Es un dilema que se lleva planteando desde hace algún tiempo, el si los Phoenix Suns deberían traspasar a la última pareja de hermanos de la plantilla, Marcus y Markieff Morris. A finales de la temporada pasada, la 13-14, ambos estaban haciendo la temporada de su vida. Markieff acabó cuarto en la votación al mejor 6º hombre y Marcus se descubrió como un fiable tirador de larga distancia desde el banquillo. Un año después, los fans debaten si los gemelos deben ser traspasados.
La visión de ellos a lo largo de la temporada ha ido pegando un bajón considerable. ‘Keef’ se ha convertido en un jugador muy dañino para el contrario en el uno contra uno, con facilidad para crearse sus propios tiros. Sin embargo, su debilidad en los tableros hace que los fans clamen por un ala-pívot más tradicional.
Mientras tanto, ‘Mook’ ha tenido una mala temporada en el tiro. Además, aunque ha fortalecido al equipo en defensa y rebote, sobre todo cuando salía de titular (por necesidad ante las bajas), sigue siendo un jugador prescindible, especialmente si se le añade a un traspaso exitoso por una estrella.
Los Suns tienen un buen núcleo de jugadores jóvenes, pero los Morris han perdido el apoyo de los fans. Markieff por acabar «subcampeón» de mayor número de técnicas en toda la liga, y sugerir que los fans de Phoenix no les apoyaban. Y Marcus por su falta de disciplina y rebeldía, sobre todo cuando le gritó a Hornaceck en un tiempo muerto.
Y todo esto con lo peor del caso: están pendientes de juicio por supuestamente agredir a un hombre, lo que podría acarrearles hasta penas de varios años de cárcel.
Ambos gemelos son jóvenes y tienen talento, así que con todo el mundo cruzando los dedos para que los traspasen, es mejor pinchar alguna burbuja y esperar a verano para ver qué pasa con el juicio, ya que su valor de mercado está por los suelos, y te puedes quedar sin ellos gratis, pudiendo seguir jugando.