Mike Hansen: »Creemos en el jugador de Valladolid»

SOMOSACB charla con el artífice del nuevo proyecto vallisoletano
Fuente: 20minutos.es

Después de unos años llenos de dudas, falta de transparencia y una gestión que ha dejado mucho que desear, la ilusión parece retornar a una ciudad que quiere y debe volver a respirar baloncesto. Un baloncesto que les haga ser noticia por sus actos dentro de la cancha. Es por eso que, después de la desaparición del Mywigo Valladolid y de la mano de uno de los mejores jugadores que el Pisuerga ha visto jugar, el nuevo proyecto CB ciudad de Valladolid fue presentado en sociedad este mismo verano.

Mike Hansen, ex jugador de numerosos equipos, entre ellos, el Forum Filatélico, donde permaneció durante tres temporadas, lidera este nuevo proyecto que tendrá a su equipo en la LEB plata. Por ello, SomosACB se ha querido desplazarse hasta Valladolid para conocer de primera mano a ese jugador que llegó a ganar una medalla con la selección española y a esa persona que se enamoró de una ciudad y unos colores a los que ahora les brinda de nuevo la oportunidad de volver a vivir un baloncesto sano y de la provincia.

SomosACBTus primeros pasos como jugador de baloncesto les distes entre el equipo de la base militar de Torrejón y dos de las canteras más importantes de España, Real Canoe y Estudiantes, ¿en qué jugadores te fijabas por aquel entonces?

Mike Hansen: Julius Erving era mi ídolo. Y aquí en Europa me fijaba sobre todo en dos jugadores que no eran españoles y me gustaba verles jugar porque no eran muy altos y eran muy anotadores. Uno era Nikos Galis y otro Zambolist Fredrick, un base negro americano que jugaba en Scavolini. Esos eran en los jugadores que más me fijaba y además, como siempre jugaban la copa de Europa se les podías ver mucho en la televisión.

SACB: Como ya has mentado en otras ocasiones, tu padre, estadounidense, te despertaba a media noche y te llevaba a ver la Final Four de la liga universitaria en directo a la base militar, ¿qué recuerdas de esas noches?

MH: Yo me acuerdo de mi padre levantándome de madrugada para ir a ver la Final Four, porque solo en la base se podía coger la televisión en directo de los EE.UU. Me acuerdo que íbamos a la bolera, que estaba abierta 24 horas, nos comíamos una hamburguesa a las 2 a.m. y veíamos la Final Four. Año tras año.

SACB: Pocos años después pondrías rumbo a Estados Unidos para completar tus estudios y a seguir jugando a baloncesto, ¿cómo viviste ese cambio?

MH: Mi sueño era jugar en una universidad americana, y cuando me fui a Kentucky para hacer COU, fui con la idea de poder cumplir mi sueño. Sabía que era muy difícil que una universidad se fijara en mí aquí, en España.

Junto a Sergio Luyk fui para allá. Jugamos juntos, yo era de último año y conseguí una beca para la universidad de Tennessee, una universidad que por aquel entonces era de segundo nivel. Hice un gran año, fui el mejor novato de la GSC, novato del año y entre en el quinteto ideal.

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SACB: Tu actuación ese mismo año contra tu futura universidad te otorgó la oportunidad de poder cumplir el sueño que tenías desde niño, ¿cómo viviste ese partido? Recordemos que te fuiste hasta los 40 puntos anotados.

MH: En ese momento, Lousiana era una de las quince mejores universidades de los EE.UU, y yo sabía que era una oportunidad para que se fijasen en mí. Sales nervioso, pero con muchas ganas. Aproveche la racha que tuve en ese partido para meterles cuarenta puntos, a pesar de que perdimos de más de veinte, ya que eran infinitamente superiores a nosotros en todas las posiciones de la cancha.

