Que tiene a favor Van Gundy para ser el guía de estos Pelicans

Se confirma su fichaje con New Orleans por cuatro años

Hace un par de días se confirmaba la noticia del regreso a los banquillos de Stan Van Gundy de la mano de los New Orleans Pelicans. Tras una larga y exhaustiva búsqueda en la que han sonado más de diez nombres a lo largo del último mes, y que deja en por el camino hasta a cuatro candidatos con opciones hasta el último momento, finalmente será SVG el encargado de sacar el máximo rendimiento a uno de los proyectos más interesantes de la liga para esta década.

Decisión acertada o no, sólo el tiempo puede hacérnoslo saber, Stan Van Gundy es un nombre que no suele dejar indiferente. Sus etapas en Orlando Magic y Detroit Pistons lo confirman. Y también sus declaraciones cuando tiene la oportunidad. Esto decía de New Orleans hace tan sólo unos meses:

Como si hubiera estado opositando para el puesto desde aquel entonces, SVG llega a los Pelicans con mucho trabajo por delante. No sólo en el plano del desarrollo de los jugadores, sino también en la tarea de convertir a la franquicia en un núcleo ganador, imprimiendo esa dinámica competitiva que faltó en la burbuja y que tanto se criticó. Éstas son sus credenciales para el puesto.

Defensa y pérdidas de balón

La principal carencia de los Pelicans a lo largo de esta temporada ha sido la defensa. Con momentos mejores y momentos peores, pero la defensa ha sido el agujero negro de esta plantilla, y es que de nada sirve anotar 130 puntos si el rival, como pasó con Sacramento en el mes de julio, acaba metiéndote 135. Los Pelicans fueron TOP-10 por la cola en Rating Defensivo  (21º), y la sexta peor en la burbuja. La falta de piezas para construir una defensa moderna o el arrollador ritmo al que los Pelicans están acostumbrados a jugar son factores que también influyen en estos desenlaces, pero es cierto también que en los últimos cinco años, aun incluso con Anthony Davis cerrando el aro, estos resultados tienen un denominador común; la gestión de Alvin Gentry.

Era prioridad número uno encontrar para este proyecto un entrenador sacrificado en las dos mitades de pista, y dentro de los candidatos, Van Gundy era la mejor opción. Por todos es recordado el rendimiento defensivo que los Magic ofrecieron entre los años 2007 y 2011, con Stan al mando, pero que los Heat pre-anillo también alcanzaron y al que los Pistons de hace tres y cuatro temporadas lograron acercarse. Defensas muy móviles, con un buen impacto a la hora de puntear tiradores (otro de los problemas que arrastran en NOLA) y con soluciones para aquellos jugadores que por físico o envergadura no son tan capaces en la parcela defensiva (JJ Redick). En concreto, el veterano escolta, que ya tuvo una importancia capital en esos años de Orlando, es de los que más va a beneficiarse de la llegada del coach, tanto atrás como delante.

«No hay un entrenador perfecto. Creo que Stan probablemente tuvo un mayor impacto en mi carrera que cualquier entrenador para el que he jugado», palabras de JJ Redick hace tres semanas en All The Smoke, podcast de Showtime Basketball junto a Stephen Jackson y a Matt Barnes. «Doc también porque Doc fue el primer entrenador que me miró como titular y me dio un papel más importante en la ofensiva. Pero Stan (es) probablemente el mejor entrenador para el que he jugado en la NBA».

«Siempre sentí que, en una serie de playoffs, Stan iba a conseguirnos una victoria. Iba a hacer un ajuste o inventar un plan de partido en el juego tres o en el juego cuatro o incluso robar uno en el primero, como; ‘voy a hacer esto y no lo esperan’ y acaba funcionando gran parte del partido. Siempre nos conseguía el partido porque estaba muy preparado, trabajaba muy duro y asumía la responsabilidad de lo que podía controlar».

A pesar de que aún falta hacerse con ciertos perfiles de jugador para llegar a un rendimiento defensivo notable (los Pelicans carecen de una figura de alero largo y fuerte que pueda encargarse tanto de treses como de cuatros o de un pívot que mantenga la posición y el eje en la defensa interior), la dureza de Van Gundy para entrenar empezará a cubrir un mínimo que, de continuar siendo un equipo TOP en la ofensiva, puede ser un buen comienzo para tapar agujeros.

El otro agujero negro son las pérdidas de balón. Esto es algo que se entiende sabiendo que los Pelicans son el cuarto equipo de la liga con más ritmo (103,89), pero teniendo en cuenta que ninguno de los equipos que tiene delante (Bucks, Rockets y Timberwolves) sobrepasa las 15,3 pérdidas por partido (Wolves), puede que las 16,4, segunda peor marca de la liga, sean algo excesivas. Si otra característica tienen en común los equipos de Van Gundy es el cuidado del balón y el flujo de canastas fáciles, que reducen significativamente el margen de error. Quizás, la combinación del juego rápido que actualmente practican los Pelicans junto con la buena toma de decisiones (Lonzo Ball será el principal beneficiado) pueda hacer del ataque del equipo un ataque más sólido y que permita menos transiciones al rival.

Cuatro abiertos y un big

En los tiempos que corren, es de vital importancia entender que la adaptabilidad de las piezas en el ataque depende de cómo puedan encajar en un sistema exterior sólido. Su etapa en Detroit no deja demasiadas conclusiones positivas en cuanto a esto, pero si echamos la vista atrás, a su etapa en Orlando, en la cual logró disputar unas Finales de la NBA en 2009, encontramos un modelo muy parecido a lo que en esta década es un «must».

