Que Justise Winslow tiene talento de sobra para triunfar en la NBA nadie lo duda. El rookie de los Heat derrocha un físico envidiable para cualquier jugador de su edad, pero aún debe pulir muchas cosas. Debe ser capaz de saber aprovecharse de ello, además de mejorar su tiro. Por otro lado, como cualquier otro recién llegado, está trabajando mucho para adaptarse al vertiginoso día a día de un jugador NBA.
«Son más partidos, se requiere más físico y hay más back-to-back. Es necesario encontrar la forma de pasar por ello.»
Por suerte para él, cuenta con un compañero más que contrastado y que sabrá entenderlo perfectamente porque él pasó por lo mismo, Dwyane Wade. El escolta, dice Justise, ha estado ayudándole en su adaptación a la liga.
«Todo contacto con Wade me ha estado ayudando en mi transición del baloncesto universitario al profesional. Apenas hablamos sobre los Heat, simplemente me está ayudando a adaptarme en otros ámbitos, desde el día a día hasta la duración de la temporada, cómo cuidar mi cuerpo o mi dieta.»
Casi cualquier jugador dirá que el ajuste más difícil será el ritmo de juego, pues es mucho más rápido que en la universidad, y ello también depende del físico. La temporada es una maratón que poco a poco va haciendo polvo a los jugadores. Con esto, Winslow ha aprendido bastante rápido que cuidar su cuerpo es la base de todo lo que quiera lograr en la liga.
Así pues, quizás en un par de años, y tras mucho trabajo, se espera que Winslow sea todo un referente del equipo.