Argentina jugará la final de un Mundial 17 años después
Argentina 80-66 Francia
Argentina vuelve a sorprender, o para ser más justos, deja de sorprender. De nuevo, ante un equipo mejor, esta Generación Dorada 2.0 volvió a demostrar que no hay rival pequeño, y menos si el rival pequeño son ellos. Haciendo alarde de competitividad y corazón, consiguen la segunda recompensa más grande de todas y se clasifican para la final de uno de los mundiales más locos de toda la historia. La primera será, desde luego, si finalmente acaban haciéndose con el oro el próximo domingo la otra narrativa paralela del torneo: la de España.
El 80-66 final subraya perfectamente que la sensación de dominio argentino ha sido la tónica del partido. Desde el primer cuarto, la albiceleste ha salido muchísimo más intensa y muchísimo más convencida de ganar el partido. Desde abajo, desde la defensa, Argentina se ha hecho fuerte y no ha dejado en ningún momento anotar con fluidez a Francia, que ha sufrido lo indecible para conseguir puntos. Esa gran defensa, junto a un gran Luis Scola y un triple sobre la bocina, conseguían una ventaja de siete puntos al descanso, 39-32.
Pero la ventaja de verdad se forjó en el tercero. Argentina ha encontrado a lo largo de toda la competición en Luis Scola el foco íntegro de su ataque, y en un día tan clave como una semifinal, no iba a ser diferente. Desde el pick&pop, gracias a la inspiración del ala-pívot desde la línea de tres puntos y la implicación de compañeros como Gabriel Deck o Nico Laprovittola, puso la máxima del partido en +15 al ecuador de este 3Q.
Ya en el cuarto definitorio, Francia siguió buscando la heróica y logró acercarse en el marcador, pero Argentina supo mantenerse eficiente en ataque y esa ventaja no bajaba de los nueve puntos, ocho en los mejores casos. La pareja de pick&pop que formaron Facundo Campazzo y Luis Scola, con dos triples del interior, acabó por sentenciarlos.
Luis Scola, SomosBasket MVP del partido
Lo de Luis Scola pasa a rozar lo inexplicable. Sólo empieza a sonar y no suena del todo porque es muy bueno. Habiendo jugado este año en una liga como la China, que precisamente de competitividad no va sobrada, con 39 años, y ante uno de los mejores pívots defensivos del mundo, vuelve a ser el líder de Argentina. Y además, con números de ensueño: 28 puntos (8-17 en TC, 3-4 en triples), 13 rebotes, 2 asistencias y 32 de valoración en uno de los días más importantes de la historia del combinado argentino. Encontró su fiel escudero en Facundo Campazzo, de nuevo, que acabó con 12 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias y 14 de valoración.
Lo que sí que es inexplicable es cómo Rudy Gobert no ha sacado más ventaja de la debilidad en el juego interior argentino. Nadie cabía esperar que en el día de hoy el pívot francés no fuera un desajuste constante desde ahí. Si fue clave para eliminar a Estados Unidos, hoy ha estado muy lejos de su nivel; 3 puntos, 11 rebotes, 1-3 en tiros de campo, 1-4 en tiros libres y -14 con él en pista. Muy perdido en defensa, cayendo en las fintas, y completamente anulado en ataque. Tenía que ser su día, y no lo fue.