Recuerdo perfectamente como después del partido yo me iba hacía mi vestuario y alguien me cogió por detrás. Me di media vuelta y era el asistente de Dale Brown. Y claro, ellos no pueden decir nada porque es ilegal, solo me apretó muy bien la mano, me felicitó por el partido y me hizo como un gesto que me dio a entender que me querían en su equipo. Finalmente, recibí la carta al final de esa misma temporada, y me concedieron una beca para ir a estudiar y a jugar a su universidad.

SACB: En tu caso, la decisión de cambiar de universidad te obligaría a pasar un año en el dique seco al ser red shirt, ¿cómo afrontaste ese primer año sin poder jugar para LSU?

MH: No me importó porque me enfrentaba todos los días a Chris Jackson (Mahmoud Abdul-Rauf). Él era el base titular, yo del segundo equipo. Cuando no había temporada, entre semana o en el fin de semana nos íbamos los dos al pabellón a jugar unos contra unos.

SACB: ¿Se te hizo larga la espera para poder jugar?

MH: No, para nada. Sí que te da algo de envidia cuando estás sentado en el banquillo, vestido de calle, y estás viendo el ambiente estudiantil, el partido, y escuchando a la banda y el roce de las zapatillas con el parqué. Pero se me hizo muy corto. Allí las ligas son mucho más cortas y más intensas, no como aquí en España, donde el baloncesto no puede competir con el fútbol, y no puede ser que una liga dure 9 o 10 meses. Aquí se podrían jugar perfectamente 2 o 3 partidos a la semana. Entre todos los entrenamientos y los viajes que hacíamos, el tiempo pasó muy deprisa.

SACB: Has mentado a Chris Jackson, base que jugaría en la NBA durante nueve temporadas a gran nivel, se ve que teníais muy buena relación…

MH: Era una persona magnífica. Íbamos a cenar muchas veces por ahí, venía por mi habitación para ir a jugar unos contra unos… De los cinco mejores jugadores con los que tuve el placer de jugar (Epi, en la selección; Alberto Herreros, en el Estudiantes; Oscar Schmidt, en Valladolid; Chris Jackson, Saquille O´Neal y Stanley Roberts), el mejor de ellos era Chris Jackson. Nunca he visto hacer nada igual sobre una cancha de baloncesto. Después de cada entrenamiento no se iba a casa hasta que no metía 10 tiros seguidos sin que tocara el balón el aro. Muchas veces hacía 10/10 pero el balón había tocado el aro y lo volvía a repetir.

SACB: En aquel equipo tuviste la suerte de coincidir con un jugador que después marcaría una época en la pintura de la NBA, Shaquille O’Neal, con quien además compartías habitación, ¿cómo era ‘shaq antes de pisar los pabellones de la mejor liga del mundo?

MH: Saquille O’ Neal, con 17 años, cuando llegó a la universidad era muy tímido, era muy cerrado con la prensa. Con nosotros sí, era muy bromista y era muy buen compañero. Te puede sorprender ahora porque la cámara y él son como hermanos. Poco a poco se fue abriendo. Como persona, un diez, muy disciplinado y con mucha responsabilidad académica. Su padrastro era sargento del ejército americano, con lo que se crió bajó una disciplina dura.

SACB: ¿Recuerdas alguna anécdota?

MH: Sí, dos anécdotas. En primer lugar, un año quería hacerse Disc jockey, entonces se compró unos platos para pinchar, y también una canción con la que estuvo durante dos semanas seguidas. Siempre la misma canción. Entonces, decidimos poner dinero entre todos para comprarle cuatro o cinco álbumes más porque era insoportable.

