Los Sixers empiezan a funcionar (al menos cerca de Pennsylvania). Con la victoria de ayer ante Denver, la número once, siguieron con su racha de victorias cosechadas en el Wells Fargo, donde anteriormente habían palmado Detroit y Minnesota. Hollis Thompson consiguió su tope de anotación con 23 puntos, convirtiéndose así en el máximo anotador del encuentro. Covington se fue con 17 y Carter-Williams sumó otro doble-doble con 15 puntos, 12 asistencias. De unos flojos Nuggets solo destacamos los 22 de Gallinari, aunque la mitad desde la linea de personal, y las 14 asistencias que repartió Lawson. Wilson Chandler se fue con 19 puntos y Faried no anotó.
La victoria de anoche por parte de los 76ers deja a entrever una notable mejoría de un bloque joven, conjuntado y con ganas de demostrar que ya no son los peores. En la otra cara de la moneda, unos Nuggets que acumulan 10 derrotas en los últimos once, y que han perdido los últimos tres partidos por una diferencia de 22 puntos. En posterior rueda de prensa, su entrenador Brian Shaw, destacó la mala actitud defensiva del equipo en los últimos choques. Tiene toda la razón del mundo, la mayoría de tiros abiertos convertidos por Philadelphia fueron con el defensor más cercano a tres metros de la acción… Y sinó que se lo pregunten a Thompson, que clavó cuatro triple libre de marca.
Pero centrándonos en los locales, tenemos que destacar la gran mejoría del equipo en los últimos 5 partidos. Los Sixers se han ganado por méritos propios no ser el farolillo rojo de la competición. Si a principio de temporada, después de empezar con 0-17, todo el mundo hablaba de los partidos que quedaban para certificar el peor récord de la historia de la competición; ahora se habla de un equipo fresco y sorprendente, capaz de poner en apuros a Cleveland y Atlanta, líderes del este, en su feudo. Todo esto sin Wroten, Richardson y Embiid, promesa que aún no ha debutado.
Como dijo Brett Brown en la rueda de prensa posterior al partido: «Es un orgullo para esta ciudad ver a esos chicos jóvenes crecer delante de sus ojos».
Ya centrándonos en el transurso del partido, Brown empezó con el estandarte Carter-Williams, Mbah a Moute, Covington, Sampson y Noel como techo. Shaw lo hizo con Lawson, Afflalo, Chandler, Faried; que acabó con los mismos puntos que empezó, y el rookie Jusuf Nurkic. El encuentro empezó con un intercambio de errores en el lanzamiento donde los que fallaron menos fueron Chandler y Afllalo, dando una ligera ventaja a los visitantes. Un primer cuarto con múltiples alternancias en el electrónico y unas malas defensas en general de ambos equipos acabo con un resultado abultado para empezar, dando una ligera ventaja al equipo de casa. (34-28)
El segundo cuarto fue una locura ofensiva local y un caos general visitante. Los Nuggets fueron capaces de anotar solo 12 puntos en los 12 minutos que duró el periodo. Unos Sixers más inspirados en ambas partes de la pista, aprovecharon para dar un golpe en la mesa que les valdría para llevarse el encuentro. Un parcial de 10-2 en los tres primeros minutos obligaron a Shaw a parar el partido, pero lo que no pudo parar fue el vendaval ofensivo que posteriormente ofrecieron los locales, llegando a liderar el partido por hasta 23 puntos de diferencia, algo a lo que no nos tienen acostumbrados. Hollis Thompson anotó 19 puntos en la primera parte del partido sin fallo, con 4 de 4 desde el arco y acierto total en tiros de dos y libres. Carter-Williams ordenó al equipo dando el último pase para tiros abiertos sin oposición. (61-40)
Un parcial de 6-0 visitante daba esperanzas a los de Denver al inicio, pero el cuarto siguió el transcurso del anterior, con poco acierto y errores infantiles en defensa. La máxima diferencia en el marcador llegó a falta de cuatro para terminar el cuarto, cuando Larry Drew convirtió un triple que ponía el 79-51 en el marcador, +28 Sixers. Gran juego en equipo de los locales en el tercer cuarto con un Covington muy inspirado y un Larry Drew que enardecía la grada. Sin duda, uno de los mejores periodos de la temporada para los Sixers, que se gustaron y hicieron las delicias del Wells Fargo. Una pequeña reacció visitante salvó los últimos minutos del cuarto, y del ridículo general Nugget. (85-68)
En el último cuarto lo de siempre, relajación final Sixer, que nos tienen acostumbrados a no saber jugar los últimos instantes del juego. Un fuerte inicio de los de Colorado, con una presión a toda la cancha hizo perder algunos balones innecesarios a los locales y puso el miedo en el cuerpo a los aficionados de Philadelphia. En los primeros cinco minutos de cuarto, se redujo la ventaja de dobles dígitos con un parcial de 5-16. Lawson siguió mandando y Afflalo mostró acierto desde el perímetro para acercarse en el luminoso. Pero es imposible remontar 15 puntos en los cinco últimos minutos de partido, además con las pocas armas ofensivas de las que disponen los Nuggets, y aunque lo intentaron pisando el acelerador en el último cuarto, con más corazón que cabeza, acabaron perdiendo un partido que se les complicó demasiado antes del descanso. (105-98 Sixers)
Boston será el siguiente rival de ambos equipos, eso si, con más tiempo de descanso para Philadelphia, que juega el viernes, mientras que Denver lo hace hoy mismo.