Desde que arrancó la temporada se han sucedido numerosos comentarios negativos acerca del rendimiento de José Manuel Calderón. Está siendo más cuestionado que nunca, tanto por la afición como por los medios. La mayoría quieren ver a Langston Galloway ocupando el rol de base titular, aunque otros prefieren a Jerian Grant. Ambos jugadores tienen 23 años. Ya casi nadie apuesta por la veteranía del base español. Por suerte para él, Derek Fisher sigue confiando en que su rendimiento volverá a ser el de antes y no duda en seguir poniéndolo como titular. Ya lo pudimos ver el pasado domingo frente a los Lakers y Calderón respondió positivamente a la confianza de su entrenador, acabó el partido con 14 puntos tras acertar en 6 de sus 12 tiros de campo. También capturó 5 rebotes, dio 3 asistencias y robó 2 balones. Estas fueron sus declaraciones tras el partido:
«Yo quiero ganar, quiero ayudar al equipo. No importa si salgo de titular o empiezo en el banquillo, o incluso si soy el cuarto base. Así que todo va bien. Mientras habláis de mí, no habláis negativamente del equipo, lo que es bueno para nosotros.»
Asegura no estar afectado por las críticas y sentirse muy cómodo en el equipo:
«Después de 11 años, sé lo que puedo hacer. Conozco mis debilidades y mis fortalezas. Voy a seguir saliendo a competir cada noche. Mis compañeros me respetan, estoy bien en ese sentido. Intento ser un líder.»
Tampoco parece estar afectado por la idea de que Galloway pueda relevarle:
«Si el entrenador decide un día cambiar la forma de hacer las cosas, yo seguiré siendo el mismo Calderón. Solo intento ayudar a mis compañeros. No tengo nada contra Jerian ni contra Langston, sino al contrario. Estoy aquí para ayudarles a mejorar y a que tengan una carrera más larga en la NBA, eso es lo que quiero. Quiero ayudarles.»
Calderón no solo se puede sentir orgulloso del respeto de sus compañeros, es también un gran colaborador en obras benéficas. El pasado domingo, por ejemplo, llevaba unas zapatillas especiales durante el juego para apoyar una carrera de 27000 personas en Barcelona para aumentar la atención y los fondos en la lucha contra el cáncer de mama.