29 de mayo de 2010, Finales de la conferencia Oeste de la NBA. Los Angeles Lakers ganan el partido en Phoenix, y con ello, la serie por un 4-2 final. Después de haber llegado hasta ahí, puede parecer que el equipo tendría que ir a más, pero no. Ese fue el último partido de la franquicia de Arizona en la postemporada NBA. A partir de ahí, Stoudemire hizo las maletas rumbo a Nueva York, unas cuantas «casi» clasificaciones para playoff y mucha decepción e impaciencia, además de la despedida del gran ídolo Steve Nash, es lo que resume estos 5 años por el desierto (nunca mejor dicho) de Phoenix.
El año pasado el asalto estaba claro, con la famosa apuesta de los tres bases (Dragic, Bledsoe, Thomas), pero todo se estropeó con la petición de traspaso de Goran Dragic y la «escabechina» que ocurrió en el trade deadline.
Este año la apuesta es clara de nuevo, asaltar los playoff. Para ello, la renovación de Brandon Knight, la firma de Tyson Chandler como veterano y ancla defensiva, la casi contratación de Lamarcus Aldridge que dejó buen sabor de boca, la preparación durante todo el verano de Bledsoe para ser el líder… El equipo se presenta con muchísima ilusión.
Y ante este panorama de esperanza, es Robert Sarver, el propietario de la franquicia desde 2004, quien mete presión para que empiece a fraguar el éxito. Al parecer está bastante ansioso por llegar a la postemporada de una vez, según comenta Ken Berger, de CBS Sports
El duro oeste no es nada sencillo, ya que el nivel que presenta es durísimo, aunque es posible que clasificarse este año sea más fácil, debido a las presumibles caídas de Portland Trail Blazers y de Dallas Mavericks (aunque estos siempre acaban arriba), aunque hay que recordar que OKC no volverá a quedar tan abajo con un Kevin Durant sano.