Jazz compran los Idaho Stampede de la D-League

Utah es ya la octava franquicia con equipo de desarrollo propio

Ayer martes la Liga de Desarrollo de la NBA y Miller Sports Properties (dueños de los Utah Jazz) anunciaron la compra por parte de estos últimos de los Idaho Stampede, convirtiéndose así al conjunto mormón en el octavo de la NBA cien por cien propietario y operador a tiempo completo de su propio equipo de la D-League. Los Stampede además firmaron una extensión de su contrato con el actual pabellón en el que juegan y se mantendrán en la capital del estado, Boise, la próxima temporada.

Antes que los Jazz, los Cleveland Cavaliers (Canton Charge), los Golden State Warriors (Santa Cruz Warriors), los Los Angeles Lakers (L.A. Defenders), los New York Knicks (Westchester Knicks), los Oklahoma City Thunder (Oklahoma City Blue), los Philadelphia 76ers (Delaware 87ers) y los San Antonio Spurs (Austin Spurs) ya habían hecho uso de esta útil herramienta de, como su propio nombre bien indica, desarrollo, tanto para formar a los jóvenes jugadores que no tienen sitio en la plantilla y necesitan minutos para crecer, como también personal técnico y directiva, y sobretodo garantizar que el clima y la filosofía en los que se desenvuelven sean los elegidos por los Utah Jazz.

Hace unos días publicaba Kevin Yeung un artículo en The Cauldron en el que analizaba el problema que tenían tanto los Toronto Raptors como su elección de primera ronda en el draft pasado, el brasileño Bruno Caboclo. Los canadienses no poseen una escuadra en la D-League, pero tampoco pueden mandar al joven proyecto a ningún otro lado, asi que lo enviaron a los Fort Wayne Mad Ants del 18 de febrero al 8 de marzo. El alero de 19 años, al que el analista de ESPN Fran Franschilla describió como a dos años de estar listo en dos años, solamente disputó 23 minutos en todo ese tiempo, acumulando cuatro DNP-CDs por el camino. Los Mad Ants son el único combinado de la D-League sin un acuerdo de exclusividad con una franquicia de la NBA o propiedad de una franquicia de la NBA, dejando a 13 equipos con Fort Wayne como único lugar donde mandar sus promesas. Por supuesto, los del estado de Indiana no tienen por qué tener los mismos planes que los Raptors, y mucho menos la necesidad de poner a jugar al chaval si no está preparado.

Los Jazz ya se apresuaron el verano pasado a resolver este posible obstáculo con un acuerdo en exclusiva con los Stampede (que se encuentran relativamente cerca, a algo más de 560 kilómetros de distancia), por el que Utah se encargaba ya de todos los aspectos relacionados con el baloncesto, incluyendo la contratación o despido del cuerpo técnico. Pero ahora han dado un paso hacia adelante, aumentando el nivel de implantación de lo que los de Salt Lake City quieren construir en el futuro, en el conjunto de Idaho, que ahora aún más, servirá a los del estado mormón como campo de pruebas, tanto a nivel de pista como a nivel ejecutivo.

El momento elegido para efectuar esta acción es el idóneo pues si los Jazz se van a embarcar en una posible lucha por los playoffs ya la campaña que viene, van a necesitar de los Stampede para ayudar al desarrollo de los jóvenes novatos que vengan en los drafts venideros; sobretodo ahora que han encontrado una identidad sobre la que construir un posible candidato a los playoffs, similar a cómo los Warriors usan a su filial en Santa Clara (fijémonos en, por ejemplo, Justin Holiday) o cómo los Rockets usan su control exclusivo sobre los Río Grande Valley Vipers (que se han convertido en una máquina de tirar triples y donde aplicar muchas de las innovaciones en estadísticas avanzadas) desde la llegada de Morey a general manager. El presidente del equipo, Randy Rigby, tenía estas palabras tras anunciar el acuerdo:

«Nuestra compra de un equipo de la NBA D-League refleja el valor que le damos a tener un afiliado exclusivo para desarrollo de jugadores y construir el ámbito de operaciones relacionadas con el baloncesto para apoyar a los Jazz.»

A pesar de que en años recientes la importancia de la D-League ha ido creciendo exponencialmente, es todavía marginal su papel; aunque como señalaban fuentes ejecutivas al mismo Young en su artículo en The Cauldron, la NBA no va a poder negar por más tiempo lo esencial que es como herramienta en todas las facetas del deporte y negocio, y los Jazz hacen bien en anticiparse al futuro.

De la actual plantilla de Utah hay siete jugadores con experiencia en la liga menor: Rudy Gobert, Ian Clark, Elijah Millsap, Grant Jerrett, Jeremy Evans, Jack Cooley y Bryce Cotton; y más del 40% de los integrantes del draft de los últimos cinco años han pasado por la misma.

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Comentarios (1)
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  • Sloan

    Buen articulo y buena noticia. Hacen falta los filiales, ya se ha demostrado en el fútbol europeo que es una herramienta mas que válida