Por fin, tras tantos meses de espera, Chris Bosh tiene oficialmente el alta para jugar a baloncesto. Desde hace un par de meses, el ala pívot podía realizar ejercicios en la cancha, pero ahora ya le permiten jugar con contacto. Por tanto, estará disponible para el training camp.
«Tuve un pequeño sentimiento de urgencia. No me queda mucho por delante para seguir jugando. Es un hecho, así que quería saber que podría jugar cuando la temporada empezase«.
«Muchos dudan de cómo voy a reaccionar tras pasar la enfermedad. Yo lo veo como un descanso, mental y físicamente».
La razón de que estuviera tanto tiempo de baja fue su medicación. Cuando los deportistas toman anticoagulantes, se les prohíbe la práctica del ejercicio debido a los riesgos que conllevan. En su caso, tuvo que tomarlos durante varios meses, por lo que su baja se alargó más de lo deseado.
No obstante, Bosh no ha perdido el tiempo. Mientras que el año pasado estaba en torno a los 106 kilos, ahora asegura que está cerca de los 111. Esos cinco kilos extra los ha ganado en el gimnasio con el objetivo de aguantar mejor el contacto en la pintura. Además, espera seguir ganando músculo durante el training camp.
«Mi idea era volver más fuerte para aguantar el contacto».
Por último, el propio Bosh, quien espera una «gran temporada», anunció un acuerdo de colaboración con Jannsen Pharmaceuticals, quienes distribuyen el medicamento que él mismo necesitó. Paralelamente, los Heat también han firmado un acuerdo con ellos.
«Esto afecta a tanta gente… No quiero a ver a nadie perder su vida o pasar por lo que yo tuve que pasar«.