ANÁLISIS | El ‘casi’ boicot histórico a Donald Sterling
Se han revelado detalles del escándalo en un podcast de ESPN
La ESPN, de la mano de Ramona Shelbourne, han sacado una nueva serie en formato de podcast para tratar sobre uno de los casos de mayor polémica de la NBA en la historia reciente. Se trata nada más y nada menos que del caso Sterling, el que fuera dueño de Los Ángeles Clippers, y las filtraciones a la prensa de sus comentarios racistas a la que por entonces era su pareja. Un escándalo que sacudió los cimientos de la competición y donde Adam Silver tuvo que actuar con rapidez para evitar una catástrofe mayor.
La periodista de ESPN ahonda en el caso, sacando a la luz ciertos detalles muy sorprendentes que podrían haber sucedido, como el boicot que habían preparado los Warriors y los Clippers para no jugar su serie de Playoffs, que por entonces ya estaba en marcha. La competición actuó de manera rápida y efectiva para evitar una sublevación de sus jugadores, que a partir de entonces decidieron dar la cara para denunciar las injusticias sociales.
Desde Kaepernick pasando hasta por LeBron James, el escándalo protagonizado por Donald Sterling fue una llamada de atención, despertando una necesidad latente en cada deportista de comunicar su descontento y su denuncia de las situaciones más delicadas del país. En múltiples ocasiones hemos visto a los deportistas involucrados en acciones sociales o incluso políticas para defender sus intereses y los de su colectivo. Sterling, de alguna manera, motivó el crecimiento de estos movimientos y la unión de unos deportistas que dejaron atrás sus rivalidades en la cancha para luchar por lo que les une.
Como antes comentábamos, este escándalo coincidió con la primera ronda de Playoffs donde Los Ángeles Clippers se enfrentaban a los Golden State Warriors, una franquicia en crecimiento que al año siguiente ganaría su primer campeonato en 40 años. Podría haber sido muy distinto si los jugadores hubieran decidido dar un paso atrás y acabar con una situación bochornosa para todos los que saltaban a la pista en aquellos momentos. Este reportaje de la gran cadena periodística de los Estados Unidos ha revelado un boicot que podría haber cambiado drásticamente la situación de la competición en mitad de su búsqueda por el campeonato.
Cuando todo estuvo a punto de estallar
En 2014, los Clippers formaron un equipo con el que pretendían de una vez por todas poner fin a su “maldición” y ganar un campeonato haciendo frente a unos Heat que finalmente cayeron en las Finales ante San Antonio Spurs. Todo se había planificado de manera perfecta para que “el segundo” equipo de la ciudad levantara su primer campeonato. Contaban con un equipo plagado de estrellas, con Chris Paul, Blake Griffin y DeAndre Jordan como su núcleo principal, mientras que jugadores de mucha calidad y trayectoria en la competición como Matt Barnes, Jamal Crawford, Danny Granger, Jared Dudley, J.J. Redick o Darren Collison entre muchos otros. Parecía la oportunidad perfecta para lograr un campeonato que haría historia en la organización.
Sin embargo, la suerte no les sonrió, y tuvieron que Oklahoma City Thunder en la segunda ronda de playoffs donde Kevin Durant y Russell Westbrook, junto con Ibaka, Roberson, Adams, Sefolosha, Reggie Jackson, Anthony Morrow y compañía, terminaron por destrozar todas sus esperanzas. Además, el escándalo protagonizado por su propietario fue la gota que colmó el vaso para terminar de desestabilizar a una franquicia de la que todos querían salir, de la que ninguno quería admitir que formaba parte y donde muchos se plantearon incluso no jugar para ellos por lo que restaba de curso.
Pelear por un anillo se hace mucho más difícil cuando ni siquiera los jugadores pueden descansar de la manera correcta, pues recibieron numerosas presiones del exterior para destrozarlo todo por dentro y acabar con un Sterling que tuvo que ser sancionado de la manera correcta. Por aquel entonces, nadie conocía las consecuencias de sus palabras, y los jugadores no podían permitir que se fuera de rositas. Jamal Crawford lo admite durante esta entrevista.
