Chris Paul sabe que está agotando sus últimos cartuchos

El base All Star siente que es la hora de ir por el anillo
Fuente: Keith Allison (CC)

CP3, «The Storm» o simplemente Chris Paul, profesional desde el año 2005 cuando fue elegido por los antiguos New Orleans Hornets.  Rookie of the year 2006, 2 medallas de Oro con el equipo nacional de USA, 8 veces elegido para el All Star Game, 6 veces líder de la liga en robos, 3 veces líder en asistencias, 4 veces elegido para el NBA All Team, todos galardones envidiables para cualquiera que haya jugado en la mejor liga del mundo, pero de algo estamos seguros, CP3 cambiaría todo eso por ganar el ansiado anillo de campeón.

El base estrella de los LA Clippers posiblemente no haya tenido una temporada brillante como supo tener años atrás, pero sus números rozan la excelencia: 19.1 ptos, 4.6 rebotes, 1.9 robos y 10.2 asistencias por partido, siendo el líder una vez más en este último apartado. En tiempos de Stephen Curry, James Harden y LeBron James, la gente se olvida de CP3, un jugador con una personalidad muy fuerte o, como solía decir Apollo Creed cuando entrenaba a Rocky para su revancha ante Clubber Lang, el famoso y mítico «eye of the tiger».  Son contados los jugadores en la NBA que cuentan con esa faceta que los hace distintos, con la sensación de que pueden luchar ellos solos contra todo y hablamos no solo de Chris Paul sino también de Kobe, LeBron, Tim Duncan, Manu Ginobili o Dwayne Wade, todos ellos con una sed de victoria que parece inagotable.

El ex jugador de la Universidad de Wake Forest juega concentrado al 150% , su ganas de ser campeón son casi una obsesión, de sus palabras mismo puede desprenderse eso:

«Pienso en nuestra meta cada momento del día. Pienso en lo que significa. Sé que hay una ventana abierta para nosotros, lo sé. No hay nada que desee más que ese anillo. Cuando me despierto cada mañana, es lo primero que pienso, y es lo último que pienso antes de irme a dormir.»

Todos los premios individuales y los títulos con el equipo nacional alcanzados antes, hacen que este 2015 de Chris Paul sea un año casi crucial en sus aspiraciones de obtener ese boleto a las NBA Finals. A nivel individual logró casi todo, sabe que este es «EL» momento de llegar al objetivo más grande. Llegó a los LA Clippers en la temporada 2011/12, en un traspaso con mucho suspenso, puesto que en ese entonces estuvo solamente a un paso de fichar para el otro equipo de Los Angeles, los Lakers. Lo tuvieron en sus manos, pero David Stern, por «razones deportivas», vetó ese fichaje y así se unió a las filas de su actual franquicia. Lo sedujo las ganas de jugar con Blake Griffin, figura joven y emergente y con un roster interesante, con hombres como Chauncey Billups, DeAndre Jordan o Caron Butler por aquel entonces.  Los Clippers volvían a disputar playoffs y le daban dura competencia a los Lakers de Kobe y Pau Gasol, pero su ruta en la postemporada era breve. En 2012 caen en semifinales ante Spurs, 2013 en primera ronda ante Grizzlies y el año pasado ante los Thunder nuevamente en semifinales de Conferencia. Este año, y ya con con 3 temporadas encima siendo el líder del equipo junto a Griffin, siente que es la hora, el momento de luchar por todo. Tienen al máximo reboteador de la liga en DeAndre Jordan, un sexto hombre clave en Jamal Crawford y un coach campeón con una gran reputación y respeto en toda la liga, Glenn «Doc» Rivers, todos estos ingredientes se complementan con el sentimiento de Paul de dar ese salto de calidad de una vez por todas.

No solo nosotros hablamos de ese «Eye of the tiger»  de CP3, sus compañeros también lo ven, lo perciben y saben que deben batallar junto a su comandante, pues así lo expresan:

«Es como si estuviera poseído. Se convierte en una persona completamente diferente. No hay juego o una broma para él.«  – dice Jamal Crawford.

«Él es un perro. Cuando va en contra de los mejores jugadores de la liga, solo intenta matarlos.» – reseña Austin Rivers.

«Se está exigiendo de una manera muy positiva. Es nuestra voz. Él es nuestra conciencia. Cuando no estamos jugando bien, por lo general lo detecta en primer lugar y no los hace saber a todos.» – eran las palabras de el entrenador Doc Rivers.

No solo sus compañeros de equipo reconocen eso, sino que también sus rivales, como Patrick Beverley:

«Te reta mentalmente, pero me encanta.»

Chris Paul se exige a él mismo con máximo rigor y así también pide lo mismo por parte de sus compañeros, y hasta a veces parece que discute de mala forma con ellos. En esta temporada pudo verse cruces con Hedo Turkoglu o DeAndre Jordan, pero no fueron más que deseos de que rindiesen más, de pedir perfección y no bajar la intensidad. Eso mismo, la intensidad, clave para el base a la hora de llevar adelante cada jugada, cada momento y cada tiro.

Tiene todo lo que un point guard debe tener, asiste en cantidad y de todas las formas posibles, anota, buen tiro de media distancia, penetra y abre juego al perímetro, defiende con excelencia la media pista y tiene voz de mando, lo más importante a la hora de llevar el balón y planificar y pensar jugadas.  Su generación de compañeros y amigos en el Team USA ya han gozado del privilegio de ser campeones NBA o de disputar las finales. LeBron, Kobe, Wade o Chris Bosh se han puesto el anillo de campeonato, en tanto que Kevin Durant, James Harden o Dwight Howard ya saben lo que es disputar las ansiadas finales. Por todo esto es que Chris Paul siente como casi una OBLIGACIÓN que este es el año perfecto para ganar el campeonato, además a sus casi 30 años y siendo un icono de la liga y posiblemente el mejor base cree que para convertirse definitivamente en leyenda, en escribir un pedazo de historia grande, debe ser campeón y líder de equipo para lograr ese galardón. El camino no es fácil, el Oeste desde hace años presenta duras batallas ya desde primera ronda de playoffs, y esta ocasión inclusive para su equipo el reto arranca siendo aún mayor, ya que su duelo en esta primera fase será frente al campeón reinante, los San Antonio Spurs, que vienen de una racha de 13 victorias consecutivas y encontrándose en el mejor momento de la temporada. Paul y los suyos saben de esto y saben que, de superar este gran obstáculo, sentirán un confianza por las nubes para llegar al final de ese camino, esa ruta que solo tiene un destino posible, ser campeón de la NBA; y CP3 está más preparado que nunca.

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Comentarios (1)
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  • Pere Purrà Jr.

    Buen artículo, me ha gustado. Lo tendrá difícil el bueno de Chris este año… No tiene suerte al cruzarse con San Antonio a las primeras de cambio, pero si los Clippers superan la ronda, el camino hacia el anillo será más placentero que nunca. Y sinó que fiche por un equipo del este, que hasta semis de Conferencia no se tienen que atar los cordones.