Y en segundo lugar, estábamos en época de exámenes y él tenía dos exámenes esa misma semana. El entrenador nos puso un entrenamiento y Saquille tenía examen al día siguiente. Quedaban diez minutos para empezar a entrenar y ‘Shaq’ todavía no había aparecido. Cuando entró, no dijo nada a nadie pero justo antes de salir dijo ‘’Tranquilos que nos vamos a ir rápido a casa’’. Ese día era un entrenamiento más táctico que de ritmo, y estuvimos entrenando la zona 2-3. En el momento que le tocó atacar a ‘Shaq’, al tercer ataque, le dieron un balón al poste bajo, se giró, hizo un mate y se cargó el aro. El entrenador entonces nos mandó a la otra canasta y avisó a Saquille que tuviera cuidado con los aros. Después de otros 10 minutos haciendo ejercicios, un compañero hizo un tiro desde el lado izquierdo de la cancha, ‘Shaq’ estaba en el otro lado y fue al rebote. Cogió el rebote y la hundió, cargándose el aro y el tablero. Después se paró, miró al entrenador y el entrenador lo miró a él. Se rieron y el entrenador nos mandó a casa a estudiar.

SACB: Llamada de la selección española. Antonio Díaz Miguel te llama para que te unas al combinado nacional para disputar el Europeo de Italia del año 1991, ¿cuáles fueron tus sensaciones al saber que ibas a poder representar a tu país en un Europeo?

MH: Fue una sorpresa cuando le vi en el pabellón. Me dijo que venía a verme y que iba a estar una semana conmigo durante los entrenamientos. Para mí eso fue muy importante, sé que había tenido repercusión, ya que había sido el primer español en jugar en una universidad americana de primer nivel. Me vio jugar durante todo el año, y finalmente me llamó. En esas concentraciones había muchos jugadores y los buenos no llegaban hasta el final. Me dijo que lo iba a tener muy difícil para entrar pero que si me lo ganaba estaría dentro. La primera concentración fue en Granada y conseguí ir pasando los cortes poco a poco, consiguiendo estar en el equipo final que disputó ese europeo.

SACB: En ese europeo la selección consiguió hacerse con la medalla de bronce, ¿qué significó para ti ese tercer puesto siendo tu primera convocatoria con la selección absoluta?

MH: No hay nada comparado como defender a tu país, ponerte la roja, que te pongan la medalla, escuchar el himno… no hay nada parecido. Además, estaba con algunos de mis ídolos de pequeño como Epi, Villacampa, Antonio Martín…

SACB: Pero no sería la primera vez, tiempo atrás pudiste hacerte con el oro con la selección U15 en el europeo de 1985, ¿de cuál de ellos tienes mejor recuerdo?

MH: Ese año fuimos campeones de Europa en Stuttgart y fue muy especial porque era la primera vez que me llamaban para defender a mi país y con 15 años tienes la ilusión de un niño. Recuerdo que ese mismo año también se celebró en Stuttgart el europeo de selecciones absolutas, entonces coincidimos, íbamos a verles jugar, al vestuario a hablar con ellos… fue una experiencia magnífica.

Fuente: 20minutos.es

SACB: Y después de cuatro años en la universidad y un título de economía internacional bajo el brazo, llegas a España. Una etapa de seis temporadas repartidas en cuatro equipos diferentes, ¿cómo viviste la vuelta a casa esa temporada 1993-1994, precisamente al equipo que te vió crecer antes de poner rumbo a EE.UU.?

MH: Ellos tenían mis derechos de formación y estaba contento por volver a casa, por volver al ‘Estu’. Anteriormente había recibido una invitación para el campo de entrenamiento de los Houston Rockets, pero había tenido una lesión y no estaba al cien por cien para ir. Tuve que decidir rápido y no pude esperar porque la ACB también cerraba sus plantillas. Me dieron un ultimátum y decidí volver a España antes que jugármelo todo a una carta.

SACB: Sin embargo, al año siguiente conocerías un nuevo equipo y una nueva ciudad que te marcarían de por vida. Llegabas al Forum Filatélico Valladolid, ¿esperabas poder seguir con tu carrera en el Estudiantes más temporadas?

MH: A esas edades no se piensa demasiado a largo plazo. Pensaba en jugar durante muchos años, y ahora que ya ha pasado todo pienso en ello y en la enorme suerte que he tenido de poder jugar todos esos años, retirándome con 39 años.

