Steven Adams ayudará a su país a fortalecer el baloncesto
El pívot ha sido recientemente renovado
Steven Adams firmó recientemente su extensión del contrato por 100 millones de dólares en los próximos 4 años. El pívot neozelandés quiere aprovecharlo para intentar mejorar el baloncesto del país y, quien sabe, si traer la próxima estrella de allí.
Cuando Adams se convirtió en el tercer neozelandés en la NBA, muchos predijeron que su estancia en la liga sería un fracaso, ya que el país nunca había sido una cantera de extranjeros que llegan a la mejor liga del mundo. Pero Adams ha decidido dar la vuelta a la situación. Casi nadie esperaba que iba a conseguir esta gran extensión del contrato ni que jugase al nivel que esta última temporada ofreció.
En un país en el que apenas se desarrolla ni tiene tirón el baloncesto, Adams y su influencia pueden poner a Nueva Zelanda en la órbita de la NBA. Y él está ayudando. Al convertirse en el deportista mejor pagado del país, Adams planea enviar parte de ese dinero directamente al país al que él llama perfecto.
Según su físioterapeuta Gavin Cross, Steven tiene «grandes planes» para mejorar los ámbitos de la educación y los deportes del país, agregándolo a la beca que ya ofrece su antiguo instituto.
«Él no pretende que todo el mundo llegue a ser una estrella de la NBA, sino que quiere ayudar a todo mundo a estar expuesto a esas vías educativas y deportivas. Está muy interesado en ayudar a los deportistas a desarrollar su máximo potencial». Con la ayuda de Steven Adams, Nueva Zelanda podría volver a tener relevancia en baloncesto desde 2002, cuando fueron la cenicienta del Mundial en el que finalmente quedaron cuartos.
Por aquel entonces, Adams solo tenía 9 años y aún no había soñado con jugar en la NBA. «Siempre estaba mintiendo a mis hermanos y hermanas. A veces no iba a la escuela, solo cuando me apetecía. Era un completo idiota», declara Steven. Adams creció en la ciudad de Rotorua hasta que vino Kenny McFadden, un entrenador de baloncesto de Wellington. A partir de ahí, le cogió con 14 años y fue el catalizador de su ascenso desde la pobreza a la parte privilegiada de la sociedad de Nueva Zelanda. A pesar de ver a Adams atravesar toda la turbulencia de su carrera pre-NBA, Kenny está sorprendido por lo que se ha convertido.
Steven Adams tuvo un duro camino hasta la NBA, pero se encontró con una valiosa ayuda en el camino. Ahora, él quiere ser la ayuda en el futuro de los chavales neozelandeses. Adams siempre ha sido honesto y natural desde que acaparó los focos de atención de la liga. Él sigue siendo fiel a sí mismo como lo hace su país, por lo que sigue ganando una gran suma de dinero con la que los jóvenes neozelandeses baloncestitas esperan beneficiarse.