Corren buenos tiempos en Boston. El equipo está en su mejor momento de la temporada, y también de los últimos años. A falta de 16 partidos para el término de la liga regular, los Celtics se encuentran en la novena plaza de la Conferencia Este, con la misma marca que el séptimo, los Indiana Pacers, y el octavo, los Miami Heat.
Desde el parón del All-Star, Boston es uno de los mejores equipos de la liga, lo que le ha permitido situarse en una posición en la que ni los más optimistas soñaban con alcanzar durante los primeros momentos de la temporada. Los Celtics han conseguido cinco victorias consecutivas, incluyendo triunfos importantes en Indianápolis y Miami, y la victoria en el TD Garden ante los Memphis Grizzlies, uno de los mejores equipos de la NBA. Esta racha tiene un gran valor, sobretodo por la baja de Isaiah Thomas, una de las principales figuras del equipo.
En los próximos encuentros, Boston visitará Oklahoma City para medirse a unos Thunder en una posición muy parecida a la suya, y San Antonio, para intentar tumbar a los Spurs. Dos partidos muy complicados que serán dos finales más en lo que queda de Liga Regular para los Celtics. La ilusión entre los aficionados es evidente, pero Stevens cree que su plantilla está tranquila:
«No he oído a mis jugadores hablar sobre los Playoffs. Claro que lo hemos comentado y hemos visto la clasificación como todos, pero no les veo hablar de ello. No les oigo preguntar por los partidos de Miami o Charlotte delante de mí. Quizá lo hagan, pero no conmigo»
La dureza de los próximos rivales será extrema, y no parece beneficioso que los jugadores estén pendientes de otros partidos que no sean los suyos. Todos los partidos son una final, como dice el ‘Cholo‘ Simeone a sus jugadores en el Atlético de Madrid. No importa el rival, tanto los New York Knicks, como las importantes visitas de los Pacers y los Heat, o el viaje a Charlotte.
En estos últimos meses, Brad Stevens está demostrando lo que ya muchos pensaban en su exitosa etapa universitaria; es un grandísimo entrenador. Desde esta redacción, apoyamos su candidatura a Mejor Entrenador del Año, aunque parece complicado arrebatarle el premio a Mike Budenholzer por su magnífica temporada con los Atlanta Hawks. Stevens ha conseguido hacerse con los mandos de un equipo que ha cambiado prácticamente por completo en los dos años que lleva al frente de los Celtics. Brad Stevens es el Simeone de Boston.
Con tantos equipos en la pelea por entrar en Playoffs, y tan poco margen entre todos ellos, un error puede ser fatal. La espléndida temporada de los Celtics puede acabar en vano, y todos los progresos de este equipo pueden terminar sin la recompensa de competir frente a los mejores equipos de la Conferencia Este por el título.
Tyler Zeller ha dado un gran paso al frente esta temporada. El pívot llegó a Boston sin hacer mucho ruido, pero se ha convertido en un jugador clave en la rotación de Stevens. Sus últimos dos partidos ante Indiana y Philadelphia son una perfecta muestra de su buen hacer este año. Zeller también se suma al partido a partido:
«Somos conscientes de que partimos con desventaja. Los próximos dos partidos son muy importantes y somos capaces de ganar. Nuestro equipo es muy bueno pensando solo partido a partido»
Queda un mes de infarto para los aficionados de los Boston Celtics. 16 partidos que serán 16 finales para conseguir un objetivo que a priori parecía inalcanzable. La labor de Brad Stevens como técnico de esta joven plantilla es encomiable, y en estos momentos la afición sueña con ver a su equipo de nuevo en los Playoffs, aunque no será nada fácil. Alcanzar esta fase sería un éxito innegable, pero una vez en esa situación, será extremadamente complicado conseguir buenos resultados. De momento, todo son meras especulaciones, pero lo único claro es la filosofía que tienen estos Boston Celtics: PARTIDO A PARTIDO.