SACB: ¿Cuáles fueron tus primeras sensaciones al pisar Valladolid?

MH: Recuerdo que vine a Valladolid para mi presentación a principios de Agosto y pasando Olmedo me multaron. El guardia civil que me multó era muy majo y me conoció, intenté quitarme la multa pero no lo conseguí. A día de hoy me sigo acordando de aquel guardia civil y no me han vuelto a poner una multa cuando circulo por pueblos.

SACB: ¿Cómo fue tu adaptación en la ciudad vallisoletana? Parece que te adaptaste bien…

MH: Teníamos una plantilla muy joven y todos, excepto Lavodrama, Oscar Schmidt y Fetísov éramos nacionales. También había una base importante de jugadores de Valladolid que me acogieron muy bien y eso ayudó. Fue un año muy especial porque casi nos metemos en los playoffs. El año anterior, descendieron, pero como Caja Bilbao no subió, consiguieron mantener la plaza en los despachos. Supuso un cambio muy fuerte y la afición estuvo volcada ese año, por eso fue tan bueno.

SACB: Tres temporadas en Valladolid que no se tradujeron en títulos pero donde pudiste asentarte durante tres años, y en la que ahora resides y haces vida. En todos estos años, ¿con qué te quedas de la ciudad?

MH: Con lo que más me quedo es con la afición. El cariño que siempre me mostraron. Tenía una peña en Quintanilla de Onésimo y eso era muy extraño cuando no eras un jugador de la ciudad. La afición siempre me ha tratado bien, me han querido y para mí son muy especiales.

SACB: Finalmente, después de tres temporadas, ponías rumbo hacía una nueva etapa en el Ciudad de Huelva, ¿cómo tomaste este cambio después de tres años en Valladolid?

MH: No me quería ir de Valladolid. Estaba Paco García de primer entrenador y él contaba conmigo. Sin embargo, finalmente no siguió como primer entrenador, a pesar de la segunda vuelta que hicimos, que fue brutal. A la directiva le hicieron una mala jugada y Gustavo Aranzana fue nombrado primer entrenador. No contó conmigo y me tuve que ir.

SACB: Finalmente, después de cinco temporadas más jugando en España y Alemania, acabas tu carrera profesional y pasas a jugar liga EBA, ¿con qué te quedas después de todos esos años como jugador de baloncesto?

MH: El haber seguido mi sueño desde pequeño. Si no hubiese seguido mi sueño desde pequeño no hubiera tenido una educación. Al tener un título universitario y una formación como persona, cuando dejas el baloncesto es un apoyo brutal para ver las cosas desde otras perspectivas, tener una base y poder generar otra vida. Los deportistas profesionales somos el único gremio que nos retiramos dos veces en nuestra vida. Primero vives una vida privilegiada, pero cuando te retiras llevas mucho tiempo fuera del mercado, de la vida real. Ya no eres un chico que sale de la universidad, necesitas haber invertido tu dinero muy bien, tener la cabeza muy bien amueblada o tener estudios. Por ello, yo a los niños y a las niñas allá donde voy siempre les digo: ‘’Competir primero en la clase y después en la cancha, porque la cancha es un premio’’. Si no terminas tu educación y tus estudios has perdido muchísimo terreno en la vida. Ese es mi consejo después de todos esos años jugando.

SACB: ¿A qué te dedicaste un vez que dejaste el baloncesto profesional?

MH: Cuando yo me retiré, abrí una empresa junto a Sergio Luyk en la que importábamos desde EE.UU unas máquinas purificadoras de aire. Empezamos vendiendo muy bien hasta que a Sergio le detectaron un cáncer terminal y la crisis en España comenzó. Cuando Sergio falleció, no era vida porque yo vivía aquí en Valladolid y tenía el trabajo en Madrid. Además, los pedidos bajaron y los clientes no pagaban a tiempo. Hablé con mi mujer y decidimos cerrar la empresa antes de empezar a tener pérdidas. Y un día, llevando a mi hijo mayor a jugar un partido de minibasket a un colegio de aquí de Valladolid vi un cartel que ponía ‘’Buscamos profesores’’. Llamé al número y a la semana me enviaron a Madrid a hacer un curso intensivo para formarme como profesor. Llevó ya siete años con ellos y estoy encantado.

