El infrautilizado Jeremy Lamb

La llegada de Caron Butler frenó su buena progresión
El infrautilizado Jeremy Lamb

Jeremy Lamb llegó a Oklahoma en uno de los traspasos más importantes de la historia reciente de la NBA, el que llevó a James Harden a Houston. A la barba más conocida de la NBA le restaba un año de su contrato rookie, pero tras las renovaciones de Durant, Westbrook e Ibaka, OKC no pudo ofertarle el máximo sin tener que pagar impuesto de lujo. Harden no aceptó y Sam Presti, General Manager de los Thunder, alcanzó un rápido acuerdo con los Rockets, para evitar que se marchara el verano de 2013 sin que la franquicia consiguiera nada por él. Como parte del traspaso, OKC obtuvo a Jeremy Lamb, un escolta de 1.96 que acababa de ser drafteado con la elección número 12 de la 1a ronda de 2012. Desde la Universidad de Connecticut (UCONN), Lamb llegó a la NBA como un buen anotador, como atestiguaban sus 11.1 puntos por partido en 2010, que subieron a 16,2 en 2011, cuando ganó el título universitario con los Huskies. El propio Sam Presti valoraba muy positivamente su llegada:

«Tiene una gran longitud. Es un gran atleta que se esfuerza al máximo. Está en proceso. Nosotros ya hemos estado en este camino antes… A sus solo 20 años, parece que será importante en esta liga.«

En su primera temporada en la NBA, la 2012-2013, Jeremy Lamb apenas pudo jugar una media de 6,4 minutos en los 23 partidos que disputó. Por ello, sus promedios de 3,1 puntos y 0,8 asistencias fueron discretos. Como la mayoría de rookies, su primera temporada fue de adaptación a la mejor liga del mundo, pues fue constantemente enviado al filial de los Thunder de la D-League, los Tulsa 66ers. En verano, Lamb disputó la Summer League de Orlando 2013, en la que OKC se alzó con el título. Sus 18.8 puntos por partido le valieron para conseguir el MVP de la competición.

La temporada sophomore de Lamb empezó de forma muy distinta a la anterior. Además de su progresión positiva, ya demostrada en la Summer League, la marcha de Kevin Martin a Minnesota en la agencia libre le ayudó a ganar relevancia en el equipo. El escolta gozó de más minutos de juego desde el principio de la competición (20,2 minutos por partido en noviembre) y ha jugado casi la totalidad de los partidos (78 de los 82 de la Regular Season), lo que le proporcionó seguridad y confianza. En noviembre anotó 9,6 ppp con buenos porcentajes, cogió 2,2 rebotes y repartió 1,2 asistencias. Ante su buen rendimiento, Scott Brooks le dio más importancia en la rotación. Con 21,9 minutos, en diciembre, sus promedios aumentaron ligeramente:  10,6 puntos ( 50%  TC, 40%  T3), 2,8 rebotes y 1,6 asistencias. Su mejor partido NBA hasta la fecha se produjo contra los Rockets, el equipo que le drafteó. El escolta se fue hasta los 22 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias en 26 minutos de juego.

Con la llegada del 2014, Lamb se consolidó con en la rotación de los Thunder y pudo jugar 24.6 minutos por partido en enero. Pese a que sus promedios no aumentaron mucho (10,7 puntos, 3,2 rebotes y 2,1 asistencias),  Jeremy llegó a ser, junto a Reggie Jackson, el  líder de la segunda unidad.  Lamb cumplió perfectamente con su trabajo: buen manejo de balón sin pérdidas (menos de una por partido), buen tiro de tres para abrir el campo (uno de los motivos del reciente fichaje de Anthony Morrow) y la habilidad para revolucionar el partido en poco tiempo saliendo desde el banco. Hasta el día 1 de marzo, sus promedios fueron más que aceptables: 9,6 puntos, 2,7 rebotes y 1,6 asistencias en 21,6 minutos. Sin embargo, cuando más confianza parecía tener de Brooks y mejor se le veía jugar, llegó un fichaje: Caron Butler. Un triplista veterano, con carácter, especialmente fichado para los minutos de más presión, donde los jóvenes como Lamb aún no gozan de experiencia y pueden tener un bajón de rendimiento. Un fichaje inteligente para el equipo, una oportunidad que no se podía desaprovechar.

Esa fecha, el 1 de marzo, supuso un punto de inflexión en la temporada de Jeremy Lamb. Su rol en la rotación bajó considerablemente, pasando de 21,6 a 14,3 minutos por partido. De hecho, hasta el final de la RS, en 8 partidos no pudo disputar ni 5 minutos e incluso en 4 de ellos ni participó. Los 12 años de experiencia en la NBA de Butler pesaron mucho en este aspecto y le proporcionaron más de 27 minutos en pista (6 más que los que Lamb disfrutaba hasta su llegaba). Sus promedios fueron de 9,7 puntos, 3,3 rebotes y 1,2 asistencias (por los 9,6-2,7-1,6 de Lamb). Al contrario de lo que cabría esperar, el veterano alero, con más minutos y experiencia, metió prácticamente los mismos puntos, cogió algún rebote más (por su mayor corpulencia física) y dio menos asistencias que Lamb. Por lo tanto, Butler no cumplió con las expectativas: hizo prácticamente lo mismo que hacía Lamb, pero con más minutos.

Jeremy Lamb, con la reducción de minutos a 14,3, lógicamente, bajó sus números: 5,4 puntos, 1,5 rebotes y 1 asistencia hasta el final de la Regular Season. Llegó el momento culminante de la temporada, los PlayOffs, donde OKC estuvo en varias ocasiones a punto de caer eliminado. Eso hizo que Brooks le diera aún menos minutos al joven escolta. Contra Grizzlies y Clippers jugó solo en 5 de los 13 partidos, con 4 minutos de media. Su aportación fue casi nula, pues los únicos minutos que pudo jugar fueron los de la basura. En la serie contra San Antonio, en cambio, pudo jugar 13,5 minutos en los que aportó 5,3 puntos. Caron Butler, por su lado, disfrutó de 23,3 minutos, con unos mediocres 6,3 puntos, 3,2 rebotes y 0,8 asistencias. Esta situación se pareció considerablemente a la que Reggie Jackson padeció la temporada anterior (la 2012-13). El joven base, pese a haber demostrado sobradamente su capacidad de liderar la segunda unidad, tuvo que cederle minutos en PlayOffs a Derek Fisher, por el mero hecho de gozar de más experiencia NBA. 

La falta de experiencia de Jeremy Lamb fue el único motivo de su disminución de minutos, pues no ha habido ningún gesto público de queja del jugador ni ningún enfrentamiento en el vestuario. Si después del 1 de marzo hubiera gozado de 20-25 minutos cada partido, Lamb hubiera seguido con su buena progresión, encabezando la segunda unidad de los Thunder. Esto le hubiera hecho llegar a PlayOffs preparado para ayudar al equipo, sintiéndose importante para echar una mano a KD, Westbrook e Ibaka en la persecución del título de la NBA. También hubiera demostrado su madurez, pues debería haber lanzado tiros importantes, en los que a los jóvenes les acostumbra a temblar la muñeca. La experiencia se adquiere al jugar partidos, y esa posibilidad es la que le negó Brooks durante la segunda mitad de la temporada y los PlayOffs.  Pasó de más de 20 por encuentro a jugar los minutos de la basura: una clara involución.  Hay una pregunta que los fans de OKC no paran de hacerse:¿Lamb habría producido más que Butler con los mismos minutos?. La respuesta parece afirmativa.

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