John Wall llegó a la NBA como nº1 del draft’10 después de jugar un año para los Wildcats de la Universidad de Kentucky, donde tuvo unos promedios de 16.6 puntos, 4.3 rebotes y 6.5 asistencias. Se llevó los premios de: Adolph Rupp y el de jugador del año de la Southeastern Conference.
Tras su elección por el equipo de la capital jugó en el verano de 2010 la Summer League donde fue la promesa que más destacó, teniendo unos excelentes promedios: 23.5 puntos, 7.8 asistencias, 4 rebotes y 2.5 robos en 32.3 minutos de juego. En su primer encuentro en el Verizon Center de la temporada NBA logró robar 9 balones, lo que supone el récord de la franquicia. Su trayectoria en la NBA prometía y mucho.
En su primera participación en el choque entre rookies y shopomores batió el récord de asistencias de un novato, con nada más y nada menos que 22. Una carrera que empezó a dar sus resultados desde el inicio, pero necesitaba la compañía de un gran equipo, que se estaba construyendo a su alrededor. La pasada campaña en la que fue All-Star los Wizards alcanzaron las semifinales de conferencia derrotando a los Chicago Bulls, aunque luego fueron eliminados por los Indiana Pacers.
El de Carolina del Norte ha ido aportando más puntos con el paso de las temporadas, hasta llegar a establecer una media de 19.3 por noche. También ha mejorado en sus asistencias y en su porcentaje de tres (ha pasado de un pésimo 7% a un aceptable 35.1%), aunque todavía tiene mucho trabajo para llegar a ser un tirador fiable. Forma junto con Bradley Beal uno de los mejores backcourts de toda la NBA.
John Wall apunta a disputar de nuevo el partido de las estrellas, aunque no será fácil ya que estamos ante una de las mejores generaciones de bases. Esta temporada podremos ver la confirmación de la franquicia. Le espera una vida deportiva llena de metas que las podrá ir superando con el paso de los años.