Este pasado viernes fue la presentación de Emmanuel Mudiay como nuevo jugador de los Denver Nuggets. Un evento en el que se sintió arropado, tanto por la prensa del lugar, como por su propia familia, la cual estaba presente durante la rueda de prensa.
Su madre, Therese Kabeya, aguantaba una cesta con flores de variopintos colores, sus hermanos Jean-Michael y Stephane la acompañaban. Los tres juntos regalaban una gran vista familiar, y se encontraban situados en el mismo lugar en el que habían estado siempre para el pequeño Mudiay, justo al frente y en el centro de sus vidas.
«Mi madre es sin duda el pilar de la familia,» Dijo Emmanuel. «Crecimos sin un padre. Él murió cuando yo tan solo tenía 1 o 2 años. Así que, desde que la familia ha estado unida, mi madre y mis hermanos, ellos me criaron, ellos son mis héroes. Cada vez que salgo a jugar, forman parte de mí. Son una parte vital de mí.»
A pesar de que la mayor parte de la rueda de prensa fue dirigida a intentar sacar cuantas más palabras de Mudiay mejor, su familia también tomó algo de protagonismo durante las preguntas:
«Es un sueño hecho realidad, no sólo por él, sino por toda la familia,» Dijo Stephane. «Todos hemos querido esto para él durante mucho tiempo. Y ver que por fin lo ha conseguido, es ver un sueño hecho realidad.«
Siempre habían habido tiempos difíciles, pero su madre sabía que debía hacer algo al respecto. Su país se estaba desmoronando.
La Primera Guerra del Congo ocurrió en 1996, y duró un año entero. El resultado de esta guerra, dio como lugar al renombramiento de Zaire, que pasó a llamarse la República Democrática del Congo. Sin embargo, la paz no duró demasiado. La Segunda Guerra del Congo comenzó en 1998, involucró a 9 naciones y causó un total de 5.4 millones de muertos.
«Escuchar tiroteos todo el día, ver cuerpos quemados o llenos de disparos tirados en la calle… No es una vista bonita, o por lo menos, no es algo que quieras ver cuando eres un niño de 6,7,8 o 9 años,» Dijo Jean-Michael. «Intentas simplemente no prestar atención eso, y sacar lo mejor de tu situación.»
Los Mudiay, sin embargo, no se quedaron en la República Demócratica del Congo el suficiente tiempo como para ver el final de la guerra.
Therese decidió que la mejor solución era sacar a sus hijos de ese conflicto, así que decidió dejar el país:
«Vine primero por seguridad,» Dijo Therese. «En casa eran malos tiempos. La guerra había estallado. Había veces en que la escuela se mantenía cerrada durante todo un mes. La situación era tan mala, que decidí venir aquí para que mis hijos estuvieran a salvo, y además pudieran ir a la escuela.
Therese tenía una hermana que vivía en Dallas, y en 2001 se convirtió en su nuevo hogar. El proceso que le permitía traer a sus hijos a los Estados Unidos tomó un año en completarse, así pues, en 2002 volvieron a estar todos juntos.
Pero, ¿Y si no hubiese logrado traer a su hijos a América?
«La verdad, probablemente no seguiríamos con vida.» Dijo Jean-Michael
A pesar de todas las dificultades por las que pasaron los Mudiay, Emmanuel era un chico feliz:
«Era un niño feliz, muy social, extrovertido y amistoso.» Dijo su madre.
Para cuando comenzó a aprender Inglés, no le costó mucho memorizar tres letras, las cuales iban a ser de las más importantes a lo largo de su vida.
N-B-A.
«Él siempre decía ‘Mamá, un día jugaré en la NBA.’ Y siempre estaba escribiendo en mis libros y libretas NBA, NBA por todas partes.»
Como el más joven de los tres hermanos, Emmanuel creció siempre con dificultades en las canchas de baloncesto. Pero con los años, todo eso cambió.
«Jugar a balocesto es lo único que hacíamos, todo y cada uno de los días.» Dijo Stephane. «Los partidos eran muy intensos. Emmanuel solía recibir muchos golpes, sobretodo cuando era pequeño. Pero cuando creció, se volvió un peso pesado dentro de la cancha.»
Jugó para la Grace Prepatatory Academy, en Arlington, Tejas, tras eso, jugó para la Prime Prep Academy, en Dallas. Fue escogido como jugador del año para The Dallas Morning News, además de atender a muchos otros eventos de alto calibre durante su etapa en la secundaria. Fue considerado un top-5 entre todos los jugadores que debían ir a la universidad.
El gran cambio entonces ocurrió cuando Emmanuel decidió firmar un contrato de un año por valor de 1’2 millones de dólares, en la liga China.
«Fui el primero en apoyar la idea,» Dijo Jean-Michael. «Porque siempre supe todo lo que nuestra madre sufría. Así que, sabía que esa era el principal motivo que le impulsó a tomar esa decisión. Es por los sacrificios que ella hizo por nosotros; ahora nos toca a nosotros sacrificarnos por ella.»
Tal es así, que ahora la madre de Emmanuel se baña en regalos:
«Lo que sea que ella quiera lo puede tener.» Dijo Emmanuel.