Toronto Raptors está viviendo una de sus mejores temporadas desde que la franquicia disputara su primer partido hace 20 años. El secreto de este equipo reside en su espíritu colaborativo. La franquicia cuenta con un bloque de jugadores que llevan jugando juntos unos años y en la que no hay grandes egos que controlar. Se comportan como una piña tanto dentro como fuera de la cancha. De hecho, tanto es así que un equipo sin grandes anotadores se ha situado esta temporada como el tercer mejor conjunto de la liga en cuanto a eficiencia ofensiva se refiere. Los Raptors anotan un total de 109.9 puntos por cada cien posesiones que juegan. Sólo los Clippers y los Mavericks se sitúan por encima de ellos con 110.2 y 110.6 puntos por cada cien posesiones respectivamente.
Esta básica estadística no llamaría la atención de no ser comparada con otra característica que ha hecho que algunos analistas critiquen el juego de los canadienses. Resulta, que el equipo entrenado por Dwane Casey es el cuarto equipo por la cola con peor porcentaje de asistencias por cada cien tiros anotados. Es decir, los Raptors de cada cien posesiones, tan sólo 54 (54.2%) canastas son anotadas a pase directo de otro jugador. Resulta curioso como un equipo que está tan unido y con un buen backcourt, a priori pasador, estén tan abajo en esta clasificación. De hecho, varios periodistas han preguntado a su entrenador sobre este hecho y ésta ha sido la respuesta del bueno de Casey:
Nosotros conseguimos muchos tiros de media distancia. Lo que mata a los analistas es el hecho de que no fallamos lo suficiente. Nosotros nos encargamos del balón. Conseguimos las suficientes canastas, incluso si ésta no son tras una asistencia.
Haciendo un análisis un poco más profundo, podemos sacar en claro que los Raptors aprovechan su cohesión como equipo para aportar ayudas a los jugadores que tienen el balón. Tienen una buena circulación de la pelota, pero no siempre acaban con un pase directo para anotar. El equipo liderado por Kyle Lowry prefiere crear espacios para que sus anotadores puedan acabar encestando con facilidad. Así lo explica el capitán del equipo:
No hay truco en nuestro ataque. Nuestros grandullones hacen buenas pantallas, nos crean buenas opciones de tiro y anotamos.
Por si no fuera poco, la polémica ha llegado hasta el bueno de Ujiri, que se ha visto de golpe y porrazo con un micrófono en la cara preguntándole sobre un tema que parece una broma. A mi parecer, muchos de estos analistas viven con las estadísticas entre ceja y ceja, sin disfrutar del verdadero baloncesto. Aunque sé de buena mano la importancia que se le da en Norteamérica a esta ciencia en los deportes de equipo, en ocasiones sobrepasa lo absurdo.
No me importa en absoluto, incluso es genial para nosotros. ¿Sabes por qué funciona? A nadie le importa quien anote, nadie pone mala cara si otro jugador no pasa el balón. Simplemente siguen adelante. Creo que, honestamente, ese es el secreto. Los jugadores siguen atacando y atacando.
Tal y como dicen las declaraciones de los tres pesos pesados del equipo, en Toronto no hay preocupación alguna por la estadística de la discordia. En el vestuario de los Raptors no tienen problema alguno y el ambiente sigue igual que siempre. Llevan ya unos cuantos años jugando juntos, luchando para estar en la zona noble de la liga y compitiendo para llegar a ser algún día los mejores. Dudo mucho que un simple número que al fin y al cabo no refleja ningún déficit en el producto final, sea capaz de desestabilizar a una franquicia que merece estar donde está por méritos propio y no de ninguna estadística.