Hace dos días que el base de los Utah Jazz de segundo año, Dante Exum, se lesionó jugando con la selección de su país un amistoso en Eslovenia. El joven wallaby recibió el diagnóstico más pesimista: rotura del ligamento anterior cruzado de su pierna izquierda, lo que en la práctica supone que su campaña 2015-16 se puede haber terminado antes de comenzar. El presidente de la franquicia, Randy Rigby, sin embargo, prefiere ser paciente y dijo ayer en una emisora propiedad del equipo que el jugador no será evaluado hasta hoy en la Universidad de Utah.
Los de Salt Lake City se quedan sin una de las piezas fundamentales de la escuadra, y en la posición además donde más incógnitas han arrastrado en estos últimos cursos. Trey Burke perdió la titularidad en febrero y parece que podría ser más útil que siga como sexto hombre. Bryce Cotton no tiene su contrato garantizado todavía y, a pesar de su buen rendimiento la temporada pasada en minutos limitados y en esta liga de verano, no es un seguro. El otro director de juego en el plantel es el brasileño Raulzinho Neto, que es probable que necesite tiempo simplemente para adaptarse al ritmo de la NBA y se ve también como un proyecto de futuro.
La recuperación de Alec Burks es un balón de oxígeno para el entrenador jefe Quin Snyder, pero ahora los Jazz se encuentran ante la tesitura de añadir a alguien en el mercado o confiar en que los jugadores arriba mencionados puedan reemplazar la producción de Exum, sobre todo en defensa, donde su presencia fue más sentida cuando entró en el quinteto inicial – Burke de hecho mejoró mucho en vanguardia tras la marcha de Kanter, teniendo Utah mejor rating defensivo con él en pista que sin él, de hecho -. También hay que tener en cuenta el impacto de la lesión en la carrera del jugador, que puede conllevar pérdida de explosividad y velocidad, o lo que podría suponer para su progresión pasarse un año entero sin jugar en la edad precisamente donde debe progresar a mayor ritmo.
Utah no tiene ante sí una decisión fácil, ya que si mantienen el discurso de abril y de este verano, el objetivo de los playoffs se pone un poco más lejos con la pérdida de un hombre importante en el esquema del equipo. Ante la poca actividad del conjunto en la offseason se podría intuir que Cotton se haría con un sitio y Burke adquirirá aún mayor responsabilidad, sin intención por parte de los Jazz de añadir a nadie más. Sin embargo esta solución requiere algo de fe, ya que ninguno de ellos llega casi a los 2 metros ni tienen esa envergadura para funcionar a ese nivel en la defensa del entrenador Snyder. En ataque probablemente Utah no se resienta tanto, sobretodo si Cotton mantiene la mejora y el desparpajo exhibidos en verano, donde promedió 15,4 puntos en 8 encuentros; aunque solamente encestó el 36,1% de sus tiros y tuvo dos partidos de 2/12 y uno de 2/11.
Algunos de los nombres que quedan libres son el ex de Detroit y vieja leyenda de Euroliga Will Bynum, de 32 años y que recientemente estuvo en Washington, donde no brilló; el ex de Heat y Pelicans Norris Cole, que encajaría en el perfil de jugador grande y tenacidad defensiva – es agente libre restringido sin embargo, con lo que probablemente se quede en New Orleans, que está esperando a que otros equipos establezcan su precio -; John Lucas III, otro veterano que ya pasó por Salt Lake City; Luke Ridnour, que se ha pasado estos meses de un equipo a otro como moneda de cambio, pero que todavía puede dirigir un ataque por momentos y traer estabilidad y una presencia experimentada al vestuario; Ish Smith, que firmó con Sixers en febrero, o Donald Sloan, que a ratos en Indiana demostró cualidades el curso anterior.
Es más probable que Utah confíe de todas maneras en Burke, Cotton y Neto, y que el primero tenga que asumir un papel mucho más protagonista, aunque el regreso de Alec Burks aliviará ese peso seguro.