No estaba llamado a ser el líder de la nueva generación que está saliendo de las canteras españolas, pero el enorme salto cualitativo que ha dado este año ha colocado a Dani Díez en un escaparate de enorme importancia para la carrera de cualquier jugador: el Draft de la NBA.
El canterano del Estudiantes y del Real Madrid, de sólo 21 años, fue traspasado al Gipuzkoa Basket en busca de minutos, pues los flamantes campeones de la Copa del Rey apenas le pudieron ofrecer unos 10 escasos minutos por partido el año pasado. Ahora, en la escuadra vasca ha experimentado una enorme mejoría, lo que le ha llevado a ser el segundo máximo reboteador de la ACB y a unas brillantes actuaciones, como contra Andorra o el FC Barcelona hace unos meses.
«He disfrutado de muchas oportunidades este año, lo que me ha permitido mejorar mucho, especialmente más allá del arco, pero también en la pintura y en el rebote.»
El madrileño ya se ha codeado con los americanos y jugadores de la NBA. Tal y como él mismo recuerda, este verano entrenó con Steven Adams, Caldwell-Pope o Kelly Olynyk.
«Fue una gran experiencia, trabajamos mucho con ejercicios de tiro y 1×1, lo que me dio confianza para esta temporada. Este será el año en que sea drafteable y estoy muy orgulloso de que haya franquicias interesadas en mí«.
Si bien ya apunta a Estados Unidos, el jugador se mantiene centrado en su equipo por el momento para seguir mejorando hasta que tenga lugar el draft. No obstante, más allá de esta temporada, el alero lo tiene claro: seguir los pasos de Rudy, Chacho o Mirotic, jugar en la NBA.
«Les hablé mucho del tema. Sé lo difícil que es jugar allí, pero es el sueño de cualquier jugador. Aprovecharé cualquier oportunidad de jugar en la NBA.»