Danny Ainge puede acelerar la reconstrucción de los Boston Celtics
buscará contratar a un agente libre de garantías
Borrón y cuenta nueva. Esta parece que fue la idea que salió desde los despachos de los Celtics al termino del 2014. El equipo no marchaba del todo bien, pero nadie esperaba que fuera hacerlo. Esta plantilla de juventud saltaba con ganas a cada partido, pero los resultados no les acompañaban. Aunque el rumor del traspaso del base capitán Rajon Rondo había sobrevolado la ciudad bastante tiempo, la decisión final tomó por sorpresa a propios y extraños, sobretodo por lo que los Dallas Mavericks, equipo en el que terminó el jugador, dieron a cambio. La siguiente estrella en el equipo era Jeff Green, que en menos de un mes también fue traspasado rumbo a Memphis con un resultado parecido. El objetivo de Ainge estaba claro, comenzar la reconstrucción absoluta del equipo, y con un gran número de elecciones de Draft parece algo plausible.
Hace unos días ya entramos a valorar como quedaba la situación de los Celtics en cuanto a los próximos Drafts se refiere. En resumen, Boston tendrá 11 elecciones de primera ronda y otras 13 de segunda en las próximas cinco temporadas, aunque el número puede aumentar si finalmente Marcus Thornton y Brandon Bass abandonan la disciplina Celtic. La mayoría de esas elecciones de primera ronda son pertenecientes a otros equipos, de lo que se deduce que serán números altos, y no primeras posiciones. Desde que Ainge llegó a los Celtics como General Manager, su historial con las elecciones finales de primera ronda ha estado lleno de aciertos, como son los casos del propio Rondo, Al Jefferson, Tony Allen o Kendrick Perkins, pero en los últimos años parece que solo Sullinger y Olynyk se salvan de una quema protagonizada por nombres como Fab Melo o JaJuan Johnson.
Tras unas semanas caóticas en Boston, parece que no haya un jugador de la NBA actual que no haya formado parte por un breve periodo de tiempo de los Celtics. Desde que el traspaso de Rondo abrió la veda, jugadores como Jameer Nelson y Brandan Wright, que llegaron como moneda de cambio, no han llegado al mes en la plantilla. Otros jugadores como Austin Rivers y Nate Robinson ni siquiera lucieron la camiseta verde y ya están fuera del equipo. Tayshaun Prince, que llegó desde Memphis, tampoco apuntaba a jugar con los Celtics, aunque en el último partido en el Staples Center ante los Clippers debutó y parece que quiere quedarse. El último en incorporarse a la plantilla fue Shavlik Randolph, que vuelve a Boston despúes de un par de años y, aunque gozará de pocas oportunidades, de momento seguirá en el equipo.
Seleccionar a una futura estrella en el Draft, es a menudo una incógnita, por lo que tantas elecciones pueden resultar perjudiciales y acabar en nada. Por ello, la forma más rápida y segura de volver a la cima de la liga es el mercado de agentes libres. Tras tanto traspaso, los Celtics disponen de un amplio margen salarial, que les permitiría hacerse con el servicio de una o varias estrellas para apuntalar la plantilla. En el próximo verano, jugadores como LaMarcus Aldridge, DeAndre Jordan, Kevin Love, Jimmy Butler o Kawhi Leonard serán agentes libres (los dos últimos restringidos), aunque parece improbable que abandonen sus actuales equipos. En el caso de que lo hagan, una gran cantidad de equipos están en condiciones de pelear por ellos; competencia para los Celtics.
Pero no solo de estrellas vive el hombre. El próximo mercado presenta opciones muy atractivas que no tienen ese estatus de grandes figuras, pero que harían un gran favor a cualquier equipo de la liga al que elijan marcharse. Goran Dragic, Reggie Jackson, Greg Monroe, Al Jefferson, Draymond Green y Wesley Matthews son algunos de los nombres destacados que se convertirán en agentes libres al término de la presente temporada. Los Celtics no han sido una franquicia muy exitosa a la hora de atraer agentes libres a Boston, pero deberán ser agresivos para hacerse con alguno de ellos.
Ainge se encuentra en una situación familiar, ya que tiene muchas similitudes a la vivida en el verano de 2007, cuando el General Manager fue capaz de convencer a Kevin Garnett y Ray Allen para unir fuerzas con Paul Pierce con el objetivo de conseguir un anillo para la franquicia tras muchos años. Todos sabemos lo bien que acabó ese movimiento, y cómo el ‘Big Three‘ se alzó con el campeonato a la primera frente a su gran rival histórico, Los Ángeles Lakers. En definitiva, la pelota está sobre el tejado de Ainge, que ha sentado las bases para la reconstrucción pero que tiene que rematarla en el menor tiempo posible.