Esta pasada madrugada el FedEx Forum de Memphis acogió un partido con verdadero sabor a playoff (y quien sabe incluso si a final NBA). Resulta que los Grizzlies de nuestro querido Marc Gasol recibían en su feudo a unos sólidos Hawks que van camino de hacer historia y que se dirigen hacia una progresión cercana a las 68 victorias en temporada regular. Una auténtica barbaridad desde luego. Sin embargo, el 37-13 que ostenta el conjunto de Tennessee en el salvaje Oeste, les convierte en un candidato que también puede y debe aspirar a todo.
La última vez que se dieron cita estas dos potencias fue en enero. Atlanta se impuso ante el equipo del “Grit and Grind”, que sufrió la ausencia de un lesionado Zach Randolph y que aún no contaba con la potencia en pista de Jeff Green. Los chicos de Budenholzer firmaron así su sexta victoria consecutiva, extendiendo dicha friolera hasta los 19 triunfos consecutivos que se detuvieron en New Orleans hace casi una semana.
Los visitantes se presentaban en una de las canchas más duras de la liga tras imponerse por 124-116 a unos explosivos Golden State Warriors, lo cual les afianza más si cabe como un equipo contender para el presente anillo. Y es que, a pesar de encontrarse en una conferencia Este más débil, el equipo cuenta con un récord particular frente a equipos del Oeste de 8-1. Tremendo. Con todo ello, y las bajas por lesión de Shelvin Mack y Sefolosha, aterrizaban los visitantes en territorio Grizzlie.
Por su parte, Marc & Company llegaban al encuentro tras caer en los instantes finales el anterior viernes a manos de unos Minnesota Timberwolves liderados por un revulsivo Ricky Rubio. A pesar de no cuajar un buen encuentro, lo cierto es que Memphis gozó de ventaja en el marcador durante prácticamente todo el partido, pero la pérdida de concentración acrecentada por 8 puntos del base español en el último minuto puso fin a una racha de 8 victorias consecutivas que no obstante, dan forma a un balance de 8-2 en los últimos 10 duelos. La franquicia local no podría contar para esta madrugada ni con Jordan Adams ni con el veterano Vince Carter, ambos por motivo de lesión.
Tras las correspondientes presentaciones daba comienzo un enfrentamiento atractivo entre dos de los más fuertes candidatos al anillo NBA hasta el momento. La actuación y defensa sobre Kyle Korver desde el perímetro, el duelo Teague vs Conley, y la rocosa y correosa defensa del equipo de casa, serían algunas de las principales claves que marcarían el porvenir de un partido de gran nivel.
La defensa de unos y el fallo en el lanzamiento de otros marcó gran parte del transcurso de la primera parte. Los Hawks no estaban cómodos en pista, y las pérdidas de balones y los tiros forzados daban buena prueba de ello. Memphis estaba consiguiendo dejar en segunda línea a gente fundamental como Kyle Korver, y a pesar de no presentar unos grandes porcentajes en ataque, sí es cierto que la defensa estaba dando sus frutos. Solamente pareció plantar cara en tareas ofensivas el base sophomore alemán Dennis Schröder a base de penetraciones y un triple que recortó distancias. 20-16 finalizó el primer cuarto a favor de unos Grizzlies bien organizados.
En el segundo período de 12 minutos, las unidades de banquillo cobraron mayor importancia. Gente como Udrih o Koufos sufrían en ataque pero lograban aguantar las acometidas de los Hawks en defensa. A falta de 4:30, los visitantes adelantaron a los locales en el marcador con un 35-34, para posteriormente cerrar el cuarto con un 43-42 que reflejaba una máxima igualdad en pista.Una equidad que se mantuvo constante a lo largo de la segunda parte del encuentro, y que solamente se vio interrumpida por un +7 a favor de los Atlanta Hawks en un tercer cuarto que sin embargo finalizó con una ventaja de 3 puntos del conjunto de Tennesse (66-69).
Finalmente, las pérdidas de balón y la gran falta de acierto en los minutos finales de los Hawks, condenaron a los de Budenholzer a la derrota. Pérdidas y fallos propiciados por una defensa asfixiante personificada una vez más en la figura del intenso perro de presa Tony Allen, quien palmeó un balón que adelantaba a los suyos en el marcador a falta de poco más de dos minutos. Mike Conley dictó sentencia con una fabulosa bandeja ante Al Horford, y de esta forma, el encuentro entre dos grandes equipos llegó a su fin.
El explosivo duelo de bases entre Conley y Teague dejó al espectador con grandes sensaciones tras el juego y los guarismos cosechados por ambos, 21 y 22 respectivamente. Marc Gasol firmó 16 puntos y 10 rebotes, y una vez desplegó sus conocimientos técnicos y tácticos para guiar a su equipo en ataque, ya bien sea anotando o circulando el balón. Su compañero de faena, Zach Randolph, logró igualmente hacerse con un doble-doble más para su cuenta particular, anotando 15 tantos y capturando 11 rebotes. Los 14 puntos del suplente Kent Bazemore y los pobres 8 de Kyle Korver son algunos de los significativos datos que reflejan lo ocurrido en la cancha.
Tras este duelo por todo lo alto, los Grizzlies respiran con cierta holgura en la segunda plaza de la conferencia Oeste, desde la cual aventajan a sus perseguidores Rockets gracias a tres partidos de diferencia. En lo que respecta a los Hawks, esta supone su segunda derrota en los 10 últimos partidos para un 42-10, lo cual cede el honor de “mejor equipo de la NBA” a unos Warriors que presentan un 40-9. El tiempo confirmará hasta dónde son capaces de llegar dos equipos que por el momento, apuntan sin miedo a lo más alto de la liga.
«Zarpazo Grizzlie».. estos titulares me aterran. No quiero que somosnba se convierta en el marca.