
Tras una brillante temporada en la que ha logrado ser incluido en el quinteto titular para el All-Star de Nueva York, ha conseguido afianzarse como uno de los mejores bases de toda la competición. A pesar de ello una lesión en los Playoffs lastró completamente el buen juego del conjunto de Randy Wittman.
El chico que pasó por Kentucky ya se ha hecho un hombre, su dura infancia (contada en este enlace) le hizo crecer a pasos agigantados hasta consolidarse como un referente en la liga. Tanto es así que varias marcas, como Adidas, han querido contactar con él. A pesar de ello parece que todavía no ha recibido el reconocimiento que muchos consideran que merece, muestra de ello fue cuando a través de las redes sociales mostró su enfado al verse excluido de los mejores quintetos de la temporada. Su particular duelo con Kyrie Irving continúa generando debate entre los aficionados de la NBA.
Esa “rivalidad” y lo infravalorado que se siente le ha ayudado a seguir con su increíble evolución y poder disputar del partido de las estrellas como titular. Por si fuera poco, su entrega defensiva se vio recompensada al formar parte del segundo quinteto defensivo.
¿QUÉ SE ESPERA DE ÉL?
El mal sabor de boca que le dejó la eliminatoria ante los Atlanta Hawks tendrá que servirle de motivación para poder asaltar el trono de los Cavaliers de LeBron James, vigentes campeones del Este. Mucho se ha hablado de que si no hubiese sido por su desafortunada lesión los Wizards podrían haberse quedado a las puertas de enfrentarse al mejor del Oeste. El propio Bradley Beal confesó en rueda de prensa que de no ser por la baja del base de Carolina del Norte hubiesen competido ante los Golden State Warriors por el título.
Su impacto en el juego capitalino sigue siendo una auténtica delicia para la gradería, continuos reversos con giros de 360º le contemplan como una joya imprescindible en Washington. Dirige a sus compañeros de maravilla, muestra de ello se aprecia al ojear las estadísticas que nos dejaron los pasados Playoffs, en los que fue el mejor asistente. La marcha de Paul Pierce a Los Angeles es síntoma de que deberemos verle liderar a los suyos como si de un veterano se tratase. Tener a Ramon Sessions como reserva supone una gran tranquilidad para él, ya que podrá tener más descanso que cuando compartía puesto con Andre Miller. El experimentado profesor, que guiará a las promesas de los Wolves, fue imprescindible en su crecimiento como jugador. El base de Raleigh ha superado su duro lastre en el lanzamiento exterior con el que finalizó la segunda campaña promediando un pésimo 7% en triples, a dejarlo en 29.8% en esta última.
Pasar de ser la estrella a tener que asumir también el peso del vestuario es un gran paso en su carrera, tras formarse en este aspecto con gente como Al Harrington, Trevor Ariza o los mencionados Paul Pierce y Andre Miller. Ahora es su turno y tendrá que dar lo mejor de sí mismo ante este nuevo reto. Contará con la ayuda de gente como Drew Gooden o Nenê Hilario, que cuentan con cierta experiencia en este aspecto.
¿VOLVERÁ A SER TITULAR EN EL ALL-STAR?
Es sin lugar a dudas un incógnita un tanto secundaria para el equipo, pero importante para cualquier jugador. Su velocidad y carisma para dirigir a los suyos le facilitan ganar un gran número de votos para conseguirlo de nuevo, pero no se vive de las rentas. Tiene que volver a demostrar que puede ser el mejor en su posición en la Conferencia Este una vez más. La mejora en su juego y el respeto que le han tenido las lesiones a lo largo de su carrera animan a situarle entre los favoritos en una nueva edición de la NBA.
EL PUESTO DE BASE EN LOS WIZARDS
El compañero que ha de suplirle cuando necesite descanso será Ramon Sessions, pero también podrían ocupar su posición Garrett Temple o incluso Gary Neal. El ex de Sacramento demostró en las pasadas eliminatorias por el título que puede asumir el rol de titular cuando Wall no esté disponible. Claramente no es lo mismo tener a uno que a otro en pista, pero se podría decir que el puesto está bien cubierto, aunque si alguno de los dos se lesiona la rotación se quedará muy corta.
SU ASOCIACIÓN CON BRADLEY BEAL SERÁ DETERMINANTE
La importancia de llevarse bien con todos los compañeros es primordial, pero cuando se trata de los líderes del bloque es aún más importante. La razón es bien sencilla, a lo largo de la historia hemos visto “parejas” que no encajaban bien entre ellos porque el ego les podía. Como bien dice Javier Iriondo en ‘Donde tus sueños te lleven’: “No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso, más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.” Esta frase define a la perfección lo que tiene realizar cualquier persona en su vida, pero si hablamos de estrellas como en este caso John Wall es todavía más representativo. No olvidemos que jugadores como él son el ídolo de muchos aficionados, que intentan imitarles para ser como ellos. Con esto lo que quiero decir es que no le puede subir a la cabeza la fama, tiene que centrarse en hacer grandes a sus compañeros y que su equipo mejore y en un futuro pueda conquistar el preciado anillo de campeón. No estoy diciendo que no lo haga, ni mucho menos, sino que no se puede olvidar de lo que persigue todo aquel que quiere triunfar en la NBA.
La asociación con Bradley Beal pinta de maravilla y se espera un gran año de ambos, más responsabilidades, más protagonismo. El puntal ofensivo que poseen ambos está al alcance de muy pocos y son muchos los que se atreven a compararlos con Curry y Thompson. Los vigentes vencedores han adquirido una gran experiencia, pese a su todavía juventud, al coronarse ante el Rey. Tanto el joven de 22 años nacido en San Luis como del ex base de Kentucky se les considera una pareja joven que logrará asentarse, si es que no lo han hecho ya, como una de las mejores de la liga. El fantástico juego de pies del escolta y la visión de juego del base les convierten en jugadores muy difíciles de defender. El tiro de Beal y la maestría para pasar de Wall es un pilar fundamental de los Wizards.