Mientras que el reputado periodista israelí David Pick anunciaba ayer en twitter que el legendario jugador ruso Andrei Kirilenko se retiraba, hoy el hombre de la ESPN Mike Mazzeo publicaba que el todavía miembro de 34 años del CSKA Moscú había comunicado vía e-mail que no era cierto que hubiese tomado la decisión ya, aunque admitía que era una posibilidad y decidiría durante el estío.
Tras haberse ausentado de los Brooklyn Nets en noviembre del año pasado por motivos personales, fue traspasado a los 76ers en diciembre cuando la franquicia se cansó de su desinterés, sobretodo al no entrar en los planes del nuevo entrenador Lionel Hollins. Por supuesto tampoco ayudaron las complicaciones con el embarazo de su mujer, razón por la que en primera instancia AK-47 había abandonado la disciplina de la escuadra de Prokhorov. En un movimiento realizado para soltar lastre económico, los Nets enviaron a Kirilenko, Jorge Gutiérrez y dos segundas rondas a Philadelphia a cambio de Brandon Davies, compañero de Jimmer Fredette en BYU y que terminó la temporada en el Élan Chalon francés tras ser cortado después de disputar 7 partidos con los neoyorkinos.
Buscando nuevos retos, el alero de 2.06 m. que fuera una vez All-Star y tres veces miembro del All-Defensive Team con los Utah Jazz firmó por tercera vez en su carrera con el principal conjunto de su país, el CSKA Moscú, al que ayudó a meterse por cuarta vez consecutiva en la Final Four de la Euroliga tras llegar a las finales de febrero.
Tras haber renunciado a disputar con su selección nacional el Europeo de este verano, parece que Kirilenko podría haber perdido las ganas por jugar al baloncesto profesional, y a pesar de haber desmentido su retirada definitiva, ha dejado muy abierta la posibilidad de hacerlo más adelante en verano.
Si es cierto que su carrera llega a su fin, el natural de los Urales occidentales – concretamente de la ciudad donde el primer rifle Kalashnikov sería fabricado – pasaría a la historia como uno de los grandes jugadores rusos de todos los tiempos, junto al héroe soviético Sergei Belov. Su palmarés incluye además el MVP del EuroBasket 2007 (derrotando contra todo pronóstico a la anfitriona España en una disputadísima final), Jugador Europeo del Año para la FIBA en 2007 y 2012, el Euroscar 2012, el MVP de la Euroliga 2012 o el MVP del Mundial sub-19 de 1999 entre muchos otros galardones y honores.
En Salt Lake City se recordará siempre a Kirilenko por haber liderado la reconstrucción exitosa de la franquicia del estado mormón tras perder a Karl Malone y John Stockton, llevando a un conjunto que contaba con Carlos Arroyo, Raja Bell, Matt Harpring, Greg Ostertag, Raúl López o Sasha Pavlovic como nombres más importantes, a conseguir 42 victorias y quedarse a un solo partido de los playoffs. En esa misma temporada 2003-04 consiguió su única nominación al All-Star, encabezando a los Jazz en minutos por partido con 37.1, en rebotes con 8.1, en robos con 1.9, en tapones con 2.8 y en puntos con 16.5. También promedió 3.1 asistencias y tuvo uno de los mejores porcentajes de tres en toda su carrera, con 33,8%. Terminó quinto en la votación a Mejor Defensor y también cuarto en la de Jugador Más Mejorado. Ese curso inició una racha de 3 elecciones al NBA All-Defensive Team, como parte del segundo quinteto en 2004 y 2005 – encabezando además la liga en tapones -, y en el primero en 2006. A partir de ahí su trayectoria fue oscureciéndose un poco a causa de las lesiones, perdiendo protagonismo además en un conjunto que había vuelto a convertirse en candidato a todo con las adiciones de Deron Williams, Mehmet Okur o Carlos Boozer entre otros. Kirilenko no se terminó de adaptar a su cambio de rol, perdiendo parte del liderazgo que tenía sobre el equipo y en 2007 los rumores apuntaban a que había pedido el traspaso (e incluso el actual dueño de los Nets, Mikhail Prokhorov, quiso comprar su pase y traerlo de vuelta al CSKA).
No obstante, un verano triunfal con el combinado ruso pareció hacerle entrar en razón y volvió a Utah dispuesto a ocupar su rol como especialista defensivo del equipo y cuarta opción en ataque, llegando a trabajar personalmente con otra leyenda Jazz como Jeff Hornacek. En la temporada del lockout, y tal vez con nostalgia de su país y de la situación de estrella de la que disfrutaba allí, Kirilenko decidió enrolarse de nuevo en el gigante ruso, coliderando a una plantilla repleta de estrellas – Nenad Krstic, Milos Teodosic, Viktor Khryapa, Ramunas Siskaukas, Alexey Shved, Sasha Kaun, Darjus Lavrinovic – a la final de la Euroliga, donde cayeron de un punto ante la leyenda griega Spanoulis y el Olympiacos. Luego volvería a la NBA y tras una muy buena temporada con Minnesota terminaría en Brooklyn, donde empezó el carrusel que dio otra vez con Kirilenko en Moscú este invierno.
Es poco probable que nadie considere a Andrei Kirilenko como una estrella en la NBA, pero los aficionados Jazz no pueden por poco recordar al ruso como uno de los grandes nombres recientes de la franquicia, y tampoco deberían evitar recordar con cariño y admiración la espectacular temporada 2003-04 donde un equipo de don nadies, con apenas el mítico Jerry Sloan en el banquillo, se quedó a un palmo de los playoffs gracias sobre todo a una de las mejores actuaciones individuales en defensa y en ataque que han visto en Salt Lake City en la historia del conjunto.
De acuerdo con todo!!!!