“Recibí una llamada de Q-Tip de ‘A Tribe Called Quest’ y me dijo que no podíamos permitir que dejáramos pasar lo que estaba pasando, que no podíamos jugar para ellos”.
Doc Rivers tuvo que tomar un protagonismo que nadie deseaba. El entrenador de la franquicia tuvo que dar la cara por sus jugadores y asumir una gran cantidad de golpes por todas las críticas que había recibido la franquicia a causa de las desafortunadas palabras de su propietario. Al finalizar la serie ante Oklahoma City Thunder, tras ser eliminados en segunda ronda de Playoffs, estas fueron sus palabras,
“Parece que he perdido 20 kilos. Todo ha sido muy duro, absolutamente todos estábamos muy decepcionados por lo que ocurrió, pero tuvimos que evitar que los jugadores estuvieran distraídos del objetivo a causa de Sterling.
Todo podría haberse magnificado cuantiosamente si se hubiera ejecutado el plan definitivo de los jugadores. La plantilla de Los Ángeles Clippers, así como Golden State Warriors y sus dirigentes, estaban dispuestos a retirarse y no jugar los partidos correspondientes restantes en la serie de Playoffs. Un plantón definitivo a la NBA en el caso de no haber actuado de manera correcta y con la magnitud del problema que estaban tratando. Andre Iguodala lo confirmaba a Ramona Shelbourne en esta entrevista,
“íbamos con todo, íbamos a hacer que se terminara la temporada. Todos estábamos de acuerdo, Stephen Curry, Jermaine O’Neal… todos los pesos pesados del vestuario”.
Sin embargo, la catástrofe pudo evitarse gracias a las acciones emprendidas por el comisionado de la NBA, Adam Silver, que tuvo que hacer frente a su primer gran desafío como máximo representante de la competición norteamericana. No le tembló el pulso, y decidió vetar a Donald Sterling de por vida de cualquier relación con los Clippers o con cualquier otra franquicia de la NBA. Nunca más iba a estar relacionado su nombre con una competición que aboga por la diversidad cultural, étnica y por la libertad de sus jugadores. Esto evitó lo que podría haber sido considerado como el mayor escándalo de la historia contemporánea de la competición.
Un paso hacia un futuro diferente
Adam Silver obligó a la Junta de Gobernadores de la NBA a forzar una venta de la franquicia, para que un nuevo propietario o un nuevo grupo de inversores se hicieran cargo de un equipo que se quedaba prácticamente huérfano y con la imagen completamente destrozada. Entonces, Steve Ballmer, antiguo CEO de Microsoft, apareció en escena para cambiar de manera drástica el devenir del equipo. Un propietario completamente diferente al resto, que quiso quitarse de encima todas esas etiquetas racistas que la competición había llevado arrastrando esos años. Por ejemplo, obligó que se le llamara “propietario” por su connotación de esclavista ante sus jugadores, y por el contrario es considerado el “chairman” como se denomina en inglés.
Ha efectuado un lavado de cara a la franquicia con la llegada de nuevos jugadores que pretenden ofrecer a la organización el primer campeonato de su historia. Kawhi Leonard y Paul George han aterrizando en Los Ángeles para convertirse en los encargados de transformar maldición que atraviesa el equipo. Una franquicia moderna, que pelea por los derechos y libertades de sus jugadores y que ha sido uno de los abanderados en los últimos años en la pelea por el empoderamiento de la mujer o el fin de la desigualdad social entre razas entre muchas otras causas.
Todos quieren borrar ese negro capítulo de la historia de la franquicia, nadie quiere asumir lo que sucedió con Donald Sterling y la NBA ha sabido pasar página de manera rápida, eficaz y correcta.