Cuenta la leyenda que era el año 2000 y en las canchas de Cincinatti una joven promesa del basketball se fracturaba su pierna derecha, dejándolo fuera del torneo de la NCAA y de un prometedor futuro en la NBA. Pero aquel jugador marcado por los tatuajes, una tartamudez temprana y una figura paterna ausente, decidió enfrentar con optimismo la rehabilitación, solo bastaba con mirar con atención una de las marcas en su piel – su lema – que va desde su muñeca al codo con letras japonesas: “nunca satisfecho”.
Su profesionalismo en la recuperación y su compromiso por buscar un titulo universitario durante 4 años, no pasaron desapercibido en las oficinas de la NBA, siendo elegido en el Pick 1 del Draft del 2000 por los New Jersey Nets. Ya en su segunda temporada con los Nets, comenzó a demostrar su valor llevándolos junto a Jason Kidd y Richard Jefferson desde el último lugar de la División a unas sorprendentes Finales de la NBA 2002 donde fueron barridos por los Lakers de Kobe y Shaq, firmando para su tarjeta: 14.9 puntos, 5.3 rebotes, 1.3 robos y 1.7 tapones por partido. La racha ganadora no descansaría para los años siguientes cayendo en las Finales de la NBA el 2003 contra los míticos Spurs, y siendo luego parte del All-Stars del 2004.
Kenyon Martin es una estrella hecha a si mismo, obstinación pura, fuerte en defensa e intenso en ataque, su sello en nuestra memoria será la finiquitación de esos alley-oops para los Nets, en un juego cargado por movilidad en ataque y puertas traseras. Agresividad dentro de la cancha que en más de una oportunidad le trajo complicaciones con árbitros y compañeros de juego, pertenece a esa generación de ala-pivots volcadores que nos dejó la década del 2000.
Para el año 2004 el camino sería distinto, merced de sus buenas campañas con los Nets pasó a formar parte de una plantilla en busca de talentos, los Denver Nuggets. Su misión era acompañar en el juego a un joven Carmelo Anthony y llevar a la gloria a un equipo con oportunidades. Las lesiones le pasaron la cuenta, tuvo que ser intervenido en más de una oportunidad en ambas rodillas. Pese a esto los Nuggets hicieron las que son las campañas más recordadas en los últimos años, destacando entre ellas otras Finales de Conferencia en el año 2009 contra los Lakers del inextinguible Kobe Bryant y Paul Gasol.
Tras esta derrota, el lockout de la NBA el 2011, una travesía por China y su edad avanzada; K-Mart comenzó a asumir el rol de un jugador de segunda unidad para una serie de equipos: Clippers, Knicks y Bucks fueron su destino. Siempre fue un aporte en cada uno de sus equipos, ya sin el atletismo de antaño su hábil lectura de juego hizo de sostén. Pero los años y las lesiones no pasan en vano, no volvió a conseguir un doble-doble o jugar más de 50 partidos en una sola temporada. Ante esta situación tomó la decisión y declaró frente a los medios:
“Han sido 15 años maravillosos. Gracias a todos los fans que me apoyaron durante este tiempo. Hay un momento en el que tienes que apartarte y ese momento ha llegado para mí. Estoy listo para el siguiente capítulo en mi vida. Quiero agradecer a los Nets, Nuggets, Clippers, Knicks y Bucks por la oportunidad para jugar al deporte que amo. Gracias por todo el cariño”.
A sus 37 años disputó 757 partidos en 15 temporadas. En promedio, por cada partido marcó 12.3 puntos, 6.8 rebotes, 1.9 asistencias, 1.2 robos y 1.1 tapones en 30.6 minutos.
Sobre sus futuros proyectos, no descartó seguir ligado a la actividad como entrenador pero prefiere mantenerse enfocado en sus negocios y su familia, en donde destaca un pequeño de 14 años con ganas de machacar aros. De lo que podemos estar seguros es que Kenyon Martin nunca estará satisfecho.
“Ahora tengo tiempo por delante para los negocios y la familia.Si llega algo relacionado con entrenar se tendrá en cuenta. También quiero ayudar a mi hijo Kenyon Jr. para que esté listo para ser el pick nº1 en un par de años”