El año pasado los Toronto Raptors disfrutaron de una temporada regular que nunca habían visto antes. El equipo estableció un nuevo récord de franquicia ganando 48 partidos que ayudaron a alcanzar el segundo título de la División Atlántico en la historia del club. Y a pesar de caer en primera ronda en 7 partidos en una peleadísima serie frente a los Brooklyn Nets, la franquicia creció, evolucionó y es llamada a ser un contendiente fuerte en el Este para animar los próximos playoffs y, ¿porque no?, luchar por el anillo.
Al frente del resurgimiento de Toronto se encuentra DeMar DeRozan. El jugador, que fue elegido en la 9ª posición del Draft de 2009, dio el salto cualitativo que llevaban tiempo esperando Toronto. Exhibiendo una facilidad anotadora descomunal, evolucionó de tal forma que fue seleccionado para representar a su conferencia en el All-Star del pasado año. Pero su mejora no quedó reducida al apartado deportivo, ya que también se consolidó como un líder del vestuario.
«Lo llamo «Franquicia»«, dice el base Greivis Vásquez. «Para mí, su crecimiento y la forma en que ha desarrollado su juego es increíble, está en otro nivel en este momento.»
La etiqueta de «Franquicia» viene con grandes expectativas y se reserva solo para una pequeña elite dentro del mundo NBA. El entrenador de los Raptors, Dwane Casey, piensa que hay partes en el juego de DeRozan que merecen esa distinción, pero que todavía hay cosas que pulir.
«Para mí está a la altura de la élite en la faceta ofensiva«, explica Casey. «Pero DeMar no es un producto acabado, puede seguir mejorando, lo cual es una gran cosa para nosotros.»
Sin embargo, DeRozan no ha perdido el norte y no se deja endulzar por los elogios obtenidos, sigue trabajando para cubrir las grandes expectativas que se tiene sobre él.
«Solo quiero salir a la cancha y jugar«, dijo DeRozan antes de enfrentarse a sus compañeros de equipo de EE.UU, DeMarcus Cousins y Rudy Gay, en un partido de pretemporada en el Rogers Arena. «Siempre he sido el tipo de persona que si me voy a poner a hacer algo, lo quiero hacer de la mejor forma posible, ese es mi trabajo. Trabajar para ser un gran jugador como se supone que debo ser, todo lo que venga después será resultado de mi esfuerzo y mi honestidad”.
Vásquez explica que el talento de DeRozan no es únicamente lo que le hace un jugador especial.
«Es un jugador muy inteligente», dijo Vásquez. «Entiende su rol en cada momento, entiende sus limitaciones y lo que necesitamos de él, es por eso que es nuestro mejor jugador.»
La humildad es importante en la vida de DeMar DeRozan, por eso es consciente que aún le queda trabajo por hacer.
«Nunca he sido uno de los típicos jugadores que se creen mejor que el resto», dijo DeRozan. «No obstante, quiero ser el jugador clave de esta franquicia, trabajo para ello, y dejaré que mi juego hable por mi.«