El mundo (negocio) de la NBA es frío y calculador, y si no triunfas en un plazo estimado puedes tener en cuenta de que tu equipo no querrá seguir pagándote el sueldo. Esto le ha pasado a Anthony Bennett, que de ser la mayor promesa en 2013 ha pasado a un segundo plano y ahora ni un equipo con aspiraciones al draft como los Wolves lo quieren.
El ala-pívot canadiense tras cuajar buenas actuaciones con su selección en el FIBA Américas, se pudo consagrar como otro de los tantos jugadores a tener en cuenta esta nueva temporada. Su poderoso físico, y su poco pulido pero válido tiro de tres le hacían saborear otros gustos a los propietarios del equipo de Minneapolis.
Equipo que no te quiere, te corta, y equipo que si lo hace, te firma un contrato multianunal. El caso de Bennett ha sido el primero, y el guión ya se lo conocen los Sixers, que por lo menos para mí, el canadienese sería un soplo de aire fresco para nuestra franquicia. Como se dice en EEUU ‘low risk, high-reward’.
Bennett no ha sido un jugador suertudo durante su periplo NBA y se ha aquejado de varias molestias durante su corta carrera (109 partidos): Sufrió de una lesión en el hombro, y lastraba molestias respiratorias relacionadas con el asma, apnea del sueño y problemas oculares.
Los Sixers han contratado a los mejores médicos deportivos, así como analíticos de este deporte, así que Philadelphia es el lugar exacto para reiniciar la carrera de un jugador con mucha progresión.
«Él es ya uno de los anotadores más versátiles que encontrarás en NCAA, ya que es capaz de dar resultado dentro de la pintura, además desde los 3 puntos, y hacer sentir su presencia en el cristal ofensivo» Jonathan Givony de DraftEXpress
Philadelphia 76ers y Portland Trail Blazers son los dos únicos equipos con margen salarial holgado para poder traer a Bennett a su conjunto. Cada equipo sufre una fase de reconstrucción a base de piezas jóvenes, así que veremos quien mueve ficha primero y se hace con el diamante en bruto canadiense, Hinkie o Olshey.