Muy poca gente los recuerda, al menos no por encima de aquellos Phoenix Suns de D’Antoni, pero los Magic de Howard y Van Gundy fueron de los primeros equipos en experimentar con éxito la fórmula del 4+1, con jugadores capaces de mantener un alto acierto desde el triple (JJ Redick, Courtney Lee, Rashard Lewis, Hedo Turkoglu, Ryan Anderson…), un base inteligente con amenaza exterior (Jameer Nelson) y un único poste. Claro que, en ese equipo, tener un jugador tan diferencial como Howard en la pintura, sobre todo por centímetros, generaba un verdadero problema para las defensas rivales.

En los Pelicans ocurre algo parecido. La batería de tiradores es extensa (JJ Redick, Josh Hart, Nicolo Melli, Brandon Ingram, la vuelta de Darius Miller…), hay bases capaces de encargarse de la organización de juego a un nivel muy alto (Lonzo Ball, Jrue Holiday, y en proyección, Nickeil Alexander-Walker), y a pesar de que Zion Williamson es 13cm mas bajo que Howard, puede castigar esa ventaja interior que pueda generar la apertura del campo en el ataque estático, mientras que el desarrollo de Jaxson Hayes puede convertirle en otro arma peligrosísima si Van Gundy logra exprimirle. Lonzo Ball no es un tirador consistente, y así lo ha demostrado el poco tiempo que lleva en la liga, pero la fórmula Holiday, que anota de manera más prolongada cuando es tras bote que cuando es en catch&shoot, junto con tres tiradores abiertos y un finalizador interior puede ser una propuesta muy interesante, pues no cohíbe el juego en transición pero tampoco impide el orden a media pista. Y teniendo jugadores tan adaptables al 1 y al 2, y contando con un 4/5 abierto como Melli (34% en triples), la rotación tampoco es un problema.

La única duda es si este sistema podrá ser sostenible también en defensa. Es complicado pensar que Zion Williamson pueda aguantar demasiados minutos como único center sin ningún tipo de apoyo exterior-interior. No hace falta comentar la importancia de Jrue Holiday en la defensa exterior, mientras que otros jugadores como Josh Hart o Lonzo Ball pueden hacer un buen trabajo. No obstante, sigue siendo importante buscar en el Draft o en la Agencia Libre un perfil más físico, que pueda alternar minutos en el 3 y en el 4 para encargarse de aleros más físicos y penetradores. En ese sentido, un Ball + Holiday + XXX + Ingram + Zion posibilitaría dicho escenario.

Con lo que sí contará Van Gundy en NOLA será con un amplio abanico de posibilidades. No sólo para el 4+1, también para plantear de maneras diferentes muchos momentos de partido. David Griffin se ha encargado en este año y medio de construir una plantilla muy equilibrada, funcional y multi-posicional, y el coach podrá echar mano de diferentes planteamientos aprovechándose de esa flexibilidad que sus jugadores le permiten.

  • Ball – Holiday – Ingram – Zion – Hayes. Quinteto alto, atlético para jugar en transición y con un rim  protector. 
  • Holiday – Redick – Hart/Miller/Ingram – Melli – Zion/Hayes. Quinteto abierto, con dos generadores (Holiday e Ingram) y un pívot finalizador.
  • Ball/Nick Alexander-Walker – Holiday – Hart – Ingram – Hayes. Quinteto de envergadura, que prima defensa por encima de ataque. Serían necesarios un 3&D y el desarrollo de Jax.
  • Ball – Redick – Holiday – Ingram – Zion. Quinteto más equilibrado, con tres generadores (Ball, Holiday e Ingram), un tirador libre y un finalizador. Sacrifica mucho en defensa, pero en ataque ofrece más alternativas (bloqueos sin balón para Redick, Zion como roll-man, situaciones en 1vs1 para Jrue e Ingram, transiciones comandadas por Lonzo…).
  • Nick Alexander-Walker – Redick – Miller – Melli – Hayes. Aun en un quinteto de segunda unidad se mantiene la propuesta. 4+1, tiradores fiables, un organizador y un finalizador.

¿Ilusiona Stan Van Gundy en 2020?

De todos los candidatos disponibles, Stan Van Gundy era el que la afición de New Orleans menos esperaba. Su etapa en Detroit, en la que combinaba las funciones de Head Coach con las de General Manager, no le ha dejado en un buen lugar de cara a la galería, sobre todo en vistas a una posible adaptación al baloncesto moderno. La firma de Andre Drummond por una cantidad desorbitada de dinero o la mala gestión del roster en los años 2017 y 2018 aún están algo calientes en la memoria de los aficionados, junto con el pobre planteamiento ofensivo que esos Pistons perpetraban, muy a pesar de las recurrentes lesiones de Reggie Jackson. Estos son factores que no caen bien en una plantilla construida principalmente para jugar rápido, tener un alto volumen de tiros de tres y hacer daño en transición.

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Muchos son los que dudan de su contratación, pero muchos otros están convencidos de que hará un buen trabajo. Si bien es de justicia tener en cuenta todos sus errores en los Pistons, también es de justicia decir en su favor que era muy complicado prever las lesiones de Reggie Jackson o John Leuer, o que Andre Drummond realmente nunca estuvo bien rodeado de tiradores para poder tener un gran impacto en la pintura. Y que, a pesar de todo, queda en la retina del aficionado un muy buen año 2015-16, con todos sanos y a su mejor nivel.

Estos Pelicans, como ha dicho él mismo, ilusionan. Pero, sobre todo, tienen todas las piezas importantes que un equipo ganador necesita (a falta de un 3&D de garantías). Y un entrenador fajado en mil batallas como Van Gundy, con más entradas en Playoffs en toda su carrera (8) que la franquicia que pasará a entrenar (7), debería poder elevar el proyecto al siguiente nivel.