Hace escasas 48 horas, los Nets no dependían de sí mismos para clasificarse para los PlayOffs. Además de tener que ganar forzosamente a los Magic, cosa que hicieron, Brooklyn tenía que esperar que Indiana perdiera su encuentro. Y no era tarea fácil. Indiana había ganado 6 partidos consecutivos, pasando de estar prácticamente descartados a ser favorito para meterse entre los 8 primeros de la conferencia Este.
En ese último partido, Indiana visitaba la pista de Grizzlies. Memphis, que durante mucho tiempo esta temporada se había situado como segundo y tercer mejor equipo en «wild wild West», como muchos denominan a la competida conferencia Oeste, había bajado mucho su rendimiento tras el All-Star.
Antes de el parón de febrero, los Grizzlies sostenían un magnífico récord de 39-14, pero desde entonces, a duras penas superaban el 50% de victorias, 15-13. Para más complicación, los hombres dirigidos por David Joerger no contarían para el encuentro con su director de juego, Mike Conley Jr., y Marc Gasol seguía renqueante de sus molestias en el tobillo, de las cuales había regresado en el partido anterior ante Warriors.
Todo hacía presagiar un desenlace desfavorable para Memphis y Brooklyn. Sin embargo, Marc Gasol se vistió de «Kraken» y consiguió la mejor anotación de su carrera, con 33 puntos, además de aportar 13 rebotes en la victoria de los Grizzlies sobre Pacers.
Dicha victoria no sólo aseguró la consolidación de la 5ª plaza del Oeste y el factor pista en PlayOffs para los Grizzlies, sino que también posibilitó que su ex-entrenador, y actual entrenador de Brooklyn Nets, Lionel Hollins, consiguiera el objetivo de la franquicia de clasificar a su equipo por tercera vez consecutiva para la post-temporada.
Como explica The Brooklyn Game en su artículo, el mismo Hollins había negado antes del partido ante Orlando que hubiera enviado ningún mensaje a sus ex-jugadores para pedirles un esfuerzo extra. Sin embargo, el día después de confirmarse la carambola que los metía en PlayOffs, el entrenador de Nets sí que envió dicho mensaje, en este caso, de agradecimiento.
Y lo hizo a uno de sus discípulos predilectos en Memphis, Marc Gasol:
«Envié un SMS a Gasol esta mañana, le dije: Felicidades, buena suerte y gracias. Creo que salieron a ayudarse a sí mismos, y en el camino, nos ayudaron a nosotros.»
Pese a la escasez de palabras, la relación entre el mediano de los Gasol y Hollins ha sido muy estrecha desde su etapa conjunta en Memphis. Marc siempre ha alabado la labor de Hollins al frente de aquel equipo, alzándolo como pieza fundamental de la transformación de la franquicia, que pasó de ser parte del vagón de cola en el Oeste a un asiduo a los PlayOffs.
Hollins imprimió un carácter defensivo en Grizzlies que aún hoy perdura, situándolos como unas de las mejores defensas de la liga año tras año. Y con Gasol ocurrió lo mismo. El pívot español obtuvo el premio al Mejor Defensor del Año la última campaña en que Hollins estuvo al frente del equipo, la 2012-2013.
Como Hollins manifestó una vez. Cuando los jugadores que hoy dominan Memphis llegaron al equipo, «eran como cachorrillos, ahora han crecido mucho, son hombres hechos y derechos y estoy orgulloso de ellos.»
Ayer esos hombres le devolvieron el favor.