Se avecina una nueva temporada de la NBA y los equipos van moviendo fichas para tratar de mejorar sus plantillas e intentar subir escalones hacia el ansiado título. Desgraciadamente, en una liga con tanto talento no todos los equipos pueden aspirar a lo mismo, con lo que terminan llegando fenómenos tan famosos como el “tanking” o se realizan traspasos y reconstrucciones.
Una de las franquicias que ha sido más reacia a dar este paso han sido los Denver Nuggets, tratando durante varios años de mantener el bloque y mejorar día a día con pequeños retoques, los cuales de nada sirvieron e hicieron que la franquicia deambulase en tierras de nadie durante demasiado tiempo. Aún así Mike Malone lo tiene claro y así lo demuestra con sus declaraciones:
“Estoy totalmente convencido de que seremos mejores que el año pasado. No quiero poner ningún barómetro respecto a que estuvo mal o bien el año pasado, pero vamos a estar mejor”.
A las palabras de Malone tenemos que unirle las de Tim Connely:
“Tengo ganas de ver hacia dónde vamos a ir ahora. Tenemos un largo camino por delante pero creo que disponemos de algunas piezas fundamentales para construir algo”.
Si algo está claro es que el proyecto de la franquicia de Colorado es un proyecto de futuro. Si la temporada pasada la media era de 26 años con el traspaso de Lawson la media del equipo ha bajado a 25’14. El roster sólo tiene a 6 jugadores con más de 5 años de experiencia en la NBA y 6 más están en su año rookie o sophomore y sólo 2 del total del conjunto superan los 30 años. Teniendo en cuenta estos datos es fácil hacer el símil con equipos como Orlando Magic o Milwaukee Bucks, siendo todos ellos equipos muy jóvenes, con mucho talento y futuro por delante.
Ahora es el momento para que los Denver Nuggets den un paso adelante y demuestren que pese a la juventud de su plantilla pueden plantar cara en la dura Conferencia Oeste, o por el contrario, abrir los brazos al “tanking” para tratar de hacer una reconstrucción que beneficie a la franquicia a largo plazo.