Con Dante Exum como presumible base titular, y Cotton, Hanlan y Neto en busca de un sitio en la liga, jugar de base en los Jazz se vende caro. Y el jugador sobre el que más dudas recaen es Trey Burke, relegado al banquillo la pasada temporada, y con el cartel de transferible desde que comenzó el verano. El base formado en Michigan State se encuentra ante una temporada delicada, pero él prefiere transformar esas dudas en motivación.
Y así, lo ha dejado bien claro en una conferencia de prensa que tuvo lugar en Sudáfrica, con motivo del primer partido NBA en tierras africanas:
«Es todo motivación», dijo Burke. «Ahora mismo, tengo más hambre de la que nunca he tenido, si soy sincero contigo».
«En el punto en el que estoy ahora, no estoy preocupado por ciertos fichajes», dijo Burke. «Siempre he sido un jugador de equipo. Nunca he sido un jugador individualista. Nunca he cuestionado nada al equipo, o algo parecido, y siempre me he sentido que he recibido lo que he trabajado. Creo que no me han regalado nada. Sólo veo esto como otra prueba. Un escalón. Lo puedes usar como motivación en el training camp. Ahora mismo, estoy plenamente dedicado a mi mismo, y cuando llegue el training camp, se que voy a estar preparado, y eso es lo que importa».
Entre viajes y eventos, Burke ha estado mejorando su juego:
«He estado machacándome todo el verano», dijo. «Ves mi agenda y piensas que no, pero he podido encontrar el tiempo necesario cada día, para ir al gimnasio y trabajar en mi juego».
Parece ser que se está centrando en mejorar su capacidad de finalizar en el aro y su tiro en suspensión, herramientas que le fallaron la temporada pasada. Según datos de Basketball-Reference, Burke, encestó solo el 31,8 % en tiros de larga distancia, siendo el primer jugador desde 1965 (Ray Scott, Detroit) en tirar con una efectividad de menos del 37%, intentando más de 1000 tiros.
«Durante casi toda mi carrera, he tenido a gente detrás diciendo cosas así», dijo Burke al ser preguntado sobre esas dudas que genera. «Simplemente, ya no me molestan…y al mismo tiempo, voy a defenderme si siento que alguien me está faltando al respeto. Voy a defenderme si siento que tengo que decir algo. Pero yo lo uso como motivación, lo hago.»
La «guerra del base» en Utah, no ha hecho más que comenzar.