Los Golden State Warriors van realmente en serio. Anoche, en uno de los templos sagrados del baloncesto y ante uno de los contendientes con más empaque de la competición volvieron a llevarse el triunfo, el doceavo de manera consecutiva.
La otro cara de la moneda son los Chicago Bulls, ambiguos e irregulares, cuya característica seguridad defensiva está en vías de extinción.
Comenzaron firmes los Warriors, a costa de unos Bulls tiesos e imprecisos en ambos lados de la cancha. Los de la Bahía lograron llevar el partido a su terreno, propusieron el baloncesto festivo que les distingue y persuadieron a los muchachos de Thibodeau, que se mostraron obtusos en el movimiento de balón y torpes en la transición defensiva, abrumados por la elocuencia de su jovial oponente. Los contragolpes de Golden State se sucedían producto de su intensidad en defensa y el deficitario cuidado del balón de Chicago. Comandados por Thompson y Green, adquirieron los forasteros una sustancial ventaja que hacía justicia a su buen juego que apenas obtenía respuesta por parte de unos Bulls sostenidos a duras penas por Gasol y Butler. 61 tantos encajaron los locales al término de los primeros 24 minutos, que marcharon 12 puntos abajo al camerino.
Afloró la vena febril que distingue históricamente a los Bulls al comienzo de la segunda mitad, endosando un parcial de inicio de 13-0 que les colocaba por delante en el marcador. Chicago logró neutralizar la ofensiva del conjunto visitante, que supo manejarse también en un escenario adverso que parecía más dispuesto para una huida de los locales en el electrónico, que para un nuevo despertar de los visitantes. Sin embargo, la fluidez de los de La Ciudad del Viento no acababa de ser completa. Chicago parece ahora un equipo decidido a resolver los combates por puntos, con dificultades para fraguar triunfos desde la solidez en defensa que les otorgó una identidad.
Llegado el último periodo, con las tablas campantes en el marcador y el partido en el alero, Golden State volvió a dar lustre al baloncesto como arte y deporte, combinando con mesura, saliendo con brío a la contra y resolviendo con tino desde la larga distancia. Con Rose a un nivel paupérrimo (2-11 en tiros de campo), se antoja ardua la empresa del campeonato para los de Thibodeau, más confundidos que espoleados por el regreso del base. Incapaces de hacer de su feudo un fortín, ya han sido cinco los conjuntos que han profanado el United Center esta temporada. El trazo discontinuo de los Bulls contrasta en gordo con la bella letra con la que los Warriors están escribiendo en la historia. Parece haber hallado Steve Kerr el término medio entre esteticismo y rigor que está haciendo de su plantel un rodillo: hilan ya 12 victorias y lideran la Conferencia Oeste con un imperial bagaje de 17 victorias por tan sólo 2 derrotas.
Chicago Bulls 102-112 Golden State Warriors
APUNTES
- Estelar Draymond Green: 31 puntos y 7 rebotes con un inconmensurable 7-13 desde la línea de 3.
- Pau Gasol, un seguro: 22 puntos y 20 rebotes firmó el Español, que queda al margen del descalabro colectivo.
- Derrick Rose no encuentra el punto: 2-11 en tiros para el base, que sigue sin calibrar.
- 12 triunfos seguidos de Golden State: ¿Números de campeón?
- Quinta derrota en Chicago para los Bulls: Triste récord en casa para los de Illinois, que apenas han ganado dos de los siete encuentro que han disputado en su feudo.
- Vuelven a encajar más de 100 puntos los Bulls.