¿Traspasar a Jrue Holiday?

Los Pelicans, dispuestos a escuchar ofertas

Son meses ajetreados en Nueva Orleans. Tras el convulso verano de 2019, con la elección de Zion Williamson en el Draft y el traspaso de Anthony Davis, los meses han ido pasando como un contador entre un fatídico 1-6 de inicio, una buena racha de victorias con todo el equipo sano a mediados de temporada, una pésima burbuja en la que relucieron todos los problemas del equipo y una constante incógnita acerca de la situación de Jrue Holiday, que ya estuvo a punto de salir traspasado en enero a los Brooklyn Nets y que ahora, según Shams Charania, tras mucho tiempo de silencio por parte de la franquicia, tiene la puerta entreabierta. Los Pelicans están dispuestos a escuchar ofertas a lo largo de esta offseason, lo que provoca poco menos que una vuelta de tuerca en la narrativa de la temporada que comenzará de aquí a pocos meses; los contenders se abonan a una subasta que, ya empezada, no tiene ni claro vendedor, ni claro comprador, ni claro precio.

La pelota ahora está en el tejado de los Pelicans, si es que alguna vez dejó de estarlo. Los rumores van creciendo y los primeros nombres van saliendo poco a poco al estrado, a la espera de ir sabiendo si más equipos acabarán presentando su oferta. En cualquier caso, la situación es más compleja que todo eso. Que vayan a escuchar ofertas no significa que esté a la venta, lo que deja un amplio lugar a la interpretación. Aunque, al final, la única interpretación que valga sea la de David Griffin.

¿Por qué traspasar a Jrue Holiday?

La propia ley del mercado. Las ofertas y la demanda. El valor de Jrue Holiday como producto, la especulación sobre si un potencial traspaso puede beneficiar a David Griffin o no. La apuesta de futuro por la apuesta de futuro. Apuesta que si sale bien eleva su proyecto al siguiente nivel, pero que si no lo hace, te hace perder a uno de tus activos más valiosos. Esa es la cuestión.

Ofertas que, por cierto, no nos vamos a cansar de ver por la red. ¡Hasta 10 equipos están severamente interesados en incorporar a Holiday, y algunos de ellos están dispuestos a ofrecer hasta el oro y el moro por hacerse con sus servicios! Ofertas que, por cierto, van a tener que ser analizadas con lupa, pues muchas de ellas van a ser puro humo, otras tratarán de fantasías de aficionados (y periodistas, que no se nos olvide) y otras, simplemente, nunca llegarán a salir a la luz de manera nítida. Este puede ser un escenario interesante para New Orleans, es por ello que han declarado su disponibilidad para negociar. Pero con muchos matices.

La medida en la que la franquicia de Louisisna pueda ganar con un posible traspaso depende mucho del calibraje de David Griffin y su equipo a la hora de decantarse por una oferta o por otra. Muchísimo. Casi podríamos decir que es el factor clave de toda esta historia. Los Pelicans van a recibir montones de ofertas, pero no todas van a compensar. Por mucho hype que puedan desprender algunas, o mucho placer mental en base a esa idea de potencial y de sobrerreación que existe en la NBA por el talento joven, la cabeza fría acaba trayendo normalmente mejores consecuencias a la larga, y en ese sentido, Griffin no es precisamente conocido por echarse atrás ante cualquier oferta, sea beneficiosa o no.

No obstante, de toda la información recopilada en lo referente a qué están dispuestos los equipos a ofrecer, y sin que sirva de precedente, hay que decir que el balance es muy positivo. Esto es, probablemente, lo que está empujando a los Pelicans a escuchar ofertas. Todo son especulaciones, es cierto, pero los Nets, por ejemplo, que son de los equipos mejor posicionados dada su extensa y joven plantilla, podrían colocar sobre la mesa un pack compuesto por Caris LeVert y Jarrett Allen y alguna pieza más que podría hacer la boca agua a más de uno en el front-office. Miami es otro equipo que también deja entrever algunas de sus cartas. El encaje de Holiday junto a Butler, Adebayo y Dragic sería perfecto, y sólo un nombre retumba por encima de los demás: el de Tyler Herro.

¿Por qué no traspasar a Jrue Holiday?

Si todos los motivos por los que traspasar a Jrue Holiday tratan de escenarios futuros, ingenierías salariales e incógnitas por jugadores que aún no han demostrado su potencial, los motivos principales por los que no debería salir son los mismos que lo han sido los últimos tres años. Todos los tangibles y referentes a su propio rendimiento, a todo lo que él ha dado y a día de hoy sigue dando a la franquicia. Y todos revisables, todos hechos, están ahí.

Si hablamos del corto plazo, es decir, del objetivo propiamente admitido por la franquicia de competir desde el primer día de la temporada 2020-21, tanto a nivel puro de ganar partidos como a nivel de adaptación de piezas, ahora mismo es el activo de la plantilla que más cerca coloca dicho objetivo. Como uno de los mejores defensores exteriores de la liga (faceta en la que precisamente estos Pelicans no andan sobrados), como uno de los jugadores más experimentados y que a la vez pueden rendir a un nivel muy alto, y como uno de los jugadores más comprometidos de la liga. Sería absurdo pensar que su salida puede ser beneficiosa para el corto plazo y el desarrollo de los jóvenes. Si el objetivo primario es competir y luchar por la primera aparición en Playoffs del proyecto, ni estorba, ni mucho menos es prescindible.

El valor de Jrue Holiday está muy distorsionado desde una perspectiva de mercado, y eso es lo que los Pelicans deben entender. Hay tantos equipos dispuestos a ofrecer activos importantes porque todos estos equipos tienen la necesidad de ganar desde ya, teniendo en cuenta el momento en el que se encuentra la liga, que es una ruleta rusa en la que cualquiera puede tener opciones si consigue apuntalar su plantilla. Y Jrue es ese jugador. Incluso el único disponible, dentro de que su disponibilidad aún es muy ambigua. 

Holiday asegura todos los mínimos del equipo, pero lo más importante es entender que buscar un perfil como el suyo fuera es una tarea prácticamente imposible. Ese es el verdadero problema. Holiday tiene tantas novias fuera de los Pelicans porque, tal y como están las cosas, tiene un valor incalculable en términos competitivos, sobre todo para cualquier equipo que quiera luchar por el anillo o esté en proceso de hacerlo; Denver, Brooklyn, Dallas, Golden State… Todos los equipos que han mostrado interés por el base estos meses son equipos que, además de poder asegurar su salario y su continuidad, son equipos que necesitan ratificar su condición de contender  por encima de los demás. Que el proyecto de New Orleans pueda contar ya con un jugador de estas características agiliza mucho el proceso que otros andan buscando, además de que en una o dos temporadas también tendrán que buscar un jugador de estas características cuando Brandon Ingram y Zion Williamson alcancen su techo.


Todo va a depender de la oferta, pues a pesar de estar abiertos a una negociación, los Pelicans no tienen ni prisa ni necesidad por desprenderse de Jrue Holiday. Y ni siquiera una buena oferta asegurará su salida. Los equipos tendrán que poner toda la carne en el asador si quieren hacerse con el jugador, que ya ha confirmado en varias ocasiones su amor por la franquicia, además de haberlo hecho patente en cada minuto que ha disputado. El culebrón del invierno está servido.