SACB: Con el paso de los años, la liga en la que tu hiciste feliz a más de una persona ha ido evolucionando con el paso de los años, ¿ves ahora grandes diferencias entre la ACB actual y la ACB en la que tu jugaste?

MH: Sí, muchas. En general, el nivel técnico ha bajado mucho. Se apoyan tanto en el físico que ya no hace falta leer y ver tan bien el baloncesto, o eso creen. Yo ya estoy aburrido de ver el Real Madrid-Barça, Barça-Real Madrid. Quiero ver al jugador español, quiero ver a un equipo con el que me identifique, estoy harto de ver diez nombres distintos cada año en cada plantilla y no creo que es el camino a seguir. Echo de menos más fundamento. Los jugadores de antes no eran tan potentes como los de ahora, porque hacían otras cosas que los de ahora no hacen. Ver el baloncesto, manejo de balón para hacer cosas, no para agradar a la grada… eso es lo que yo veo. Es otro baloncesto, creo que no puedes comparar épocas. Esos jugadores son de una generación donde eso se inculcaba mucho y los de ahora se están criando en otro ecosistema, con otra generación de entrenadores y tecnología que nosotros no teníamos.

SACB: ¿Crees que un jugador de tus características podría tener un hueco en la ACB actual?

MH: Creo que sí porque creo que el baloncesto siempre tendrá hueco para un tirador. Aquí hay una cosa que no va a cambiar: El que las mete las mete y el que las mete valía, vale y valdrá. Tal vez otros jugadores, bases o escoltas con menos físico lo tendrían más difícil. En mi época había bases con una capacidad de visión y de leer el baloncesto brutales, pero ahora mismo tal vez lo tendrían muy complicado por el apartado físico. Ahora los bases son cada vez más físicos y más anotadores.

SACB: Y en cuanto la NBA, ya has comentado que los Houston Rockets te invitaron para participar en su training camp, pero finalmente no pudiste acudir. Después de todo, ¿tienes la espinita clavada?

MH: Sí, voy a ser sincero contigo, claro que sí. Cuando tu cumples un sueño, quieres el siguiente. Mi primer sueño era NCAA y el segundo sueño era NBA. Pero soy muy realista… 1.82 pelados, no soy un saltarín de la leche, no soy el más rápido del barrio… pero sí que me hubiera gustado haberlo intentado o por lo menos tener esa oportunidad.

SACB: Como hemos visto, viviste una etapa muy importante de tu vida en los EE.UU. y viviste en primera persona todo lo que generaba la NBA y como se llevaban a cabo esos drafts en los que jugadores con lo que te habías enfrentado y compartido vestuario daban el salto a la mejor liga del mundo, ¿crees que el salto a la NBA es más fácil o difícil ahora?

MH: Ahora el físico es muy importante, no como antes, que se trataba de más cosas, como saber jugar a esto. Ahora creo que hay muchos jugadores que se equivocan, por que después no pueden volver a la universidad. Yo creo que la universidad es muy importante para formarte como persona y educarte. Y además del físico, también hay más equipos, lo que facilita el salto a la NBA. Antes había mucho más nivel exigente táctico y técnico que ahora.

SACB: ¿Y de Europa a la NBA?

MH: En mi época, cuanto yo tenía 19 años, los americanos competían en los mundiales con universitarios, y ganaban. Pero cuando el nivel en Europa empezó a subir en todos los aspectos, los universitarios ya no valían. Entonces la NBA entró y arrasó. Ahora Europa sigue trabajando por mejorar y la distancia entre ellas se ha acortado, pero sigue estando lejos, muy lejos. Es muy difícil ver a un europeo ir ahí y ser un grandísimo jugador. Es otra forma de jugar. Viniendo desde Europa, es más fácil triunfar en la NBA si eres un pívot o ala-pívot que si eres un base o un escolta.

