque mínimo se espera que pueda mantener dos años de máximo nivel para poder conseguir los objetivos de una franquicia que ha puesto toda su esperanza en él, a pesar de que pueda llegar a convertirse en una pieza difícil de traspasar en el futuro.
Jonathan Isaac y Mohamed Bamba, ellos son los siguientes
Orlando Magic es conocido por no haber tenido mucha suerte en los últimos años a la hora de escoger jóvenes talentos en el Draft. Mohamed Bamba y Jonathan Isaac han sido dos de las últimas que no han alcanzado las expectativas que todos tenían puestas en ellos. Las lesiones y el poco tiempo que han podido tener en pista han marcado sus primeras temporadas en la liga, aunque se espera todavía que puedan ser capaces de dar ese paso necesario para convertirse en activos muy útiles para el esquema de Steve Clifford.
Jonathan Isaac ya ha demostrado al público lo que puede estar por venir. Las lesiones les hicieron el camino mucho más complicado, y tuvo que buscarse las habas en la liga de desarrollo antes de volver a tener minutos en la NBA. Ha tenido buenos minutos en lo que se podría traducir como un año de tránsito hacia la explosión que se espera de él durante la temporada 2019-20.
Mohamed Bamba fue seleccionado en la sexta posición del Draft de 2018, un jugador que había llamado mucho la atención por su altura y su envergadura. Su trayectoria en Texas le había permitido ganarse un buen salario al salir entre los 10 primeros del Draft. Sin embargo, volvió a encontrarse con ese muro imaginario que ha afectado fuertemente a los jóvenes que se han colocado la camiseta de Orlando Magic por primera vez como profesionales.
Markelle Fultz, un as bajo la manga
El número uno del Draft de 2017 ha tenido una carrera muy complicada hasta el momento. Sus problemas físicos de difícil explicación le han llevado a ser traspasado de unos Sixers que lo consideraron prescindible. Su destino fue Orlando Magic, que decidieron apostar por sus servicios a pesar de que no iba a poder volver a la acción en mucho tiempo.
Es una apuesta complicada, pero en el caso de salir bien, los Magic se harían con un jugador del calibre de un All-Star, que podría desarrollarse en un base de gran calidad, un puesto tan necesario para Orlando, que sigue precisando únicamente de los servicios de DJ Augustin y de Michael Carter-Williams. Markelle Fultz ha apostado por sí mismo, así lo ha hecho saber en todas sus redes sociales y siempre que ha tenido ocasión de salir en vídeo.
Orlando debe mantener el nivel para poder continuar con una progresión que solamente apunta hacia arriba. Fultz puede ser esa pieza que faltaba para complementar un puzzle que no quiere darse por satisfecho con la clasificación para los Playoffs o con una salida pronta en primera ronda.