SACB: Para ir terminando, estos últimos años hemos podido acudir a unos acontecimientos que han acabado de la peor manera posible, con la desaparición del club en el que jugaste durante tres temporadas entre 1994 y 1997. Unos acontecimientos caracterizados por la falta de transparencia. En tu opinión, ¿cuáles fueron los fallos más importantes que se han cometido a lo largo de estos últimos años?

MH: Cuando vives por encima de tus posibilidades. Si tú en tu casa ingresas 100 y gastas 200 o tiras la casa por la ventana para no bajar, pues dentro de unos meses irán llamando a tu puerta. Así de fácil, no hay otra. Pero no solo es culpa de los clubs, también la ACB ha exigido mucho. Demasiados puestos, con límites salariales demasiado altos para entrenadores, jugadores, directores deportivos, marketing… ha exigido a sus clubes demasiado a retorno de casi nada. Si tú estás en ACB y estás pagando un canon tan alto y te exigen tener puestos de trabajo con esos sueldos, pues el retorno tiene que ser brutal y no lo es. Esto no es fútbol. El dinero, en vez de estar en la pista, está en las oficinas.

SACB: El nuevo CB Ciudad de Valladolid pudo inscribirse en LEB plata este verano y presentarse en sociedad. Lideras este nuevo proyecto que permitirá a la ciudad de Valladolid seguir enganchada al baloncesto de élite, ¿cómo habéis llevado a cabo esta nueva iniciativa?

MH: Es un proyecto muy ilusionante. Hemos iniciado un club con unos estatutos que no tienen nada que ver con ningún club en el que yo he estado en toda mi trayectoria deportiva. Primero, nacemos de con una idea de hacer un baloncesto basado en el jugador autóctono, creyendo en el jugador de Valladolid, por eso hemos recuperado a varios jugadores que estaban fuera, en otros sitios, para traerles de nuevo a casa. Tenemos un pilar muy importante que se llama la responsabilidad social deportiva, en el que yo tengo muchas esperanzas y en el que creo mucho. A día de hoy el baloncesto tiene que introducirse en la ciudad, ayudar, hacer cosas para el ciudadano, para los más necesitados, discapacitados, niños, niñas, colegios donde no hay baloncesto… queremos ir a distintos pueblos para que el club sea de la provincia, no solo de la ciudad. Tenemos esa responsabilidad de ayudar. Nuestro club nace con esa idea. Ahora estamos en proceso de crear la escuela Lalo García, donde formaremos a jugadores jóvenes. Tendremos un presupuesto muy modesto, y estoy muy contento con la respuesta de sponsors, socios, afición… De gente que quiere ayudar, aportar.

Fuente: diariodevalladolid.es

SACB: Y para finalizar, en cuanto a vuestro objetivos este primer año de vida, ¿cuáles destacarías?

MH: Nuestra meta es ser campeones sobre la cancha en esfuerzo, entrega e ilusión. Esa es mi meta en este primer año. Sobre los resultados, el tiempo dirá pero te puedo decir que yo no soy perdedor, me gusta ganar, entonces vamos a intentar poner sobre la pista un equipo que ilusione y que para ganarles el rival tenga que sudar sangre. No nos ponemos ningún objetivo de ascender. Vamos a ir paso a paso, semana a semana, mes a mes.

Desde SOMOSACB queremos desearle lo mejor a Mike Hansen y a toda la ciudad de Valladolid con este nuevo proyecto tan ilusionante. Una ciudad y una afición con tal historia baloncestística no debería de ver nunca a su equipo languidecer como lo ha hecho estos últimos años. Mucha suerte!

 

 

 

 

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